Trump alaba la perpetuaci¨®n en el poder de Xi Jinping: ¡°Quiz¨¢ nosotros lo probemos alg¨²n d¨ªa¡±

A Donald Trump le gustan los l¨ªderes autoritarios y esa debilidad no entiende de guerras comerciales ni rivalidades geoestrat¨¦gicas. Este s¨¢bado, con sus mensajes amenazando con una escalada de aranceles -que tienen en China a unos de sus destinatarios- a¨²n frescos, el presidente de Estados Unidos elogi¨® al presidente de la potencia asi¨¢tica, Xi Jinping, por haber impulsado su perpetuaci¨®n en el poder. ¡°Ahora es presidente de por vida. Presidente de por vida. No, ¨¦l es genial¡±, dijo Trump en un acto privado de captaci¨®n de fondos, seg¨²n una grabaci¨®n a la que tuvo acceso la cadena CNN. ¡°Y, miren, ¨¦l pudo hacerlo. Creo que es genial. Quiz¨¢ alg¨²n d¨ªa lo probemos¡±, a?adi¨®.

El Comit¨¦ Central del Partido Comunista anunci¨® el pasado 25 de febrero una reforma constitucional que eliminaba el l¨ªmite de dos mandatos en y permite a Xi Jinping perpetuarse al frente del r¨¦gimen. Acto seguido, en las redes sociales la censura bloque¨® cualquier t¨¦rmino que pudiera sonar a cr¨ªtica de la iniciativa. En Estados Unidos, pa¨ªs que se considera l¨ªder del mundo libre, la Constituci¨®n proh¨ªbe m¨¢s de dos mandatos seguidos desde 1951. Pero antes que eso, tradicionalmente los mandatarios no pasaban en la Casa Blanca m¨¢s de ochos a?os, con la excepci¨®n de Franklin D. Roosevelt, que fue elegido cuatro veces.

Pese a lo antag¨®nico de ambas culturas pol¨ªticas, al hoy presidente de Estados Unidos le gusta Xi. En la reuni¨®n de este s¨¢bado repiti¨® elogios, le calific¨® de ¡°gran caballero¡±, ensalz¨® que es el presidente chino m¨¢s poderoso ¡°en 100 a?os¡± y record¨® lo bien que le hab¨ªa tratado en su visita del pasado noviembre.

Washington se muestra dispar. EE UU y China tienen al menos dos frentes importantes abiertos, las disputas comerciales y el conflicto de Corea del Norte. Trump ha hecho del d¨¦ficit comercial de la econom¨ªa estadounidense su caballo de batalla y China es el principal responsable de ese desfase entre lo que importa y lo que exporta. Adem¨¢s, ambos pa¨ªses discrepan de la estrategia seguir con el r¨¦gimen coreano y su escalada nuclear, dado que Washington reclama m¨¢s mano dura a Pek¨ªn. Adem¨¢s, la nueva estrategia de seguridad presentada en diciembre recupera el lenguaje de rivalidad de la Guerra Fr¨ªa y apunta a China y Rusia como rivales que pretenden erosionar la fortaleza de Estados Unidos.

Pero el presidente del pa¨ªs, al mismo tiempo, sintoniza con sus l¨ªderes. Trump ha elogiado varias veces al presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, cuando su propia Administraci¨®n le acusa de haber orquestado una campa?a para interferir en las elecciones presidenciales. Tambi¨¦n ha tenido buenas palabras para otros l¨ªderes criticados por organismos de derechos humanos como el presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi; el de Turqu¨ªa, Recep Tayyip Erdogan, o el filipino, Rodrigo Duterte.

En el acto de este s¨¢bado Trump tambi¨¦n mostr¨® su obsesi¨®n con Hillary Clinton, la rival dem¨®crata a la que venci¨® en las elecciones presidenciales, hace ya casi un a?o y medio. ¡°?Es Hillary una persona feliz? ?Creen ustedes que es feliz?¡±, dijo. ¡°Cuando llega a casa por la noche, ?dice ¡°Qu¨¦ gran vida¡±? No lo creo. Nunca se sabe. Espero que sea feliz¡±. El presidente lanz¨® un velado ataque al fiscal general, Jeff Sessions, cuando insisti¨® en que el sistema electoral est¨¢ ¡°manipulado¡± y se quej¨® de que no tienen a ¡°la gente adecuada ah¨ª¡± todav¨ªa.