Sonny Perdue, de 71 a?os, es el superviviente designado durante el discurso de Trump

Washington se preparaba este martes para el momento pol¨ªtico anual con m¨¢s boato de Estados Unidos, el discurso sobre el estado de la Uni¨®n, y con ¨¦l, todas las tradiciones democr¨¢ticas que lo acompa?an y que hacen tan entretenida la pol¨ªtica norteamericana. Entre ellas, la designaci¨®n de un superviviente en caso de cat¨¢strofe. Este a?o, el llamado superviviente designado ser¨¢ el secretario de Agricultura del Gobierno Trump, Sonny Perdue. ?l ser¨ªa autom¨¢ticamente el jefe del Estado si hubiera una masacre en el Capitolio. Perdue tiene 71 a?os.

La tradici¨®n se remonta a los a?os inmediatamente posteriores a la II Guerra Mundial, cuando tom¨® forma la posibilidad de un ataque nuclear. Durante el discurso del estado de la Uni¨®n se encuentran dentro del Capitolio todos los cargos constitucionales de Estados Unidos: el presidente, el vicepresidente, el presidente de la C¨¢mara de Representantes, todo el Gobierno, los portavoces y los miembros del Tribunal Supremo. Estos ¨²ltimos tienen cierta tradici¨®n de salt¨¢rselo. Este a?o, por ejemplo, cinco de ellos han anunciado que no ir¨¢n. El caso m¨¢s llamativo es el de la magistrada Ruth Bader Ginsberg, que s¨ª fue a todos los discurso de Barack Obama.

La tradici¨®n se remonta a los a?os inmediatamente posteriores a la II Guerra Mundial, cuando tom¨® forma la posibilidad de un ataque nuclear

La ley de sucesi¨®n establece que, en caso de fallecimiento, la presidencia la asume el vicepresidente. Despu¨¦s de ¨¦l, los secretarios del Gobierno por el orden en el que fueron nombrados, siempre que cumplan las condiciones para ser presidente (haber nacido en Estados Unidos y tener m¨¢s de 35 a?os).

Durante la Guerra Fr¨ªa, Estados Unidos imagin¨® una cat¨¢strofe en la que un ataque matara a todos los cargos del pa¨ªs, y se decidi¨® que al menos uno no deb¨ªa estar bajo ese mismo techo. La pr¨¢ctica apenas ten¨ªa relevancia hasta que los ataques del 11 de septiembre de 2001 volvieron a hacer presente esa posibilidad.

La tradici¨®n del superviviente designado dice que esa persona pasa las horas del discurso en un lugar protegido y secreto. La figura ha adquirido nueva relevancia en la cultura popular a ra¨ªz de una serie de televisi¨®n que se titula as¨ª (Designated Survivor, ABC), en la que un anodino secretario de Vivienda se encuentra de pronto aupado a la jefatura del Estado despu¨¦s de un ataque contra el Capitolio en una noche como la de hoy.

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Una tradici¨®n que ha arraigado en los ¨²ltimos a?os es al de utilizar la tribuna de invitados para, a trav¨¦s de las personas presentes, destacar logros del Gobierno o prioridades. Este a?o, Trump hab¨ªa invitado a peque?os empresarios que seg¨²n ¨¦l se han beneficiado de el buen momento econ¨®mico, que se atribuye. Tambi¨¦n a los padres de dos v¨ªctimas de la banda MS-13, la sanguinaria mara que Trump utiliza para pintar la inmigraci¨®n irregular como una amenaza para la seguridad.

En la tribuna tambi¨¦n estaba un agente de la polic¨ªa de inmigraci¨®n, ICE. Trump pretende que le aprueben fondos para reforzar este cuerpo policial dentro de una acuerdo global sobre inmigraci¨®n. Tambi¨¦n militares y civiles que se han jugado la vida para ayudar a otros, bien en los desastres naturales que ha sufrido Estados Unidos o en la guerra contra ISIS.

Los dem¨®cratas tambi¨¦n usaron la tribuna para expresar posiciones pol¨ªticas. Al menos dos docenas de legisladores dem¨®cratas invitaron a dreamers, los j¨®venes indocumentados amenazados de deportaci¨®n desde que Trump les quit¨® la protecci¨®n. Tambi¨¦n estuvo Lynda Bengtsson-Davis, una militar transg¨¦nero. Trump intent¨® vetar a los transexuales en el Ej¨¦rcito pero se encontr¨® con la oposici¨®n del propio Ej¨¦rcito y de los tribunales.

Otros dem¨®cratas llevaron invitadas a v¨ªctimas del acoso sexual, un tema que ha revolucionado pr¨¢cticamente todos los aspectos de la vida norteamericana. Trump, al que decenas de mujeres han acusado de abusos en distinto grado, no dedic¨® ni una l¨ªnea al asunto en su discurso.