And the winner is¡?
Los italianos llevan votando antisistema al menos desde 1992, tras el gigantesco esc¨¢ndalo de corrupci¨®n de Mani Pulite y cuando se derrumb¨® la clase pol¨ªtica tradicional
Este fin de semana no era f¨¢cil decidir llamar, como siempre, quiniela de los Oscar a la incertidumbre de los Oscar, porque planteaba un grave problema de met¨¢foras para valorar el grado de intriga de las elecciones italianas. Si lo de Hollywood es una quiniela, lo de Italia qu¨¦ era: ?una ruleta? ?rusa? ?el dilema de la materia oscura del universo? Hoy nos hemos levantado y sabemos hasta qui¨¦n ha ganado el ?scar al mejor cortometraje, pero ni idea, no ya de qui¨¦n ser¨¢ el primer ministro italiano, sino de qui¨¦n ha ganado las elecciones, as¨ª en general.
Pero, en realidad, no hay tal misterio: ha salido exactamente lo que se hab¨ªa calculado que saliera. Es decir, cuando izquierda y derecha aprobaron in extremis hace unos meses esta nueva ley electoral, el en¨¦simo artefacto mal¨¦volo de laboratorio de la pol¨ªtica italiana, quer¨ªan precisamente que ocurriera esto: que no ganara el Movimiento Cinco Estrellas (M5S), aunque eso significara instaurar el caos. El caos es m¨¢s familiar, le tienen m¨¢s miedo al movimiento de Beppe Grillo, que es lo desconocido. Se prefieren a ellos mismos, que son los de siempre y se conocen de toda la vida. Lo que pasa es que, como ocurri¨® en los anteriores comicios de 2013, cuando M5S ya fue el primer partido, los italianos insisten en votar contra lo de toda la vida, contra el sistema, y ser¨¢ por algo. Entre otras cosas porque nada ha cambiado desde hace cinco a?os, otra oportunidad perdida.
Los italianos llevan votando antisistema al menos desde 1992, tras el gigantesco esc¨¢ndalo de corrupci¨®n de Mani Pulite y cuando se derrumb¨® la clase pol¨ªtica tradicional. Entonces el antisistema, eso dec¨ªa ¨¦l, era Berlusconi. Tambi¨¦n la Liga Norte. Luego El Olivo, una in¨¦dita coalici¨®n de izquierdas, y por tanto suicida, valga la redundancia. Despu¨¦s Matteo Renzi, aunque a ¨¦l no le eligi¨® nadie, se bast¨® ¨¦l solo. Todos en mayor o menor medida se han presentado como una novedad, como algo realmente distinto, esta vez en serio, para acabar con la inercia y la podredumbre de la pol¨ªtica italiana. Pero nada. Y cada vez se prueba algo m¨¢s fuerte. El lema de M5S, desde sus inicios es muy b¨¢sico, y perd¨®n por la burda expresi¨®n, pero es una cita literal: mandar a todos los pol¨ªticos de siempre a tomar por culo. Fueron los primeros en Europa, luego vino Podemos, UKIP, Marine Le Pen, el Brexit, Trump¡
Los partidos tradicionales italianos no han tenido m¨¢s ant¨ªdoto que esperar a ver si la gente se cansa tambi¨¦n de los nuevos, hasta que sean como ellos. Pero es que en cuanto a aburrimiento y falta de credibilidad les llevan unas cinco d¨¦cadas de ventaja. Muchos votan pensando que peor no puede ser y que cualquier cosa menos esta gente, que lleva mangoneando desde que uno tiene uso de raz¨®n. Luigi di Maio, el l¨ªder del M5S, tiene ahora la oportunidad de mostrarse h¨¢bil e inteligente ¡ªde momento ya parece un chico bueno¡ª y ser¨ªa un alivio para Italia que de verdad lo fuera, pero ni entre los que le han votado se hacen muchas ilusiones. M¨¢s bien mantienen la respiraci¨®n y que sea los que Dios quiera.
Lo m¨¢s preocupante es el ascenso de la Liga Norte como primera fuerza de la derecha, pero es natural. Italia siempre ha tenido una gran mayor¨ªa conservadora, y los dos bandos se han turnado indefectiblemente en el poder, por decepci¨®n fija con el ¨²ltimo vencedor. Nunca nadie ha repetido. Ahora le tocaba a la derecha y el l¨ªder de referencia de ese campo, por vac¨ªo pol¨ªtico y por ausencia de Berlusconi, es Matteo Salvini. Es el que hay. Hubiera ganado el pato Donald echando pestes de los inmigrantes, aunque en este caso quiz¨¢ era mejor el pato Donald. La Liga, en todo caso, ya ha gobernado muchos a?os, ha robado como todos y tambi¨¦n se acab¨® domesticando en los despachos, aunque mantiene siempre activa una notable cuota de tonter¨ªas y desvar¨ªos. Pero en todo caso su auge tiene un responsable indirecto: la Uni¨®n Europea, los Estados que la componen. La inmigraci¨®n irregular es un problema colosal en Italia, que ha sido dejada sola a gestionar una emergencia hist¨®rica con su maltrecho y agujereado entramado administrativo. Solo lo ha conseguido con el altruismo y la humanidad de miles de italianos, que suplen a menudo con su individualismo los fallos del sistema.
En resumen, izquierda y derecha han preferido el caos a M5S. Conseguido el caos, ahora ver¨¢n qu¨¦ se les ocurre. Si piensan ustedes que tienen un plan B a¨²n no lo han entendido: el plan B es el que va a fallar ahora, ellos est¨¢n ya por el C o el D. Pero solo saldr¨¢ adelante el de uno de ellos o una combinaci¨®n insatisfactoria para todos del plan H de uno y el W de otro, con ribetes del Y de un tercero, que si no jam¨¢s apoyar¨ªa la operaci¨®n. Por eso ahora mismo los l¨ªderes italianos no tienen ni idea de qu¨¦ va a pasar, pero ya lo ir¨¢n sabiendo, aunque se pongan nerviosos Europa y los mercados. Da igual lo que hayan dicho hasta ahora, de no pactar nunca con este o el otro, la coherencia no viene de serie, es opcional, empieza una partida distinta y con un nuevo tablero. Ahora ya es posible todo, que es lo que se pretend¨ªa. El pueblo italiano, mientras tanto, espera, aunque no espera nada. Ellos votan a pesar de sus pol¨ªticos y estos se organizan a expensas de sus ciudadanos.
Es ilustrativa una an¨¦cdota de ayer ¡ªen Italia las an¨¦cdotas son m¨¢s verdad que las noticias¡ª. Es lo que pas¨® en Roma, N¨¢poles y otras capitales con cientos de empleados p¨²blicos de servicios p¨²blicos de transportes o recogida de basuras: se presentaron en masa como voluntarios para el escrutinio, porque es un permiso de concesi¨®n obligatoria y pagado. Aunque suponga que la ciudad queda paralizada en servicios m¨ªnimos y perjudique al resto de ciudadanos. Eso refleja un esp¨ªritu pr¨¢ctico y ego¨ªsta hasta el extremo, tambi¨¦n la pobreza de salarios, y que no deja de ser divertido, pero que tiene un fondo triste. Ser¨¢, probablemente, m¨¢s o menos la gama de emociones que dominar¨¢ la escena pol¨ªtica en las pr¨®ximas semanas, hasta que se inventen una soluci¨®n, que solo se les ocurrir¨ªa a ellos. Lo que nunca se sabe es el ganador.
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