Llegaremos a la justicia verdadera para Berta C¨¢ceres
Supe que ten¨ªamos que asumir la b¨²squeda de justicia, lo que no sab¨ªa era c¨®mo iba a enfrentar a tanta impunidad
Una madrugada, hace dos a?os en M¨¦xico, recib¨ª la llamada que confirmaba lo que usted tanto nos advirti¨®: que un d¨ªa la iban a matar por su lucha. En ese momento supe que ten¨ªamos que asumir la b¨²squeda de justicia con la fuerza con la que usted hubiese luchado. Lo que no sab¨ªa era c¨®mo iba a enfrentar a tanta impunidad.
En ese momento hice la maleta, llam¨¦ a mis hermanos y sal¨ª para Honduras a acompa?arme en el dolor con quienes siempre estuvieron a su lado: la gente del Consejo C¨ªvico de Organizaciones Populares e Ind¨ªgenas de Honduras (COPINH), sus compas.
Hac¨ªa unos d¨ªas hab¨ªamos conversado largamente, usted me contaba sobre las amenazas de los hombres de Desarrollos Energ¨¦ticos S.A. en una m¨¢s de las manifestaciones de la comunidad de R¨ªo Blanco en contra de la represa Agua Zarca que estaban construyendo. Me coment¨® de lo bien que iba el taller comunitario de energ¨ªas alternativas que facilitaba Gustavo Castro, el ¨²nico testigo de su muerte. Recuerdo cuando hicimos el comunicado para rechazar la inversi¨®n de los bancos Netherlands Development Finance Company, Finn Fund y Banco Centroamericano de Integraci¨®n Econ¨®mica, y c¨®mo me explicaba que toda la violencia en ese proyecto era culpa de su dinero.
Me inund¨® el miedo de que el Estado que la persigui¨® y criminaliz¨® dejara en la impunidad su muerte. Pero nunca imagin¨¦ que lo hiciera de una manera tan abierta y de las tantas irregularidades que afrontar¨ªamos intentando llegar a la verdad.
Mami, no exagero, hemos hecho todo lo que podemos para llegar a la justicia: denuncias, manifestaciones, investigaciones independientes, demandar sin cesar nuestra participaci¨®n en la investigaci¨®n, intentar cancelar la ilegal concesi¨®n que origin¨® todo. Hemos avanzado. ?Pero qu¨¦ va! No le miento, la mafia que protege a los m¨¢ximos responsables de su muerte es muy poderosa.
Cada palabra suya, cada lecci¨®n que me dio me han acompa?ado para no dejarme tragar en la tristeza. He viajado a todos los lugares posibles para denunciar el hecho y para contarles que usted habita en la lucha de las comunidades que desaf¨ªan a los poderosos. Hoy camino por R¨ªo Blanco con la absoluta certeza de que ese territorio seguir¨¢ siendo libre y que llegaremos a la justicia verdadera.
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