El sureste asi¨¢tico se ata la mordaza
Los ataques a la libertad de expresi¨®n aumentan en una regi¨®n cada vez bajo m¨¢s influencia de China
La lista es larga: peri¨®dicos cerrados, blogueros detenidos, periodistas en prisi¨®n; censura y control del espacio digital, leyes draconianas, acoso, violencia. El espacio para disentir se reduce manifiestamente en el sureste asi¨¢tico, a medida que los reg¨ªmenes totalitarios de la regi¨®n afianzan su poder y pa¨ªses m¨¢s liberales o en transici¨®n democr¨¢tica como Malasia, Indonesia y Myanmar se repliegan.
No hay excepciones. Los diez miembros de la ASEAN, la Asociaci¨®n de Naciones del Sureste Asi¨¢tico (Malasia, Indonesia, Brun¨¦i, Vietnam, Camboya, Laos, Myanmar, Singapur, Tailandia y Filipinas), llevan a?os dando pasos atr¨¢s en lo que a libertad de expresi¨®n se refiere, alerta Freedom House. El retroceso se ha hecho m¨¢s notorio especialmente en Myanmar y Camboya en los ¨²ltimos meses, advierte Lauren Galacia,?una portavoz de dicha organizaci¨®n. ¡°Hay grandes preocupaciones sobre todos los pa¨ªses¡±, puntualiza.
Myanmar (antigua Birmania) bloquea sin escr¨²pulos las investigaciones contra el Ej¨¦rcito birmano, sospechoso de emprender una ¡°limpieza ¨¦tnica¡±, seg¨²n la ONU y EE UU, contra la minor¨ªa musulmana rohingya desde el pasado agosto. Dos periodistas de la agencia Reuters, Wa Lone y Kyaw Soe Oo, podr¨ªan recibir una sentencia de hasta 14 a?os de prisi¨®n por violar la ley de Secretos Oficiales birmana. Su delito: documentar la masacre de diez rohingyas en la localidad Inn Din, en el estado de Rakhine (norte de Myanmar), de donde proceden y han huido cientos de miles de esta etnia musulmana.
Mientras se desvanecen las esperanzas de cambio que supuso la victoria de Aung San Suu Kyi en Myanmar en 2015, Camboya ha dado carpetazo definitivo a la apertura democr¨¢tica para asegurar que el primer ministro Hun Sen gana las elecciones de junio, 33 a?os despu¨¦s de su llegada al poder. Tras el cierre del diario Cambodia Daily o la ilegalizaci¨®n de la oposici¨®n, el en¨¦simo envite a las libertades ha sido la aprobaci¨®n de una ley de lesa majestad, a espejo de la normativa tailandesa, la m¨¢s r¨ªgida del mundo. En Tailandia, un hombre fue condenado el pasado junio a 30 a?os de c¨¢rcel por publicar mensajes contra la monarqu¨ªa en Facebook.
El tenso contexto pol¨ªtico en la regi¨®n, con otros procesos electorales a la vista, hace a organizaciones prodemocracia temer una intensificaci¨®n a¨²n mayor de las restricciones en los pr¨®ximos meses, tanto en Internet como en las calles. La Junta Militar que gobierna Tailandia desde el golpe de Estado de 2014 vigila las cr¨ªticas contra su decisi¨®n de retrasar hasta 2019, como m¨ªnimo, unas elecciones que se esperaban este a?o. Cuatro activistas fueron detenidos este mes por protestar en p¨²blico por la demora del plebiscito.
Dos de los reg¨ªmenes m¨¢s democr¨¢ticos del sureste asi¨¢tico, Malasia e Indonesia, tambi¨¦n retroceden. El auge de grupos islamistas est¨¢ determinando la agenda pol¨ªtica y los foros de debate ante los comicios generales que Malasia debe convocar antes de agosto, y a las elecciones regionales que Indonesia celebrar¨¢ en junio. Adem¨¢s del cierre de p¨¢ginas web progresistas y el acoso a medios independientes como Malaysiakini, en Malasia ¡°proliferan los medios online conservadores que denigran a las minor¨ªas¡±, se?ala Galacia.
Indonesia, referente de apertura democr¨¢tica desde la ca¨ªda de Suharto a finales de los a?os 90, emprende un vertiginoso camino al pasado. El archipi¨¦lago acaba de aprobar una ley que penaliza a los que ¡°deshonren¡± al Parlamento o sus miembros, cuando la c¨¢mara baja prepara una revisi¨®n del c¨®digo penal que incluye la criminalizaci¨®n de las relaciones homosexuales y extramaritales, criticada por los sectores progresistas.
Ni siquiera Filipinas, uno de los pa¨ªses m¨¢s abiertos del sureste asi¨¢tico, se queda al margen. El Gobierno de Rodrigo Duterte retir¨® en enero la licencia al portal de noticias Rappler, cr¨ªtico con el mandatario y su guerra contra las drogas. Singapur ha aumentado las restricciones a la libertad de asamblea en el pa¨ªs y contin¨²a poniendo cortapisas a la prensa independiente. Y pa¨ªses autoritarios como Laos o Vietnam combinan el uso de leyes restrictivas con las detenciones, acoso y violencia contra blogueros y periodistas, adem¨¢s de censurar Internet al estilo de China, el mayor agresor de la libertad en la red en 2017 por tercer a?o consecutivo, seg¨²n Freedom Watch.
Al margen del propio contexto pol¨ªtico, la situaci¨®n en el sureste asi¨¢tico no puede explicarse, coinciden los expertos, sin atender al peso cada vez mayor que China juega en la regi¨®n. Mientras la ASEAN recula en libertades, el crecimiento econ¨®mico avanza a zancadas. El Banco Asi¨¢tico de Desarrollo (BAD) prev¨¦ que llegue al 5,1% en 2018, espoleado por las crecientes inversiones de la segunda econom¨ªa mundial, principal socio comercial de la regi¨®n.
El mayor influjo de China ha ido acompa?ado, adem¨¢s, de lo que se percibe como una p¨¦rdida de inter¨¦s por la zona de EE?UU. ¡°En las pasadas d¨¦cadas eran solo EE UU, junto a la UE, los que alzaban la voz contra las violaciones de derechos humanos en la regi¨®n. Pero no es el caso de la administraci¨®n del presidente Donald Trump. La p¨¦rdida de una voz tan influyente tiene impacto¡±, subraya Marte Hellema, de la organizaci¨®n Forum Asia.
Sin presiones rese?ables, algunos pa¨ªses emulan directamente las estrategias del gigante en la coerci¨®n de la libertad de expresi¨®n. ¡°Desafortunadamente, parece que sus t¨¢cticas [de China] son cada vez m¨¢s copiadas por los pa¨ªses vecinos¡±, recalca Hellema.
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