Ecuador encara la guerra contra el narcotr¨¢fico como un problema nacional

La madrugada del s¨¢bado, un coche bomba estall¨® en Ecuador, un pa¨ªs donde no hay protocolos antiterroristas ni robots para desactivar explosivos. El atentado contra un cuartel de la polic¨ªa, que ha resultado en 28 personas heridas, ha sorprendido a un pa¨ªs que siempre hab¨ªa considerado que el narcotr¨¢fico solo estaba de paso por su territorio y que, seg¨²n ex altos cargos militares, no tiene preparaci¨®n suficiente para afrontar un problema de este calibre.?

La explosi¨®n ha sido atribuida por las autoridades del pa¨ªs y del vecino Colombia a un ecuatoriano disidente de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que no apoy¨® el proceso de paz y form¨® su propia banda criminal en la frontera norte de Ecuador.

La polic¨ªa colombiana sigue los pasos de Walter Art¨ªzala, al¨ªas Guacho, desde hace meses y sabe que se mueve por Esmeraldas, provincia ecuatoriana en la hizo estallar el coche bomba como represalia contra Ecuador por la detenci¨®n de seis de sus hombres.

Militares que custodian la zona fronteriza contaron que Art¨ªzala se encarga del traslado de droga entre los dos pa¨ªses y la informaci¨®n de Inteligencia le vincula con cuatro c¨¢rteles del narcotr¨¢fico, entre ellos, el Clan del Golfo, de Colombia, y el de Sinaloa, en M¨¦xico, recoge el diario El Comercio. Su ataque, en el que resultaron heridas 28 personas y 200 casas afectadas, ha puesto de manifiesto que la guerra del narcotr¨¢fico ha extendido su zona de influencia hasta Ecuador.

Por eso, el pa¨ªs ha solicitado ayuda a Colombia y Estados Unidos en las tareas de investigaci¨®n y ha declarado el Estado de excepci¨®n en dos ciudades de la provincia de Esmeraldas. La Fiscal¨ªa de Colombia asegura que en esa zona fronteriza el narco posee hasta 100 propiedades valoradas en 15 millones de d¨®lares y Estados Unidos ha enviado un equipo de peritos especializados en la lucha antiterrorista.

La poblaci¨®n vive atemorizada en el municipio de San Lorenzo, donde explotaron casi 100 kilos de explosivo amatol, colocados en una camioneta frente a un edificio policial. El material es similar al que se ha usado en Colombia en otros atentados.

Violencia e inseguridad

Los vecinos prefieren hacer declaraciones sin identificarse por miedo, pero hablan de un panorama de violencia,inseguridad y armas de fuego, con el que conviven todos los d¨ªas. Es un problema que todos conocen ¡°pero nadie se atreve a hablar¡±, cont¨® un hombre a la prensa local. Piden que se refuerce la presencia policial y militar para custodiar la l¨ªnea lim¨ªtrofe y lamentan que las condiciones de pobreza y la falta de empleo animen a muchos a unirse a las bandas criminales.

El ministro de Defensa de Ecuador, Patricio Zambrano, asegur¨® dos d¨ªas despu¨¦s del ataque que su cartera manejaba ¡°informaci¨®n de que en la zona estaban ocurriendo sucesos sumamente complejos¡±, pero no se sab¨ªa ¡°ni fechas ni horas de lo que se podr¨ªa acontecer¡±. Por ello, dijo, se reforz¨® la seguridad. Tras el ataque se han desplazado a la zona 1.600 agentes entre polic¨ªas y militares y, hace unas semanas, se incrementaron los patrullajes en las provincias de Esmeraldas y Sucumb¨ªos, lindantes con Colombia.

Sin embargo, altos mandos militares retirados cuestionan el desmantelamiento de las herramientas de Inteligencia que coordinaban las Fuerzas Armadas. Su funci¨®n fue asumida por la Secretar¨ªa Nacional de Inteligencia, creada por el Gobierno de Rafael Correa (2007-2017) y que se dedic¨® a vigilar a ciudadanos y a opositores. Desde entonces, a?aden, Ecuador abandon¨® la pol¨ªtica de defensa nacional y ahora enfrenta el narcoterrorismo con un d¨¦ficit de preparaci¨®n.