Sexualidad y salud ginecol¨®gica son tambi¨¦n derechos humanos
El bienestar sexual femenino y los derechos reproductivos siguen siendo objetivos inalcanzables para muchas mujeres en el mundo
Me piden un art¨ªculo sobre la salud sexual y ginecol¨®gica de las mujeres, uno de los grandes temas pendientes en buena parte del mundo que ha conocido en estas ¨²ltimas cuatro d¨¦cadas enormes avances, peque?os pasos y hasta retrocesos. La tarea exige, cuando menos, ilusi¨®n y coraje.
Al hablar de estos dos temas, hablamos del bienestar sexual de la persona, sujeto mujer de pleno derecho a vivir bien en su piel relacion¨¢ndose con otros, sin ser tensionada en exceso ni violentada por ser del sexo que es. Las mujeres y los hombres somos sujetos de primer orden, que, al relacionarnos, podemos colaborar para crear mundos mejores en que vivir, en el respeto y la admiraci¨®n mutuos, en solidaridad, justicia y humanidad. Las buenas relaciones entre las personas redundan en una mejor salud. ?Qu¨¦ duda cabe que el sufrimiento continuado por un mal trato, injusto y da?ino mina la salud de las mujeres! Muchas enfermedades y muertes se evitar¨ªan si los hombres y las mujeres aprendieran a relacionarse bien, sin que un sexo sirva a otro en una irracional jerarqu¨ªa. No es ¨¦tico, no es justo; es nocivo, nos deshumaniza.
Las mujeres somos sujetos de pleno derecho a ser, somos cuerpos vivos, reales y, por tanto, sexuales, que crean en cada instante vivido. Somos nuestras ¨²nicas due?as, nuestros cuerpos no son de otros, parece claro, pues de lo contrario hablar¨ªamos de esclavitud. Es bueno que las mujeres aprendamos a respetarnos y a conocernos. El conocimiento trasciende cualquier uso que se haga de ¨¦l, nos forma como sujetos, sujetos de conocimiento. Es bueno que sepamos nombrar las estructuras de nuestro cuerpo, saber su funcionamiento, sus peculiaridades. La falta de palabras que nombren puede mutilar igual que los bistur¨ªes, porque eliminan estructuras existentes de nuestra realidad. Tambi¨¦n las palabras despectivas nos hacen da?o. Es hora ya que las mujeres veamos legitimadas nuestras experiencias de ser, de existir corp¨®reas.
Cada mujer es una trepidante libertad existente con poder de decidir. Para comprenderse mejor a s¨ª mismas, las mujeres necesitan manejar una informaci¨®n veraz sobre lo que son, sobre la sexualidad femenina, que es diferente de la masculina, ampliamente reconocida como normal. La sexualidad femenina sigue siendo silenciada e ignorada, sin embargo, es de una riqueza incre¨ªble. Las mujeres deber¨ªamos empe?arnos en saber, porque nos comprender¨ªamos mejor, nos valorar¨ªamos m¨¢s y vivir¨ªamos m¨¢s a gusto en nuestra sexuada piel pudiendo decidir con propiedad.
Las mujeres somos sujetos de deseo, responsables de nosotras mismas; no debemos contentarnos con ser sobre todo objetos de deseo de otros. ?Qu¨¦ es lo que deseamos las mujeres? ?Que nos deseen signifique lo que signifique esto? ?Nuestros deseos son de verdad nuestros o damos cuerpo a los deseos de otros? Las mujeres deseamos por encima de todo ser nosotras mismas y vivir a gusto en relaci¨®n con otros, realizarnos como personas que somos sin que nos subordinen en el trato por ser mujeres.
Las mujeres podemos decir "no" y decir "s¨ª" con propiedad, exigiendo un buen trato en la relaci¨®n. El amor nunca puede servir de excusa al maltrato. Si te tratan mal no es amor; no lo debemos tolerar. Prevenir es mejor que curar y, por eso, las mujeres no debemos justificar ni consentir ning¨²n indicio del maltrato: a las mujeres se nos debe respetar. Podemos lograrlo si nos situamos en la vida como sujetos de nuestros propios deseos y actos, y podemos hacerlo en este mismo instante y seguir en adelante as¨ª. Adem¨¢s de cuidar a otros debemos aprender a cuidarnos a nosotras mismas, es nuestra tarea.
Por supuesto, los sistemas sanitarios pueden y deben velar por la salud de las mujeres con una clara apuesta por la prevenci¨®n. Una informaci¨®n veraz nos sirve para poder decidir lo que m¨¢s nos conviene. La vacunaci¨®n, como, por ejemplo, la vacuna contra el virus del papiloma humano previene el c¨¢ncer del cuello del ¨²tero. La amplia gama de anticonceptivos evita los embarazos no deseados, y los preservativos, las enfermedades de transmisi¨®n sexual. Los embarazos, el aborto y el parto son situaciones de riesgo para la salud femenina y precisan de una atenci¨®n especial. Las revisiones ginecol¨®gicas peri¨®dicas, la ense?anza para detectar se?ales de alarma, como el sangrado vaginal postmenop¨¢usico, de obligatoria consulta m¨¦dica, y la autoexploraci¨®n mamaria, ayudan a una detecci¨®n precoz de graves patolog¨ªas. Asimismo, toda mujer deber¨ªa realizar a diario los ejercicios para fortalecer el suelo p¨¦lvico, que, aunque no se nombre no deja de existir por ello y de dar problemas por debilitamiento y atrofia. Son ejercicios f¨¢ciles de hacer y mejoran la calidad de vida, pues evitan problemas serios como la incontinencia urinaria, los prolapsos, la cirug¨ªa para corregirlos... No se nos dice, pero qu¨¦ importante es hacerlos a diario.
El acceso a un buen sistema sanitario mejora la salud de la poblaci¨®n y es un importante bien que cuida el mayor tesoro de cada pa¨ªs: su gente. Los Estados deber¨ªan apostar por su creaci¨®n y mantenimiento.
Anna Arn¨¢iz Kompanietz es m¨¦dica, sex¨®loga y escritora.?
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