El conflicto en la frontera entre Ecuador y Colombia lleva a?os cocin¨¢ndose

Mientras que Colombia trata de cerrar medio siglo de guerra con la ya exinsurgencia de las FARC, Ecuador se estrena en el narcoterrorismo. En menos de tres meses, el pa¨ªs latinoamericano ha sufrido el asesinato de cuatro militares, medio centenar de heridos y el secuestro de tres civiles por la extensi¨®n del posconflicto colombiano que no conoce fronteras.?

El sobresalto de ocho ataques en la zona fronteriza con coches bomba y explosiones en bases del Ej¨¦rcito y de la Polic¨ªa ha atravesado a las fuerzas de seguridad y al Gobierno ecuatoriano como una sacudida el¨¦ctrica de realidad. Tras una d¨¦cada de convivencia y discursos de paz entre ambos pa¨ªses, Ecuador se prepara para un escenario militar desconocido: la guerra de guerrillas que los grupos armados ilegales practican para asegurarse el negocio del narcotr¨¢fico, el contrabando y la explotaci¨®n ilegal de recursos en los dos territorios.

Aunque para las autoridades el recrudecimiento de la violencia en el lado ecuatoriano sea un nuevo problema de ¨ªndole nacional, para los militares experimentados es m¨¢s bien la ¡°cr¨®nica de un conflicto muy anunciado¡±. El general retirado del Ej¨¦rcito ecuatoriano Paco Moncayo lleva a?os dibujando el problem¨¢tico panorama con mapas, movimientos de bandas y lucrativos negocios ilegales en la selv¨¢tica provincia de Esmeraldas, que linda al norte con el departamento colombiano de Nari?o.

Desde hace medio siglo, la cartograf¨ªa del Estado colombiano se ha delimitado seg¨²n las zonas que ocupaban las guerrillas, los paramilitares y las bandas de narcotr¨¢fico. El sur del pa¨ªs se convirti¨® en la retaguardia de las FARC. En esta zona, la exinsurgencia lleg¨® a tener m¨¢s de 2.000 combatientes. Pero el 1 de diciembre de 2016, cuando la guerrilla m¨¢s antigua de Am¨¦rica Latina firm¨® un acuerdo de paz con el Gobierno de Juan Manuel Santos, empez¨® el vac¨ªo de poder en muchas regiones de Colombia. El statu quo se desmoron¨®. En ese momento, el ELN, las disidencias y desertores de las FARC y el narco ocuparon los espacios que hab¨ªa dejado la guerrilla.

El bot¨ªn es suculento en la frontera que separa Colombia de Ecuador: miner¨ªa ilegal, cultivos de coca, trata de personas, tr¨¢fico de ¨®rganos, de armas y contrabando de todo tipo, aprovechando la dolarizaci¨®n de la econom¨ªa ecuatoriana que facilita el lavado de dinero y las transacciones internacionales. La costa del Pac¨ªfico que ba?a a los dos pa¨ªses es la salida natural para las rutas hacia Centroam¨¦rica y M¨¦xico que tienen como destino final el mercado estadounidense.

Negocios transnacionales

Solo en Tumaco, en el departamento de Nari?o que linda con Ecuador, hay 23.000 hect¨¢reas de cultivos de coca. El Ministerio de Defensa de Colombia anunci¨® en diciembre de 2017 que las metas de erradicaci¨®n forzosa se hab¨ªan alcanzado: m¨¢s de 50.000 hect¨¢reas. Pero el pasado febrero, el vicepresidente ?scar Naranjo confirm¨® que solo se hab¨ªan eliminado voluntariamente 16.000.

¡°Dudamos de las afirmaciones del Ej¨¦rcito, en entrevistas con personal militar en el terreno, muchos admiten que las cifras han sido infladas para cumplir los objetivos¡±, se lee en el informe La nueva generaci¨®n de narcotraficantes colombianos post-FARC, de la organizaci¨®n Insight Crime, dedicada al estudio del crimen organizado en Am¨¦rica Latina. ¡°El narco va mutando y se acostumbra a producir m¨¢s en menores hect¨¢reas¡±, explica Mauricio Jaramillo, profesor de ciencia pol¨ªtica Universidad del Rosario en Bogot¨¢. ¡°Los ataques en la oferta se han terminado por adaptar¡±.

En Nari?o no solo se cultiva, tambi¨¦n se procesa y se env¨ªa la coca¨ªna. ¡°Tiene f¨¢cil acceso a precursores qu¨ªmicos para el procesamiento de la droga (combustible subvencionado de Ecuador o succionado del oleoducto Transandino, que atraviesa al departamento), y puntos de despacho por mar o por tierra a trav¨¦s de Ecuador, donde los compradores mexicanos esperan el producto ansiosamente¡±, seg¨²n Insight Crime.

En el departamento del Putumayo, vecino de Nari?o, se producen 100 toneladas de coca¨ªna al a?o, seg¨²n un estudio de la Fundaci¨®n Ideas para la Paz (FIP) al que ha tenido acceso EL PA?S, que se publica este fin de semana. En esta zona, los combatientes de las FARC que no se unieron al proceso de paz mantienen los negocios ilegales de coca, marihuana y tr¨¢fico de madera para exportarlos a trav¨¦s de Ecuador.

Esta tesis es la misma que manejaban los servicios de Inteligencia de Ecuador desde 2014, sin que desde entonces se tomaran medidas disuasorias efectivas. Un informe de la Secretar¨ªa de Inteligencia, desmantelada por el Gobierno de Len¨ªn Moreno y desprestigiada por haberse dedicado a la vigilancia de civiles con fines pol¨ªticos, ya advert¨ªa hace cuatro a?os que Ecuador podr¨ªa verse ¡°involucrado en una espiral de violencia a consecuencia del narcotr¨¢fico¡±, como efecto colateral de la desmovilizaci¨®n de las FARC. Seg¨²n el mismo documento, la insurgencia y bandas criminales ten¨ªan acuerdos con el Cartel de Sinaloa para despachar coca¨ªna a M¨¦xico a trav¨¦s de puertos colombianos y desde el de San Lorenzo, en la provincia ecuatoriana de Esmeraldas.

Se detectaron adem¨¢s, 40 pasos ilegales en los 720 kil¨®metros de cord¨®n fronterizo. Los grupos ilegales tienen a su favor que toda esa zona es territorio selv¨¢tico de dif¨ªcil acceso, con muchas v¨ªas fluviales.

Distanciamiento en la lucha contra el terrorismo

"Viv¨ªamos una paz en la que se permit¨ªa que la droga transitara por nuestro territorio", ha dicho Len¨ªn Moreno, muy cr¨ªtico con la gesti¨®n de su predecesor Rafael Correa. El actual mandatario ecuatoriano considera que el exdirigente fue ¡°permisivo¡± con los grupos irregulares que operaban en la frontera a quienes se les dejaba transitar sin preocupaci¨®n.

En 2013, el expresidente Correa renunci¨® unilateralmente a los beneficios arancelarios que conced¨ªa Estados Unidos a Ecuador por la lucha contra el narcotr¨¢fico, alegando defensa de la soberan¨ªa nacional. A?os antes, en 2008, ese distanciamiento ya se hab¨ªa materializado tras el bombardeo de Colombia en Angostura, regi¨®n selv¨¢tica ecuatoriana donde se escond¨ªa uno de los m¨¢ximos dirigentes de las FARC.

Los responsables de Defensa e Interior ecuatorianos han repetido casi en cada intervenci¨®n oficial que la nueva ola de violencia en la frontera responde a los operativos de las Fuerzas Armadas y la Polic¨ªa sobre las bandas armadas.

En la zona fronteriza opera el frente ?liver Sinisterra, que comanda Wilson Aristala, alias Guacho, disidente de las FARC de nacionalidad ecuatoriana. La falta de oportunidades laborales y las condiciones de pobreza de esa regi¨®n han contribuido a la permeabilidad y expansi¨®n de su negocio en la poblaci¨®n. Este grupo ha sido se?alado por los dos pa¨ªses como el responsable del secuestro de los dos periodistas ecuatorianos y su ch¨®fer.?

¡°Cuando las FARC secuestraban pol¨ªticos, periodistas, empresarios¡­ hab¨ªa una unidad de mando, alguien con quien negociar¡±, dice el profesor Jaramillo. ¡°Estas nuevas organizaciones est¨¢n lideradas por mandos medios. Es m¨¢s dif¨ªcil para el Estado establecer contacto. Adem¨¢s, la legitimidad que pod¨ªan tener las FARC por su historia, no la tienen estos grupos, es m¨¢s dif¨ªcil justificar el di¨¢logo y sentar¨ªa un mal precedente tanto en Ecuador como en Colombia¡±.