Merkel, segunda parte
La canciller ha propuesto a Annegret Kramp-Karrenbauer, una pol¨ªtica capaz de garantizar su legado, como n¨²mero dos de la CDU
A Annegret Kramp-Karrenbauer se la conoce en Alemania como la ¡°mini Merkel¡±. Su estilo pol¨ªtico, dicen, recuerda al de la canciller. La que fuera hasta ayer ministra presidenta del Estado del Sarre es una pol¨ªtica poco dada a mostrar sus emociones, con fama de cerebral y eficiente. Tambi¨¦n como Merkel pertenece al ala m¨¢s centrista de la Uni¨®n Cristianodem¨®crata (CDU).
Por eso, Kramp-Karrenbauer, tambi¨¦n conocida como AKK, podr¨ªa convertirse en una garant¨ªa de continuidad del merkelismo en Alemania, frente a las corrientes m¨¢s derechistas de un partido en el que la tentaci¨®n de dejarse contagiar por el discurso antiinmigraci¨®n de la extrema derecha va en aumento. Con ella, interpretan los analistas, el partido se situar¨ªa en el centro de la sociedad, guiado por un pragmatismo alejado de estridencias ideol¨®gicas, como el que tambi¨¦n ha caracterizado a la canciller.
Nacida en V?lklingen, en 1962, al sur de Alemania, casi en la frontera con Francia, Kramp-Karrenbauer estudi¨® derecho y es militante de la CDU desde los 18 a?os. Habla franc¨¦s, tiene tres hijos y practica el catolicismo. Es adem¨¢s, seg¨²n resaltaban este lunes los medios alemanes, una pol¨ªtica asertiva que no necesita alimentar su ego, pero que sabe utilizar los codos cuando es necesario.
De esta mujer de apellido interminable se dice que no pierde los nervios y que goza de una gran aceptaci¨®n dentro del partido. Incluso los representantes del ala conservadora la respetan por su capacidad de an¨¢lisis, su seriedad y su olfato pol¨ªtico. Reciben adem¨¢s con los brazos abiertos a una pol¨ªtica moderada, que por ejemplo apoy¨® a Merkel en su pol¨ªtica de puertas abiertas para los refugiados, pero cuyos valores religiosos la convierten en una garante de los valores tradicionales, como demostr¨® su oposici¨®n al matrimonio gay. Es, pues, una pol¨ªtica bajo cuyo paraguas caben casi todos, en un partido necesitado de unidad.
La sinton¨ªa entre Kramp-Karrenbauer y la canciller Merkel es conocida desde hace tiempo, pero fue la victoria sorpresa y providencial en las elecciones del Sarre del a?o pasado, que rompi¨® el hechizo del candidato Schulz, la que desat¨® los rumores sobre la posible sucesi¨®n. En Sarre, ha gobernado en coalici¨®n Jamaica ¡ªVerdes, Liberales y conservadores¡ª y en gran coalici¨®n con los socialdem¨®cratas, lo que supone una experiencia muy valiosa con vistas al pr¨®ximo Ejecutivo.
Pero pese a sus virtudes, para muchos Kramp-Karrenbauer es todav¨ªa una pol¨ªtica de provincias, que hasta ahora gobernaba un Estado de un mill¨®n de habitantes. Es evidente su falta de experiencia en la pol¨ªtica nacional e internacional. De su rodaje en la capital los pr¨®ximos meses depender¨¢ su futuro y tal vez tambi¨¦n el de Alemania.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.