Santos se mantiene al margen de la campa?a y se centra en defender su legado

Juan Manuel Santos acab¨® con la guerra entre Colombia y las FARC. Pero el presidente del pa¨ªs andino, que dejar¨¢ el testigo tras las presidenciales del 27 de mayo, no ha logrado, al menos de momento, recoger los frutos pol¨ªticos de un acuerdo que le vali¨® el Premio Nobel de la Paz. Ha afrontado un final de mandato complejo, en medio de una divisi¨®n social que desgast¨® su popularidad, y opt¨® por mantenerse al margen de la contienda electoral, centr¨¢ndose en la defensa de su legado. Las elecciones legislativas del domingo definir¨¢n los nombres de los favoritos para sucederle.

La renovaci¨®n de la C¨¢mara de Representantes y del Senado es relevante sobre todo por dos razones. Porque aclarar¨¢ las posibilidades reales de los candidatos a reemplazar al actual mandatario y, en segundo lugar, porque supondr¨¢ el ingreso de las FARC en las instituciones. Aunque la antigua guerrilla tiene una aceptaci¨®n ciudadana muy baja, casi nula, los acuerdos de paz garantizan a sus representantes 10 esca?os en el Congreso.

Los dirigentes pol¨ªticos empezaron a ense?ar sus cartas a principios de 2017. Llegaron a postularse alrededor de 50 aspirantes, aunque finalmente esa carrera ha quedado reducida a cuatro o cinco figuras con posibilidades reales. Entonces, el proceso de paz con el grupo insurgente m¨¢s viejo de Am¨¦rica era el principal tema de debate y de divisi¨®n. El Gobierno de Santos consigui¨® poner fin al conflicto armado despu¨¦s de m¨¢s de medio siglo, sin embargo, la sociedad colombiana rechaz¨® por la m¨ªnima el pacto alcanzado con las FARC en un plebiscito, lo que oblig¨® al Ejecutivo a reformular parcialmente el texto. Enfrente ten¨ªa a los sectores m¨¢s conservadores alentados, sobre todo, por el expresidente ?lvaro Uribe.

Mientras tanto, la aplicaci¨®n de los acuerdos avanz¨®, aun con retrasos y dificultades. La guerrilla comenz¨® su tr¨¢nsito a la vida civil, fund¨® un partido y se enfrenta ahora a un n¨ªtido rechazo social. Los ¨²ltimos meses de campa?a han evidenciado, no obstante, que esa preocupaci¨®n no es la ¨²nica ni en estos momentos parece la central. Los colombianos, seg¨²n la mayor¨ªa las encuestas, se inclinan por los candidatos de las opciones m¨¢s ideol¨®gicas del mapa pol¨ªtico: Iv¨¢n Duque, aspirante del Centro Democr¨¢tico, partido conservador fundado en 2013 por Uribe, y el exalcalde de Bogot¨¢ Gustavo Petro, izquierdista antiestablishment.

Mensaje a los aspirantes

En este contexto, ninguno de los principales dirigentes pidi¨® el apoyo expl¨ªcito de Santos ni ¨¦l lo exhibi¨®. Hace unas semanas, se dirigi¨® a los aspirantes por carta. ¡°Sin el ¨¢nimo de interferir, sino de aportar al debate electoral, escrib¨ª una carta a mi sucesor con algunos de los avances logrados y los retos por venir para que sean considerados y discutidos durante la campa?a¡±, se?al¨® el presidente. Dej¨® claro que a partir de ahora mantendr¨¢ una posici¨®n discreta. "Tenga la absoluta seguridad de que no voy a interferir para nada en su trabajo", asegur¨® en una alusi¨®n velada a su antecesor. "Yo ya tuve el inmenso privilegio de gobernar durante ocho a?os. Ahora es su turno. Si me necesita ah¨ª estar¨¦. Le deseo los mayores ¨¦xitos".?

Sobre su principal legado, manifest¨®: ¡°Entiendo que haya posiciones diversas y cr¨ªticas al acuerdo de paz. No hay acuerdo perfecto. No puede haberlo, por definici¨®n. Pero lo cierto es que logramos parar el desangre, desarmar a la guerrilla m¨¢s vieja del continente, y son miles de vidas de colombianos que se han salvado gracias al acuerdo. Logramos firmar la paz sin sacrificar nuestro modelo de desarrollo y apegados a la Constituci¨®n y al derecho internacional. La democracia colombiana es hoy m¨¢s incluyente¡±. Santos llam¨® tambi¨¦n a detener las agresiones contra los candidatos. "Reitero mi llamado a que las campa?as pol¨ªticas se desarrollen dentro del respeto por las diferencias y sin agresiones, y por supuesto sin violencia", exigi¨®.

El proceso de paz supuso un duro choque con Uribe y contribuy¨® a su desgaste. Pero los ciudadanos, seg¨²n los estudios de opini¨®n, est¨¢n cansados tambi¨¦n de la clase pol¨ªtica tradicional, est¨¢n indignados por la corrupci¨®n y viven la pol¨ªtica como una disputa m¨¢s general sobre el futuro del pa¨ªs. La transici¨®n de Colombia ya est¨¢ en marcha, aunque la violencia persiste, sobre todo en las zonas rurales, el conflicto con el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN) no ha terminado y la lucha contra el narcotr¨¢fico supondr¨¢ uno de los mayores retos del pr¨®ximo gobernante.