Una afgana hace la prueba de acceso a la universidad con un beb¨¦ en brazos
La imagen de la mujer se hace viral despu¨¦s de que un profesor la colgara en su Facebook
Es una de esas im¨¢genes que vale m¨¢s que mil palabras. Una mujer sentada en el suelo responde a un examen de entrada en la universidad mientras sostiene a su bebe en el regazo. No se trata de una pol¨ªtica occidental haciendo campa?a por la conciliaci¨®n. La ropa de la mujer remite a Afganist¨¢n. Y su empe?o pone de relieve tanto los avances alcanzados tras el derribo del r¨¦gimen talib¨¢n, como el largo camino que ese pa¨ªs asi¨¢tico a¨²n tiene por delante. Porque el empe?o de Jahantab Ahmadi (as¨ª se llama la mujer) es el de toda la sociedad afgana.
Ahmadi tiene 25 a?os y est¨¢ decidida a convertirse en m¨¦dico para ayudar a su comunidad, en la provincia de Daikundi, en la regi¨®n hazara del centro de Afganist¨¢n. S¨®lo que a diferencia de otras j¨®venes con la misma vocaci¨®n, ella ya tiene tres hijos (la beb¨¦ de la foto y otros dos) y viene de un entorno rural, donde su gesta carece de precedentes.
Nos hemos enterado gracias a que Yahya Erfan, un profesor de la Universidad de Nasir Khusraw, una de las numerosas instituciones privadas que han proliferado en el pa¨ªs para atender las aspiraciones de formaci¨®n que no cubre el Estado, la retrat¨® durante las pruebas de acceso y colg¨® la imagen en su p¨¢gina de Facebook.
¡°Con un ni?o en sus brazos, un bol¨ªgrafo en la mano y un futuro lleno de miedo y esperanza¡±, describi¨® Erfan ese momento tan especial. Aunque la foto no recoge los llantos del ni?o que obligaron a la madre a sentarse en el suelo para calmarlo y poder seguir respondiendo a las preguntas del examen, se hizo viral.
Los periodistas afganos se lanzaron entonces a buscar a Ahmadi. As¨ª hemos sabido que vive en una aldea situada a dos horas a pie a trav¨¦s de las monta?as de Nili, la capital provincial donde se realiz¨® la prueba, que se convierten en nueve si se recurre al transporte p¨²blico por una carretera llena de baches. Tambi¨¦n que el beb¨¦ de la foto es una ni?a llamada Khizran y que ese d¨ªa ten¨ªa dolor de o¨ªdos.
¡°No quiero quedarme sin estudiar; quiero convertirme en m¨¦dico para ayudar a las mujeres de mi comunidad o la sociedad¡±, ha declarado la joven a la agencia France Presse.
Durante el r¨¦gimen talib¨¢n (1996-2001), las mujeres ten¨ªan prohibido asistir a la escuela, pero desde que en 1989 estallara la guerra civil afgana el sistema educativo salt¨® por los aires, en especial en las zonas rurales. Aunque el pa¨ªs sigue sumido en la inseguridad, el desalojo del poder de los talibanes por la intervenci¨®n estadounidense ha abierto las puertas de las aulas a varios millones de ni?as y j¨®venes.
¡°Mil felicidades, estimada hermana, por tu determinaci¨®n¡±, le jalea Juma Muzafari en los comentarios al post de Erfan.
¡°Eres una verdadera campeona, has mostrado que una chica hazara puede hacer lo que se proponga, sean cuales sean las circunstancias¡±, le anima Nazr H. Akbari en referencia a la minor¨ªa ¨¦tnica a la que pertenece y que ha estado hist¨®ricamente marginada.
Su caso ha llamado la atenci¨®n no s¨®lo de los hazara, sino de la sociedad civil. La Asociaci¨®n de la Juventud Afgana ha lanzado una campa?a de recogida de fondos para financiar sus estudios. Zahra Yagana, una activista de los derechos de la mujer, se puso en contacto con ella y la ha convencido para que se traslade a estudiar a Kabul, donde la asistencia a clase ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil; le est¨¢ buscando una universidad y, de momento, les ha alojado a ella y a su familia en su casa.
S¨ªguenos en Twitter y en Flipboard
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.