Alemania se jug¨® su futuro en una noche
Mientras Europa y Alemania esperaban el pacto, los pol¨ªticos dedicaron la ¨²ltima noche de las negociaciones a pelear por las carteras
El martes por la noche expiraba el plazo. A los dos grandes partidos alemanes, el centro-derecha y la socialdemocracia se les acababa el tiempo para alcanzar un acuerdo de Gobierno. Si no, la crisis pol¨ªtica alemana corr¨ªa el riesgo de entrar en una fase aguda, despu¨¦s de cuatro meses sin Ejecutivo, en el epicentro del poder europeo. Los negociadores llevaban desde las diez de la ma?ana encerrados en la sede de la CDU, el partido de la canciller Angela Merkel en Berl¨ªn. El reloj marc¨® la medianoche del martes, pero el acuerdo segu¨ªa sin llegar. El mi¨¦rcoles sali¨® el sol, y no hab¨ªa todav¨ªa noticias. La preocupaci¨®n en toda Europa era patente. A las 9.45 las alertas de los medios alemanes cantaban victoria. Hab¨ªa acuerdo de gran coalici¨®n.
D¨ªas despu¨¦s, el relato de lo que pas¨® aquella noche entre las cuatro paredes de la Konrad Adenauer Haus va cobrando forma. Aquella noche, algunos pol¨ªticos durmieron tirados en el suelo, otros se pelaron. Hubo gritos y tambi¨¦n silencios interminables. Pero lo de menos fue el texto del acuerdo de 177 p¨¢ginas cuyo consenso fue labrado con mimo durante los 12 d¨ªas anteriores. Ni un desacuerdo sobre el fondo de la cuesti¨®n. Aquella noche, los pol¨ªticos alemanes se estaban repartiendo las carteras.
La noche Groko (el acr¨®nimo en alem¨¢n de la gran coalici¨®n), fue un Gran Hermano pol¨ªtico, en la que los primeros espadas de la gran potencia europea pelearon a brazo partido por los ministerios m¨¢s suculentos, seg¨²n la reconstrucci¨®n de uno de los protagonistas y de diversas fuentes que cita la prensa alemana.
Los socialdem¨®cratas (SPD) arrancaron con un ¨®rdago. ¡°La ¨²ltima noche, el SPD exigi¨® Exteriores, Finanzas y Asuntos Sociales. Sin eso, no habr¨ªa Gobierno¡±, ha relatado el l¨ªder de la CSU y uno de los protagonistas, Horst Seehofer a la televisi¨®n b¨¢vara. El SPD quer¨ªa seis ministerios, incluidos los m¨¢s potentes. Dijeron que no se mover¨ªan y no se movieron. Exig¨ªan Finanzas, la joya de la corona del Gobierno alem¨¢n, en tiempos de super¨¢vit desorbitado, con el que poder asegurar el cumplimiento de su programa social, pero sobre todo, porque parte de la pol¨ªtica europea de reformas de eurozona que defienden pasan tambi¨¦n por ese ministerio. Exteriores porque Mart¨ªn Schulz, el todav¨ªa l¨ªder del SPD cre¨ªa haber encontrado all¨ª una salida honrosa de un partido al que ha llevado al hundimiento y que ya no le quiere. Dos d¨ªas despu¨¦s se ver¨ªa sin embargo obligado a renunciar a su trofeo. Y Trabajo porque es una se?a de identidad del SPD a la que no pensaban renunciar, seg¨²n relata el Suddeutsche Zeitung. El problema es que la CSU, el aliado b¨¢varo del bloque conservador tambi¨¦n exig¨ªa esos ministerios. ¡°De las cuatro de la tarde a las seis de la ma?ana siguiente solo se habl¨® de eso¡±, ha reconocido Seehofer.
Pelando mandarinas
Algunos negociadores se fueron de la sala en la que se estaba negociando y se tiraron por las oficinas a dormir. Incluida la ministra de Defensa, Ursula von der Leyen, que utiliz¨® su chaqueta como almohada. Los que quedaban, unos cuatro o cinco guardaron tensos y largu¨ªsimos silencios, porque nadie sab¨ªa c¨®mo salir de ese trance, seg¨²n el l¨ªder b¨¢varo. ¡°Yo pelaba mandarinas o una naranja, por tener algo que hacer¡±.
Nadie quer¨ªa ceder, pero nadie quer¨ªa tampoco romper la baraja. Merkel advirti¨® que si sal¨ªan a la calle y le explicaban a los alemanes y al mundo que no habr¨ªa Gobierno porque no hab¨ªan sido capaces de ponerse de acuerdo en el reparto de carteras, el golpe para los partidos y para los presentes en aquella sala podr¨ªa ser mortal. ¡°Era una situaci¨®n muy tensa, porque cuando una parte dice que si no se cumplen sus deseos, no hay gran coalici¨®n, hay que tom¨¢rselo en serio. Nosotros tambi¨¦n ¨¦ramos de la opini¨®n de que no habr¨ªa coalici¨®n si no se cumpl¨ªan nuestras exigencias¡±, ha dicho Seehofer. Hubo algunas intentonas por parte de Merkel que propuso m¨¦todos de reparto que sin embargo no convencieron al SPD, porque no les garantizaban los tres ministerios que quer¨ªan. El reloj segu¨ªa marcando las horas.
El SPD negociaba bajo una tremenda presi¨®n. En diez d¨ªas, las bases del partido, 460.000 afiliados, deber¨¢n aprobar en una consulta vinculante el pacto de gran coalici¨®n. Cuanto m¨¢s beneficioso fuera el acuerdo para los socialdem¨®cratas, m¨¢s posibilidades tendr¨ªan de que las bases, muchas de ellas reticentes, dieran su visto bueno.
Las bases del SPD
Los tres partidos (CDU, CSU y SPD) han gobernado en coalici¨®n ocho de los ¨²ltimos doce a?os y se conocen perfectamente. Los tres han salido debilitados de las ¨²ltimas elecciones, pero han conservado el equilibrio de fuerzas entre ellos. En principio, el reparto pod¨ªa haber sido muy similar al de la coalici¨®n saliente, la diferencia en esta ocasi¨®n, la marcaba la indignaci¨®n de los militantes socialdem¨®cratas que han visto c¨®mo su partido se ha desplomado hasta m¨ªnimos hist¨®ricos (20,5% de los votos en las pasadas elecciones). ¡°No podemos ser los que sirven el caf¨¦ en el pr¨®ximo Gobierno¡±, protest¨® Schulz aquella noche, seg¨²n el relato que este fin de semana publica Der Spiegel. ¡°No lograremos superar la votaci¨®n¡±, advirti¨®.
Fuentes del SPD aseguran que aquella noche, el problema fue en todo momento la CSU, seg¨²n la versi¨®n del Frankfurter Allgemeine Zeitung. El partido b¨¢varo tambi¨¦n negociaba bajo presi¨®n y con la mirada puesta en su patio trasero. En septiembre, la CSU se enfrenta a sus elecciones regionales en Baviera, donde corre el serio riesgo de perder su dominio absoluto a causa de la extrema derecha (Afd). El propio Seehofer tambi¨¦n est¨¢ de salida en Baviera, donde ya ha puesto en marcha su relevo y busca un broche final a su carrera pol¨ªtica en Berl¨ªn.
En un momento de la noche, el jefe del grupo parlamentario de la CDU Volker Kauder, perdi¨® la paciencia, grit¨® y amenaz¨® con salir, donde hac¨ªan guardia los periodistas a decir que las negociaciones hab¨ªan fracasado y que hab¨ªa sido todo culpa de la CSU, seg¨²n el diario muniqu¨¦s. Al final, la CSU accedi¨® a rebajar sus expectativas a cambio de un superministerio de Interior, Construcci¨®n y Patria, que dirigir¨¢ el propio Seehofer.
A partir de las ocho y media de la ma?ana se empez¨® a cocinar el acuerdo final. La CDU de Merkel ceder¨ªa mucho poder respecto a su peso electoral, pero a cambio habr¨ªa un pacto y la canciller se asegurar¨ªa su cuarto mandato. Seehofer obtendr¨ªa un ministerio ampliado y crucial con el que hacer frente al discurso antiinmigraci¨®n de Afd. Y Schulz marchar¨ªa con las mejores carteras debajo del brazo y un billete para recorrer el mundo en nombre de la diplomacia alemana. Todos contentos y el objetivo cumplido. Hab¨ªan salvado la gran coalici¨®n alemana. Lo que no probablemente no sospechaban los l¨ªderes aquella ma?ana, en la que agotados cantaron victoria ante la prensa es lo que vendr¨ªa despu¨¦s. Que de vuelta a casa, sus partidos se iban rebelar contra un reparto, que a estas alturas corre todav¨ªa el riesgo de saltar por los aires.
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