La UE enfr¨ªa las expectativas de May y solo ofrece un acuerdo comercial tras el Brexit
Tusk rechaza el v¨ªnculo profundo que reclamaba Londres y evita mencionar la cuesti¨®n de los servicios financieros
El Brexit no conducir¨¢ al v¨ªnculo profundo y ambicioso que pide Reino Unido para su relaci¨®n futura con la UE. Las l¨ªneas rojas que ha trazado Londres apenas permiten a Bruselas ofrecer un acuerdo de libre comercio, con otros cap¨ªtulos de cooperaci¨®n en justicia, defensa, seguridad y aviaci¨®n. Esas son directrices que ha presentado este mi¨¦rcoles el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y que marcar¨¢n la negociaci¨®n sobre el nexo entre Londres y Bruselas tras el acuerdo de separaci¨®n. La oferta queda muy por debajo de las expectativas que lanz¨® la primera ministra brit¨¢nica, Theresa May, en su discurso de la semana pasada.
El dise?o de la era pos-Brexit comienza con una advertencia clara desde Bruselas. ¡°Estar fuera de la uni¨®n aduanera y del mercado ¨²nico llevar¨¢, inevitablemente, a fricciones [¡] Desafortunadamente, esto tendr¨¢ consecuencias econ¨®micas negativas¡±, advierte el documento, adelantado por el diario Politico. Las directrices reflejan la voz de los 27 Estados miembros ante el di¨¢logo con sus todav¨ªa socios brit¨¢nicos.
Tusk ha querido verbalizar algunas de esos perjuicios. ¡°He propuesto un intercambio de bienes sin aranceles. Como todos los acuerdos comerciales, tambi¨¦n deber¨ªa incluir servicios. Pero eso no cambia el hecho de que nos estamos separando. [El acuerdo comercial] no har¨¢ la relaci¨®n comercial m¨¢s f¨¢cil. Ser¨¢ m¨¢s complicada. Esa es la esencia del Brexit¡±, ha se?alado desde Luxemburgo. El primer ministro de este pa¨ªs, Xavier Bettel, que comparec¨ªa junto a ¨¦l, ha resumido el esp¨ªritu de los Veintisiete ante este desaf¨ªo: ¡°No habr¨¢ ganadores tras el Brexit. Las dos partes pierden¡±.
La UE es consciente de que no est¨¢ dicha la ¨²ltima palabra respecto a las condiciones de relaci¨®n futura. En un contexto pol¨ªtico marcado por los continuos giros respecto al divorcio de la UE, Bruselas contempla que Londres pueda acabar aceptando algunas cosas que hoy le resultan inaceptables. ¡°Si esas posiciones evolucionan, la Uni¨®n estar¨¢ preparada para reconsiderar su oferta¡±, desliza el Consejo al final de un texto breve (seis p¨¢ginas) y poco preciso, a la altura de las ambiguas propuestas planteadas por el Ejecutivo de Theresa May.
Londres reclama acceso a los mercados financieros
Reino Unido, a pesar del jarro de agua fr¨ªa que han supuesto las directrices de la Comisi¨®n Europea, no renuncia a alcanzar un acuerdo comercial con la UE que incluya los servicios financieros. As¨ª lo ha expresado este mi¨¦rcoles Philip Hammond, ministro de Econom¨ªa brit¨¢nico, quien advirti¨® a Bruselas de que restringir el acceso de la 'City' londinense a los mercados financieros europeos ser¨ªa perjudicial para consumidores y empresas a uno y otro lado del Canal de la Mancha.
En un discurso pronunciado en la sede londinense del banco HSBC, horas despu¨¦s de que la Comisi¨®n dejara claro que las l¨ªneas rojas de Londres descartan un acuerdo comercial tan amplio como el que reclam¨® la primera ministra, Theresa May, el pasado viernes, el canciller del Exchequer quiso convencer a los ¡°esc¨¦pticos¡± de que un acuerdo as¨ª es posible.
¡°Un acuerdo comercial solo suceder¨¢ si es justo y equilibrado entre los intereses de las dos partes¡±, dijo el ministro. ¡°Ahora, dada la forma de la econom¨ªa brit¨¢nica y nuestra balanza comercial con los Veintisiete, es dif¨ªcil entender c¨®mo un acuerdo comercial que no incluya los servicios pueda ser justo y equilibrado. No solo es posible incluir los servicios financieros en un acuerdo comercial, sino que es de alto inter¨¦s para las dos partes¡±.
El documento elude citar una de las principales demandas de Londres respecto a la relaci¨®n futura: que incluya la libre prestaci¨®n de servicios financieros, un sector con gran peso en el PIB brit¨¢nico. Bruselas siempre ha rechazado que las condiciones expuestas por May para construir el entendimiento futuro ¡ªsin libre circulaci¨®n de personas ni mercado ¨²nico ni uni¨®n aduanera¡ª permitan abrir la puerta a la libre prestaci¨®n de servicios financieros. La familia europea recela de dar acceso a las empresas brit¨¢nicas a un mercado tan sensible sin tener claras las contrapartidas que recibir¨ªan los 27 socios comunitarios. El acuerdo comercial con Canad¨¢ (el famoso CETA, que estuvo a punto de descarrilar por los recelos de algunos Estados miembros) s¨ª incluye cierta apertura en servicios financieros (bancarios y de seguros), pero con limitaciones.
El propio Tusk ha recurrido al ejemplo de Canad¨¢ para ejemplificar lo que entiende como contradicci¨®n del planteamiento brit¨¢nico. ¡°La UE no puede aceptar darle a Reino Unido los derechos de Noruega con las obligaciones de Canad¨¢¡±. Es una alusi¨®n velada al discurso de May de la semana pasada, que reclama unos beneficios del mercado ¨²nico similares a los que disfruta Noruega (que contribuye al presupuesto comunitario y acepta buena parte de la regulaci¨®n sin participar en su redacci¨®n), pero marcando l¨ªneas rojas que solo dan para un tratado comercial como el canadiense. Aun as¨ª, un alto cargo europeo valora que la primera ministra mostrara "un mayor realismo de lo esperado", al advertir a los brit¨¢nicos de que no pueden pretender mantener todas las ventajas sin aceptar las reglas actuales.
No a las agencias
Queda igualmente descartada en Bruselas la participaci¨®n en determinadas agencias europeas que pidi¨® la l¨ªder brit¨¢nica. ¡°La Uni¨®n preservar¨¢ su autonom¨ªa en la toma de decisiones, lo que excluye la participaci¨®n de Reino Unido como pa¨ªs tercero en las instituciones europeas, agencias u otros cuerpos¡±, precisa el documento. Aunque se trata solo de un borrador que debe ser ratificado por los jefes de Estado y de Gobierno en la cumbre de marzo, resulta poco probable que haya cambios significativos en la postura europea.
¡°Mi propuesta demuestra que no queremos construir un muro entre la UE y Reino Unido¡±, ha declarado Tusk al principio de su intervenci¨®n. El resto de su mensaje, sin embargo, dibuja algunas barreras infranqueables. ¡°No deber¨ªa sorprender a nadie que la ¨²nica opci¨®n posible sea un acuerdo de libre comercio. Espero que sea ambicioso y avanzado, pero solo ser¨¢ un acuerdo comercial¡±, ha acotado el presidente del Consejo.
Garant¨ªas para evitar el juego sucio
Bruselas a¨²n duda sobre las armas que emplear¨¢ Reino Unido para afianzar su lugar en el mundo una vez abandone el club comunitario. Aunque en las ¨²ltimas semanas Londres ha evitado esgrimir la amenaza inicial de competir a la baja con la regulaci¨®n europea para atraer mercados, los Veintisiete no olvidan que ese riesgo contin¨²a en el horizonte. Especialmente si las negociaciones de salida se envenenan.
Las directrices europeas para el futuro exigen ¡°garant¨ªas robustas que aseguren que se cumplen las reglas del juego¡±. El texto alude a la ¡°injusta ventaja competitiva¡± que disfrutar¨ªa Reino Unido si decidiera convertirse en un polo de atracci¨®n de negocios simplemente relajando su legislaci¨®n sobre ayudas de Estado, fiscalidad, normas sociales o medioambientales. Para evitarlo, pide que las reglas brit¨¢nicas sigan alineadas con las europeas ¡ªun tab¨² para Reino Unido¡ª y mecanismos bilaterales, aceptados por ambas partes, para que ese juego limpio se cumpla. La UE tambi¨¦n se reserva el derecho de adoptar alg¨²n tipo de represalias si esos compromisos no se respetan.
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