Donald Trump viaja a California para hacerse una foto con su muro
El presidente llega el martes por primera vez al estado m¨¢s hostil con sus pol¨ªticas a recaudar dinero y a ver los prototipos del muro fronterizo
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aterriz¨® este martes en California, un estado que perdi¨® por m¨¢s de cuatro millones de votos en las elecciones. No se va a reunir con ning¨²n l¨ªder pol¨ªtico. No consta que vaya a hacer ninguna aparici¨®n con p¨²blico. Trump viene a ver su muro y a un peque?o grupo de donantes. Trump es el primer presidente desde Eisenhower que no visita California en su primer a?o en el cargo. Desde todos los puntos de vista, pasar¨¢ 24 horas en territorio hostil, m¨¢s a¨²n despu¨¦s de que su Gobierno haya llevado a California a los tribunales por proteger a los inmigrantes.
El Air Force One aterriz¨® en la base militar de Miramar, en San Diego, a las 11:30 de la ma?ana locales. Apenas minutos antes, el secretario de Estado, Rex Tillerson, hab¨ªa hablado a los medios sobre su despido. El presidente fue directamente al helic¨®ptero Marine One para volar hacia el puerto de entrada de Otay, unos kil¨®metros hacia el Este, donde han sido construidos los ocho prototipos de muro fronterizo junto a la frontera de Tijuana. Son ocho trozos de muro construidos por distintas empresas que aspiran al hipot¨¦tico contrato final para extenderlo a toda la frontera. Los prototipos fueron terminados en octubre en este lugar, unos kil¨®metros al Este del puerto de entrada de Otay, porque es terreno federal y no hab¨ªa problemas de permisos.
Trump tiene previsto pasar 45 minutos en la frontera. Tras la visita a su proyecto de muro, Trump tiene previsto hablar a los militares de la base a¨¦rea de San Diego y despu¨¦s volar a Los ?ngeles. Aterrizar¨¢ en el aeropuerto internacional a las 15.30 locales y de ah¨ª ir¨¢, por un itinerario desconocido, a una cena en un lugar tambi¨¦n desconocido en Beverly Hills para recaudar fondos para el Comit¨¦ Nacional Republicano.
El partido espera unas 90 personas en una de las zonas con mayor concentraci¨®n de riqueza del mundo. el cubierto cuesta 35.000 d¨®lares por persona o 50.000 por pareja. Si es con foto con el presidente, 100.000 por pareja. Participar en un debate con el presidente (hacerle preguntas), m¨¢s foto, cuesta 250.000 d¨®lares. El evento podr¨ªa recaudar hasta cinco millones de d¨®lares para la campa?a de reelecci¨®n de Trump.
El itinerario del presidente en Los ?ngeles permanec¨ªa secreto a ¨²ltima hora del lunes. En la ma?ana del martes, la actividad policial en torno al hotel Intercontinental en el centro de la ciudad hac¨ªa pensar que pasar¨¢ all¨ª la noche, aunque no ha sido confirmado oficialmente.El mi¨¦rcoles por la ma?ana, volver¨¢ a Washington.
Trump no es bienvenido, y no solo por las declaraciones de los l¨ªderes de California. Las protestas empezaron el lunes. La polic¨ªa se prepara para un d¨ªa de caos alrededor de Beverly Hills y Bel Air mientras los grupos que quieren protestar contra Trump intentan averiguar el itinerario y el lugar de la cena de recaudaci¨®n. Por el momento, hay una protesta convocada a trav¨¦s de Facebook en un parque de Beverly Hills a las cuatro de la tarde que el lunes ten¨ªa m¨¢s de 2.700 personas interesadas.
Durante la campa?a electoral, Trump solo estuvo en Los ?ngeles una vez. Fue muy poco despu¨¦s de anunciar su candidatura e insultar a los mexicanos. Dio una rueda de prensa min¨²scula en un hotel de Beverly Hills rodeado de familiares de personas fallecidas a manos de inmigrantes irregulares. Despu¨¦s, fue a una cena con un grupo de republicanos de Hollywood. Ya entonces fue recibido con una importante protesta a la puerta del hotel donde se realiz¨® la cena. El 48% de la poblaci¨®n del condado de Los ?ngeles es latina.
Al final de la campa?a, Trump fue a Burlingame, al lado de San Francisco, a la convenci¨®n republicana del estado. Las protestas detuvieron su comitiva y le obligaron a entrar en el hotel de la convenci¨®n saltando una carretera. Tambi¨¦n dio m¨ªtines en Anaheim y San Diego, donde lleg¨® a haber enfrentamientos violentos entres sus seguidores y grandes protestas.
El presidente aterriza en California esta vez en un momento de m¨¢xima tensi¨®n entre su Gobierno y el estado, dominado por completo por los dem¨®cratas. La semana pasada, el fiscal general present¨® una demanda contra tres leyes de California que impiden toda colaboraci¨®n entre las fuerzas del orden y la polic¨ªa de inmigraci¨®n, excepto en casos de delitos graves y con orden judicial. Para Trump y Sessions, cuya doctrina oficial es que la inmigraci¨®n irregular y el crimen est¨¢n directamente relacionados, las autoridades de California est¨¢n poniendo en peligro a la poblaci¨®n. La demanda argumenta que California est¨¢ excediendo su jurisdicci¨®n e impidiendo que el Gobierno federal haga su trabajo en inmigraci¨®n, que es su competencia exclusiva.
California tambi¨¦n ha desafiado a Trump en sanidad, donde ha reforzado en lo posible el sistema implantado por Barack Obama, en lucha contra el cambio clim¨¢tico y en apertura al comercio exterior. La idea de que California va a seguir adelante en todos estos asuntos independientemente de lo que haga Washington es un verdadero mantra de los pol¨ªticos del Estado.
En sus horas en California, Trump no tiene previsto ning¨²n acto con ning¨²n pol¨ªtico republicano del Estado. La mayor¨ªa de los an¨¢lisis coinciden en que el presidente es un peso para los republicanos que sobreviven en California (14 de 53 congresistas). En las elecciones de 2016, Trump fue el primer republicano en perder en el condado de Orange, una zona rica al sur de Los ?ngeles que dio origen al republicanismo de Nixon y Reagan. Nada indica un cambio de tendencia. El ¨²nico alcalde republicano de una gran ciudad en California, Kevin Faulconer, se opone a las pol¨ªticas de Trump en la relaci¨®n con M¨¦xico y en comercio exterior.
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