Desaparecidas de la morgue; sin derecho a morir
La periodista Guadalupe Liz¨¢rraga cuenta en un libro la doble desaparici¨®n de las mujeres mexicanas
La mexicana Guadalupe Liz¨¢rraga lleva a?os fuera de su pa¨ªs: como tantos otros reporteros est¨¢ amenazada. Los periodistas en M¨¦xico son callados a balazos (el pa¨ªs azteca fue en 2017 el m¨¢s mort¨ªfero para la prensa, con un total de trece periodistas asesinados, por delante de Irak y Siria). El feminicidio que sufren las mujeres mexicanas en uno de los temas que le ha puesto en la diana, un asunto que ella considera tiene la obligaci¨®n de contar, a pesar de los medios y de las muchas muertas, muchas desaparecidas y muchas verdades no contadas.
Ella denuncia la desaparici¨®n de los cuerpos de las chicas de las morgues, la prueba del horror. Es f¨¢cil de explicar: sin evidencia, sin sus cad¨¢veres, ocultados durante a?os, las cifras de la verg¨¹enza, inevitablemente bajan. Porque a pesar de los 914 asesinatos de mujeres registrados por el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF) en 17 estados en 2017 faltan otras muchas, subraya Liz¨¢rraga. Y en ese c¨®mputo macabro habr¨ªa que sumar a las v¨ªctimas no contabilizadas de estados como Guerrero, Tamaulipas, Veracruz y Michoac¨¢n, con un alto ¨ªndice de violencia feminicida. ¡°La violencia sexual, las desapariciones de mujeres y los feminicicios son una realidad que nos rebasa y abruma. A pesar de la intenci¨®n de las autoridades de tratar de ocultarla e invisibilizarla, d¨ªa a d¨ªa conocemos historias de mujeres que son v¨ªctimas de violencia cada vez mas crueles¡±, se?ala la ONCF.
Guadalupe Liz¨¢rraga lo relata en Desaparecidas de la morgue, publicado por Editorial Casa Fuerte, hace apenas unos meses. En el libro, la periodista cuenta la doble desaparici¨®n de las j¨®venes (la primera, la f¨ªsica, cuando son arrancadas de sus casas para ser torturadas, vendidas y asesinadas; y la segunda, cuando desaparecen de los dep¨®sitos de cad¨¢veres, cuando les roban el derecho hasta a morir. Durante tres a?os la reportera sigui¨® la pista de Brenda Berenice, madre de 16 a?os, una joven m¨¢s de la lista de mujeres v¨ªctimas del feminicidio. Ella es el hilo conductor para entretejer las historias de otras mujeres asesinadas, de 233 restos de mujeres que fueron ocultados durante a?os en la morgue de la Procuradur¨ªa General de Ciudad de Ju¨¢rez.
¡°Con este trabajo busco denunciar que en M¨¦xico ser mujer y pobre son condiciones suficientes para que se te vulnere el derecho a la vida. Y esa barbaridad ahora se extiende tambi¨¦n al resto de mujeres: universitarias, trabajadoras y de clase media. Las matan bajo el patr¨®n de una violencia brutal que cuenta con la complicidad de las autoridades, sometidas a un narcoestado¡±, afirma la periodista.
La reportera considera que no interesa informar sobre las tres mujeres que cada d¨ªa son asesinadas en M¨¦xico porque no es rentable y porque la sociedad ha normalizado la violencia. Tambi¨¦n culpa al miedo y a la corrupci¨®n, que como relata en las p¨¢ginas de su publicaci¨®n, llega a comprar a las propias madres. De esa forma callan, y aguantan el dolor de la muerte con unos cuantos d¨®lares, se?ala la reportera. Liz¨¢rraga es contundente en su discurso: ¡°No hay gobernante en M¨¦xico que no est¨¦ respaldado por un grupo delictivo. Por eso, se llega a decir (y lo hacen los presidentes) que las mujeres son v¨ªctimas colaterales de la lucha contra el crimen¡±.
A la pregunta de si ella, como periodista, tiene tambi¨¦n miedo a un balazo, por denunciar y por ser mujer, responde contundente: ¡°Los periodistas, al menos, elegimos la profesi¨®n. Ellas no¡±. Y para cerrar, el demoledor p¨¢rrafo con el que cierra el libro: ¡°Desde entonces [cuando cierra la investigaci¨®n], nada ha cambiado. Las j¨®venes siguen desapareciendo. Los funcionarios de la Fiscal¨ªa siguen en sus cargos. Los c¨¢rteles operan de la misma manera. El gobierno mexicano sigue su guerra contra el narco, contra los rivales de sus aliados. La ¨²nica diferencia es que a la prensa ya no le interesa la desaparici¨®n de jovencitas, menos las desaparecidas de la morgue".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Violencia en M¨¦xico
- Feminicidios en M¨¦xico
- Periodistas
- Feminicidios
- Violencia machista
- Machismo
- M¨¦xico
- Violencia g¨¦nero
- Periodismo
- Asesinatos
- Norteam¨¦rica
- Derechos mujer
- Violencia
- Sexismo
- Mujeres
- Relaciones g¨¦nero
- Latinoam¨¦rica
- Delitos
- Sucesos
- Am¨¦rica
- Prejuicios
- Medios comunicaci¨®n
- Problemas sociales
- Comunicaci¨®n
- Sociedad
- Redacci¨®n M¨¦xico
- Edici¨®n Am¨¦rica