Juan Orlando toma posesi¨®n como presidente de la mitad de Honduras
El mandatario asumi¨® el cargo este s¨¢bado en medio de violentas manifestaciones en las calles de Tegucigalpa en protesta por una reelecci¨®n que consideran ileg¨ªtima
El presidente de Honduras, Juan Orlando Hern¨¢ndez, asumi¨® hoy su cargo como jefe del Estado para los pr¨®ximos cuatro a?os. Orlando gobernar¨¢ un pa¨ªs dividido en el que la oposici¨®n no reconoce su victoria electoral y donde crecen las voces que se?alan el giro autoritario en su gesti¨®n.
Mientras promet¨ªa un futuro mejor para el pa¨ªs, miles de personas llegadas de todos lados hasta la capital, Tegucigalpa, protestaban en contra de lo que consideran una reelecci¨®n ileg¨ªtima y una turbia victoria electoral que gan¨® en noviembre por poco m¨¢s de 50.000 votos.
Precisamente el miedo a las protestas marc¨® la ceremonia, y hasta pocas horas antes de su toma de posesi¨®n se desconoc¨ªa la hora y el lugar desde donde jurar¨ªa el cargo ¡ªcon la mano sobre la Biblia¡ª y se dirigir¨ªa al pa¨ªs, con la banda presidencial cruz¨¢ndole el pecho.
Solo cuando apareci¨® sobre el pasto junto a su esposa y rodeado de guardaespaldas, se supo que la investidura ser¨ªa en el Estadio Nacional. A pesar de que tiene una capacidad para 35.000 espectadores, el mandatario defini¨® el acto como algo ¡°sencillo¡±, alejado de la ostentosidad de otras veces. Esta vez se quer¨ªan evitar los disturbios ante una potencial movilizaci¨®n de miles de personas.
La oposici¨®n, liderada por Salvador Nasralla y Manuel Zelaya, no reconoce los resultados de las elecciones del pasado 26 de noviembre que dieron la victoria al mandatario conservador por unos 50.000 votos. Hasta el momentoEstados Unidos ha dado por bueno el resultado pero la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA) pidi¨® nuevas elecciones al constatar graves irregularidades antes durante y despu¨¦s del d¨ªa de votaci¨®n. El conflicto desat¨® una ola de protestas en todo el pa¨ªs que han dejado hasta el momento 34 muertos, seg¨²n cifras de organizaciones de Derechos Humanos, decenas de heridos y negocios quemados y saqueados.
Consciente de su escaso apoyo popular, Orlando reconoci¨® la divisi¨®n que su reelecci¨®n ha generado. ¡°Si una casa est¨¢ dividida no puede permanecer y soy consciente de las diferencias pol¨ªticas en el pa¨ªs, pero no hay diferencias que justifiquen la violencia (...). No es justo generar ese temor¡±, se?al¨®.
Durante una hora, defendi¨® su gesti¨®n en tres aspectos: la econom¨ªa, la reducci¨®n de homicidios y su lucha contra la corrupci¨®n. ¡°Hemos reducido los homicidios y pusimos en orden las finanzas p¨²blicas. Somos el pa¨ªs que mejor lo hizo en Centroam¨¦rica¡± presumi¨®. Sobre corrupci¨®n, en un ejercicio de imp¨²dico de funambulismo, el mandatario cit¨® a la Misi¨®n de Apoyo Contra la Corrupci¨®n y la Impunidad en Honduras (Maccih) como ejemplo de su compromiso solo unos d¨ªas despu¨¦s de que el Congreso mutilara las principales competencias de esta Comisi¨®n creada por la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA) para combatir la impunidad.
Desde hoy Juan Orlando tendr¨¢ que gobernar un pa¨ªs de m¨¢s de nueve millones personas, que expulsa anualmente 75.000 migrantes y que produce cada a?o cinco millones de pi?as.
Sin embargo, el en¨¦rgico abogado de 49 a?os, que con 22 entr¨® en pol¨ªtica, es hoy un mandatario sobre el que recaen sospechas de fraude electoral y acosado por la corrupci¨®n y el narcotr¨¢fico. El presidente del congreso, de su partido, ha sido acusado de apropiarse de fondos destinados a organizaciones no gubernamentales y al jefe de la polic¨ªa est¨¢ se?alado por encubrir el env¨ªo de una tonelada de coca¨ªna.
¡°Soy Juan Orlando Hernandez y estoy listo para darlo todo por honduras, por mi pueblo, por todos¡el trabajo lo vence todo¡±, termin¨® gritando mientras agitaba el pu?o a la multitud que lo aplaud¨ªa. Mientras esto ocurr¨ªa una batalla campal entre polic¨ªas y manifestantes se libraba en las calles de Tegucigalpa.
El giro autoritario de Juan Orlando
En los ¨²ltimos a?os el mandatario hondure?o ha ido apropi¨¢ndose de las instituciones hasta lograr una pol¨¦mica reelecci¨®n que estaba prohibida por la Constituci¨®n. A ello suma el control del Congreso, de la Corte Suprema de Justicia y hasta del Defensor del pueblo. La ¨²nica instituci¨®n que se escapaba a su control es la Misi¨®n de Apoyo Contra la Corrupci¨®n (Maccih), creada a imagen y semejanza de la Cicig de Guatemala y el primer intento de la OEA por combatir la impunidad.
Sin embargo una reciente reforma ha dejado a la comisi¨®n sin competencias para investigar casos de corrupci¨®n de los ¨²ltimos 12 a?os. Conocido como el ¡°pacto de impunidad¡±, gracias a ello cinco diputados se?alados de quedarse con dinero p¨²blico fueron liberados y se suspendi¨® otra investigaci¨®n en curso que implicaba a otros 60 diputados, incluido el presidente del Congreso, acusados de quedarse con millonarios recursos dedicados a proyectos sociales.
Con esta reforma tampoco podr¨¢n investigarse esc¨¢ndalos como el que afecta a la compra de medicinas por el Seguro Social o los sobornos de la constructora Odebrecht a funcionarios de los gobiernos de Zelaya, Roberto Micheletti o Porfirio Lobo.
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