Los estratos en Colombia: eres el lugar en el que vives
El sistema de subsidios para garantizar los servicios a las clases m¨¢s bajas ha acentuado la segregaci¨®n y la desigualdad
Las ciudades en Colombia se dividen en estratos. Del uno al seis. En los m¨¢s bajos, el uno, dos y tres viven los ciudadanos que reciben subsidios en los servicios (agua, gas, luz). En los m¨¢s altos, el cinco y el seis, quienes pagan esas ayudas con facturas superiores a su consumo. El modelo, ¨²nico en el mundo, se ide¨® a mediados de los noventa, en un pa¨ªs que en ese momento ten¨ªa tasas de pobreza cercanas al 40%, seg¨²n datos del Banco de la Rep¨²blica. Tres d¨¦cadas despu¨¦s, el principio solidario que pretend¨ªa regir la ley se ha pervertido. La segregaci¨®n se ha acentuado y los ciudadanos se identifican por el lugar en el que viven. Una suerte de sistema de castas.
Para decidir a qu¨¦ estrato pertenece un ciudadano, el Estado se limita a evaluar la fachada de su casa, los materiales con los que est¨¢ construido el techo y las condiciones en las que se encuentra la v¨ªa frente a la vivienda. Con estas caracter¨ªsticas ligadas al terreno, se reparten los subsidios. El modelo no tiene en cuenta la renta, el n¨²mero de personas que componen una familia, la edad, si alguna de esas personas tiene alg¨²n tipo de discapacidad o si tienen un empleo.
Es decir: si una persona compr¨® una casa calificada como estrato seis cuando ten¨ªa el dinero para pagarla, pero ahora su ¨²nico ingreso es una pensi¨®n baja, no puede recibir ayudas para pagar la factura del agua. Sucede lo mismo al rev¨¦s. ¡°En el centro de Bogot¨¢ hay muchos edificios estrato uno amparados por la ley de patrimonio hist¨®rico¡±, explica Roberto Lippi, coordinador de ONU H¨¢bitat para los pa¨ªses andinos. ¡°Esas casas son hoteles y otro tipo de negocios, o la segunda vivienda de muchos ciudadanos. Todos reciben subsidios cuando no los necesitan¡±.
¡°Somos unos ocho millones de habitantes en Bogot¨¢, 2,5 millones de hogares. Y estamos subsidiando a dos millones de esos hogares, casi siete millones de personas¡±, explica Antonio Avenda?o, subsecretario de Informaci¨®n y Estudios Estrat¨¦gicos de la Secretar¨ªa de Planeaci¨®n de la ciudad. ¡°La pobreza en la ciudad se ha reducido al 12,4% y seguimos subsidiando al 80% de los hogares¡±.
En 2003, seg¨²n el ¨²ltimo informe publicado por la Alcald¨ªa de Bogot¨¢ en el que se cruzaron variables de ingresos y estratos, el 17% de los hogares de estrato uno, el 31% de estrato dos y el 59% de estrato tres correspond¨ªan a sectores de la poblaci¨®n con mayores ingresos. El sistema se ha llenado de errores de inclusi¨®n y exclusi¨®n.
ONU H¨¢bitat en colaboraci¨®n con la Alcald¨ªa de Bogot¨¢ ha ideado un proyecto que no pretende eliminar el sistema de subsidios cruzados, sino cambiar la manera en la que se clasifica a los ciudadanos y as¨ª focalizar las ayudas. ¡°Se basa en un ¨ªndice multidimensional¡±, dice Antonio Avenda?o. Un medidor que, por primera vez, tenga en cuenta variables socioecon¨®micas.
Es la soluci¨®n a falta de un padr¨®n en Colombia. ¡°La historia de violencia de este pa¨ªs ha impedido que haya empadronamiento. Los ciudadanos no quieren que nadie sepa d¨®nde viven por seguridad, por el miedo que hab¨ªa a los secuestros¡±, explica Andr¨¦s Ortiz, secretario de Planeaci¨®n de Bogot¨¢. ¡°Sin embargo, las empresas privadas, como las de telefon¨ªa e internet o los bancos, tienen todos nuestros datos¡±, responde Lippi.
El proyecto pretende recurrir a otros indicadores como la matriculaci¨®n, las p¨®lizas de seguros m¨¦dicos y el uso de tarjetas de cr¨¦dito para conocer mejor a los ciudadanos. ¡°Alguien que vive en estrato dos, pero tiene matriculada una camioneta de cientos de millones de pesos, ya nos da una pista de sus ingresos¡±, apunta el secretario de Planeaci¨®n.
Un sistema deficitario
El 76% de los predios en Bogot¨¢ son de estrato uno, dos y tres. Por mucho que se aumenten las facturas que pagan los ciudadanos de estratos 5 y 6 no son suficientes. La ley contempla un fondo de compensaci¨®n para salvar esta diferencia. Es decir, recursos p¨²blicos para que las empresas no dejen de recibir dinero y puedan garantizar los servicios. ¡°En 2015 el modelo solo cubri¨® el 69% de los subsidios en Bogot¨¢¡±, recuerda el secretario de Planeaci¨®n. ¡°La ciudad tuvo que poner 52.000 millones de pesos (19 millones de d¨®lares) y la Naci¨®n 250.000 millones (m¨¢s de 91 millones de d¨®lares) para agua¡±. Una cantidad de dinero p¨²blico que podr¨ªa destinarse a la construcci¨®n de colegios y hospitales o a otro tipo de pol¨ªticas sociales.
¡°Las mismas empresas de servicios est¨¢n en contra de modificar el modelo de estratificaci¨®n¡±, asegura Roberto Lippi de ONU H¨¢bitat. ¡°Para una compa?¨ªa deber¨ªa ser indiferente de d¨®nde venga el dinero. Pero una cosa es recibir un paquete fijo y seguro del Gobierno y otra, mes a mes de los usuarios. La primera opci¨®n tiene m¨¢s ventajas econ¨®micas y financieras de flujo de caja¡±.
¡°Tiene zapatos de estrato uno¡±
Tres d¨¦cadas de estratificaci¨®n en Colombia han ido construyendo un imaginario colectivo que desposee al ciudadano de cualquier atributo que no sea el lugar en el que vive. ¡°Los estratos han terminado haciendo parte del lenguaje colombiano. Te clasifican socialmente, incluso ideol¨®gicamente: pobre o rico; bueno o malo; izquierda o derecha¡±, explica Antonio Avenda?o de la Secretar¨ªa de Planeaci¨®n de Bogot¨¢. En el argot colombiano se cuelan expresiones del tipo: ¡°Lleva zapatos de estrato uno¡±.
En una entrevista de acceso a la universidad, para calcular la matr¨ªcula de estudios o cuando un ciudadano se postula a un nuevo empleo es habitual que una de las preguntas determinantes sea la calle en la que residen. El m¨¦rito acad¨¦mico y la capacidad de progresar en un trabajo tienen menor relevancia que el estrato.
¡°El estrato es un lastre que impide la movilidad social, provoca frustraci¨®n y desigualdad¡±, afirma Roberto Lippi. ¡°El estudio no permite dar el salto social sobre el m¨¦rito, como sucedi¨® en Europa¡±. ¡°Ha radicalizado la segregaci¨®n¡±, acompa?a Andr¨¦s Ortiz, secretario de Planeaci¨®n de Bogot¨¢.
En Bogot¨¢ se visibilizan las barreras invisibles que podr¨ªan aparecer en cualquier capital del mundo. El sur es estrato uno y dos, por tanto, se identifica con la pobreza. En el centro hay una suerte de clase media. En el norte, los que denominan ricos, estratos cinco y seis. El estrato cuatro, el que paga lo que consume, no recibe ayudas ni las aporta, alberga un limbo para los est¨¢ndares colombianos.
El ciudadano que vive en la zona norte de Bogot¨¢ se autosegrega instalando muros altos alrededor de su vivienda que refuerza con concertinas. ¡°En todas las ciudades hay ricos y pobres, pero la separaci¨®n no est¨¢ avalada por el Estado como sucede en Colombia¡±, apostilla Lippi. ¡°Este sistema genera poca cohesi¨®n social, aumenta la conflictividad, no permite usar de la manera m¨¢s oportuna la mezcla que deber¨ªan ser las ciudades¡±.
El modelo tampoco posibilita que se produzca el mismo desarrollo en unas zonas y otras de las ciudades por la falta de urbanismo. Los vecinos de un barrio se niegan a que mejoren sus v¨ªas, construyan parques o habiliten nuevos espacios p¨²blicos porque conllevar¨ªa el aumento del estrato. ¡°Los pobres est¨¢n desconectados de los beneficios de la urbanizaci¨®n, es decir, de ser m¨¢s pr¨®speros¡±, explica Rafael Forero, especialista en Legislaci¨®n, Gobernanza y Seguridad Urbana de ONU H¨¢bitat.
Consenso pol¨ªtico
La propuesta de Bogot¨¢ y ONU H¨¢bitat es la n¨²mero 13 que se presenta en Colombia para intentar cambiar el sistema. No depende de la voluntad de una alcald¨ªa y un organismo internacional, sino del consenso pol¨ªtico que se alcance en el Congreso para cambiar una ley nacional.
Mientras la ONU aboga por un sistema impositivo, Bogot¨¢ no pretende renunciar a la clasificaci¨®n por estratos al considerarla ¡°democr¨¢tica y solidaria¡±. En lo que s¨ª est¨¢n de acuerdo es en la necesidad de hacer pedagog¨ªa para que los ciudadanos que han nacido y crecido con este modelo entiendan por qu¨¦ muchos de ellos van a dejar de recibir subsidios y a qu¨¦ se va a destinar ese dinero.
¡°Los estratos se asumen eternos. Y son una anomal¨ªa, no la Biblia¡±, dice Lippi. La ONU propone una revisi¨®n anual, construir el pacto social sobre la temporalidad. ¡°As¨ª se ir¨ªa equilibrando el sistema y el Estado tendr¨ªa m¨¢s recursos para los que los necesitan. Nuestra propuesta es t¨¦cnica y normativamente viable, lo que no sabemos es si es pol¨ªticamente viable¡±.
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