Los nuevos colores de Italia
Del rojo de la izquierda al azul con matr¨ªcula Salvini y el amarillo de 5 Estrellas. Las elecciones tendr¨¢n profundas consecuencias
Hubo un tiempo en el que hab¨ªa regiones rojas y regiones azules. Las primeras resist¨ªan desde la posguerra, y durante 70 a?os estuvieron gobernadas primero por el Partido Comunista, y luego por los sucesores de este. Las segundas han sido monopolio de Silvio Berlusconi, que congreg¨® al pueblo disperso del pentapartito de la primera rep¨²blica. Actualmente ya no queda nada de todo eso. Perviven unas pocas islas rojas, el azul cubre el norte por completo y penetra hasta Roma, si bien ahora habla el lenguaje extremista de la Liga de Matteo Salvini, y el resto es amarillo.
La otra mitad de Italia a lo largo de la costa del Adri¨¢tico que se extiende desde P¨¦saro hasta el extremo de Santa Mar¨ªa de Leuca, todo el Mezzogiorno y las islas, ha mandado una se?al inequ¨ªvoca, sin fisuras ni discrepancias. Para esta zona del pa¨ªs, el ¨²nico cambio posible son las 5 Estrellas de Luigi di Maio. Esta vez lo hab¨ªamos previsto, pero no con estas dimensiones ni con esta fuerza. Se trata de una ruptura que tiene a Europa con el alma en vilo.?
El panorama pol¨ªtico italiano sale trastornado de estas elecciones, y las consecuencias prometen hacer historia. No solo se ha roto el bipartidismo, sino que est¨¢ en cuesti¨®n la propia posibilidad de que siga existiendo una idea de la izquierda representada por una fuerza pol¨ªtica. Si nos fijamos en el inmenso mapa amarillo y lo superponemos al del paro en Italia, veremos que coinciden.?
Si la izquierda de los derechos no entiende que lo primero es tener un trabajo y una perspectiva de vida, est¨¢ destinada a extinguirse. El movimiento fundado por Beppe Grillo ha sido h¨¢bil a la hora de interceptar e interpretar toda clase de protesta y malestar y de mantenerse unido con el fin de presentarse como ¨²nica alternativa. Ese amarillo es el grito de los que se sienten excluidos del futuro y han perdido toda confianza en la pol¨ªtica tradicional. Las objeciones a la capacidad del Movimiento 5 Estrellas de cumplir su promesa y la denuncia de su incompetencia permanecen intactas, pero ahora el problema es de ellos.
El norte ha abandonado la caricatura de Silvio Berlusconi para entregarse al que ha sabido interpretar el sentimiento de soledad y de miedo. La seguridad y la inmigraci¨®n han decidido este voto. Basta recordar que, en la Macerata que ha inundado las noticias por el homicidio de Pamela y el ataque racista, en las elecciones legislativas de 2013 la Liga obtuvo un 0,6% de los votos, y ahora tiene un 21%.
Han vencido las palabras de orden que todo lo simplifican y dividen el mundo en amigos y enemigos. Han perdido aquellos que, como nosotros, siguen convencidos de que los derechos y los deberes no ata?en solamente a quienes han nacido en Italia de padres italianos, y que la seguridad y la integraci¨®n pueden convivir. El resultado del domingo por la noche trasciende el Brexit y el triunfo electoral de Donald Trump. Nos esperan tiempos complicados, un vuelco de las convicciones y las pr¨¢cticas que tendr¨¢ consecuencias profundas.?
No hay atajos. El vencedor, y en este caso son dos, tiene que encontrar los votos para gobernar y el programa para convencer. La izquierda debe empezar de nuevo a partir de posiciones en las cuales todav¨ªa sea capaz de marcar la diferencia con el fin de entender cu¨¢l puede ser su futuro. El electorado se ha encargado de jubilar las escisiones y el odio antiguo y ciego, y de poner definitivamente punto final al siglo XX.?
Mario Calabresi es director de 'La Repubblica'.
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