Los europeos votan por ¨²ltima vez en unas elecciones locales brit¨¢nicas

Al introducir su papeleta en la urna, en su barrio londinense de Chiswick, la danesa Mette Rodgers ha dicho este jueves por la ma?ana adi¨®s a su derecho a votar. En cualquier elecci¨®n, en cualquier lugar. ¡°En Dinamarca no puedes votar en las elecciones legislativas si vives fuera del pa¨ªs. Tampoco puedo hacerlo en las generales en Reino Unido. Y despu¨¦s del Brexit, ya no podr¨¦ en las locales ni, evidentemente, en las europeas¡±, explica esta periodista, casada con un brit¨¢nico y madre de dos hijas con doble nacionalidad.

Para muchos europeos, la papeleta con la que han votado este jueves ha sido la ¨²ltima manifestaci¨®n f¨ªsica de unos derechos a los que el refer¨¦ndum puso fecha de caducidad. Y el camino a las urnas ha servido para recordar todo lo que ha cambiado en dos a?os. La ansiedad por el futuro, los planes de contingencia, la repentina divisi¨®n de la sociedad en dos bandos, la dificultad de comprender a amigos que votaron por el Brexit, los abusos verbales.

Cerca de 3,7 millones de ciudadanos de otros pa¨ªses de la UE residen en Reino Unido. Este jueves, en las elecciones locales celebradas en parte de Inglaterra, han tenido su primera oportunidad de votar desde que sus vecinos les dieron la espalda en el refer¨¦ndum de 2016. Y probablemente ser¨¢ la ¨²ltima. La ley comunitaria da a cada ciudadano europeo el derecho a votar en las elecciones locales y europeas all¨¢ donde residan dentro de la UE. Que los europeos en Reino Unido conserven ese derecho despu¨¦s del Brexit es improbable.

El Gobierno tard¨® un a?o en anunciar su propuesta de ¡°estatus de asentado¡± para los ciudadanos europeos. Un a?o despu¨¦s, a¨²n no se sabe c¨®mo se implementar¨¢. Adem¨¢s, la posibilidad de que el Brexit suceda sin acuerdo es cada vez menos descartable. Y eso implicar¨ªa poco menos que perderlo todo.

A¨²n as¨ª, muchos se resisten a tomar medidas. Es el caso de Alberto Barba, arquitecto gaditano de 42 a?os, que hace 11 se instal¨® en Londres con su mujer madrile?a. Aqu¨ª nacieron y crecen sus tres hijos. ¡°Mi convicci¨®n personal es que quiero ser inmigrante¡±, explica. ¡°Es un acto de resistencia y de lucha personal contra el concepto negativo de la inmigraci¨®n que ha venido ganando terreno en los ¨²ltimos a?os. Una de las razones por las que vinimos a Londres es que era una ciudad que abr¨ªa los brazos a la inmigraci¨®n. Somos felices aqu¨ª por esa diversidad, y queremos que nuestros hijos crezcan en ese ambiente. Pero el contexto ha cambiado. Quiero estar en un lugar donde no se me categorice por una cualidad que es meramente burocr¨¢tica. As¨ª que no voy a hacer nada. Si llega el d¨ªa en que eso me suponga un problema, tendremos que preguntarnos si realmente queremos estar en un pa¨ªs as¨ª¡±.

Los grupos que representan a este colectivo animaron a los europeos a votar pensando en todo esto. ¡°Les animamos a elegir a aquellos candidatos que se comprometieran a garantizar los derechos de los ciudadanos europeos¡±, explica Joan Pons Laplana, enfermero llegado de Barcelona hace 20 a?os, miembro de la plataforma The 3 Million, muy activa en la defensa de este colectivo. ¡°Publicamos unos cuestionarios para que nuestros simpatizantes preguntaran a los candidatos en la campa?a sobre su compromiso con nuestros derechos, y as¨ª poder votar en consecuencia¡±.

En Londres, donde residen 1,1 millones de ciudadanos de otros pa¨ªses de la UE, la influencia del voto europeo puede ser determinante. ¡°El sentido del voto de los ciudadanos europeos tendr¨¢ impacto en algunos distritos en los que el resultado se prev¨¦ ajustado, que votaron por la permanencia y que tienen una importante poblaci¨®n europea¡±, explica Tony Travers, profesor de Pol¨ªticas de la London School of Economics.

Es muy probable que el Brexit pese en el sentido del voto de estos ciudadanos, seg¨²n Travers, y se aprecia un fen¨®meno polarizador desde las generales del a?o pasado, seg¨²n el cual los partidarios del Brexit tienden a votar conservador, y los proeuropeos tienden a votar laborista. Si el laborismo logra la proeza de ganar en los distritos londinenses de Kensington y Chelsea, Westminster, Barnet y Wandsworth ¨Cconservadores pero proeuropeos- parte del m¨¦rito ser¨¢ de los ciudadanos europeos.

Los europeos no solo tienen este jueves derecho a votar: tambi¨¦n a presentarse a las elecciones locales. Lo cual dejar¨¢, a partir de ma?ana, a varios cargos electos en la confusa situaci¨®n de no saber si sus derechos ser¨¢n reconocidos despu¨¦s del Brexit. Hay, por ejemplo, 117 candidatos polacos. Dos de los cuales, curiosamente, se presentan por el partido antieuropeo UKIP, con un discurso hostil hacia la inmigraci¨®n. Hay incluso una formaci¨®n pol¨ªtica en Londres llamada Orgullo Polaco, que presenta 48 candidatos. Su fundador es un supuesto pr¨ªncipe polaco llamado John Zylinski, que lleg¨® a los titulares de los tabloides al retar a un duelo con espadas a Nigel Farage, l¨ªder del UKIP.

A falta de que el viernes concluya el recuento, asegura Travers, lo que parece claro es que la participaci¨®n de ese colectivo ser¨¢ m¨¢s alta que en ocasiones anteriores. Al fin y al cabo, no todos los d¨ªas se vota como si fuera la ¨²ltima vez.