Las sanciones a Ir¨¢n amenazan inversiones multimillonarias
Estados Unidos revoca licencias para exportar a compa?¨ªas como Boeing e impone un recorte significativo a las compras de petr¨®leo
La decisi¨®n de Donald Trump de abandonar el pacto nuclear con Ir¨¢n tiene una consecuencia inmediata para el mayor exportador de Estados Unidos, el gigante aeroespacial Boeing. La reimposici¨®n de las sanciones revoca el pedido que pact¨® con dos aerol¨ªneas de bandera persa para renovar su anticuada flota de aviones. Golpe tambi¨¦n para su rival Airbus y otras multinacionales en el sector de la energ¨ªa y de la automoci¨®n que anunciaron inversiones multimillonarias en el pa¨ªs.
Boeing se puso a trabajar para cerrar los pedidos antes de levantarse el embargo, con Barack Obama como presidente. Era una oportunidad para volver a entrar en una econom¨ªa integrada por 80 millones de habitantes y rica en petr¨®leo. Pero la supervivencia del doble contrato se puso en duda cuando tom¨® posesi¨®n el republicano, hasta el punto de que aparc¨® cualquier entrega. ¡°Estamos consultado cu¨¢l ser¨¢ el pr¨®ximo paso¡±, explica la compa?¨ªa en una nota.
El contrato incluye medio centenar de aviones de pasillo ¨²nico B737 MAX y una treintena de bimotores de largo recorrido de la familia B777 para Iran Air. El pedido se completaba con otra treintena de aviones B737 MAX para la compa?¨ªa Aseman Airlines. El valor combinado de estos aviones se estima en 22.000 millones de d¨®lares (18.500 millones de euros, al cambio actual), aunque estos contratos suelen estar sujetos a descuentos que lo dejan a la mitad. General Electric suministra los motores.
Dennis Muilenburg, consejero delegado de Boeing, ya indic¨® en la presentaci¨®n de resultados que este doble contrato estaba apartado del resto de pedidos globales. Airbus, sin embargo, s¨ª lo integra en su cartera y ejecut¨® tres entregas de los 98 aviones contratados. Pero las sanciones puede impedirle seguir adelante con la producci¨®n, porque m¨¢s del 10% de los componentes que incorporan sus aviones est¨¢n fabricados por compa?¨ªas estadounidenses.
Es el ejemplo m¨¢s evidente del impacto econ¨®mico de la retirada en banda de Trump. En la misma situaci¨®n se encuentran aerol¨ªneas que como British Airways acaban de estrenar vuelos directos a Teher¨¢n y fabricantes de coches como Renault y el consorcio PSA, que tienen ya cerrados contratos para fabricar en Ir¨¢n. Daimler y el grupo Volkswagen tambi¨¦n retomaron las exportaciones al pa¨ªs ¨¢rabe a los pocos meses de levantarse las sanciones econ¨®micas.
Seis meses de plazo
Las empresas que tienen negocios con Ir¨¢n cuentan ahora con un plazo de entre 90 y 180 d¨ªas para ajustarse al r¨¦gimen de sanciones. Ese periodo pueden utilizarlo tambi¨¦n para solicitar al Departamento del Tesoro, que controla las licencias a las exportaciones, si se pueden acogen a alg¨²n tipo de exenci¨®n. Es una soluci¨®n para petroleras como Royal Dutch Shell o Total, que tienen proyectos en marcha. BP opt¨® por tomarse las cosas con m¨¢s calma.
El levantamiento de las sanciones permiti¨® a Ir¨¢n exportar un mill¨®n m¨¢s de barriles diarios. Ese grifo se cierra, lo que explica que el precio del petr¨®leo vuelva a estar en m¨¢ximos de tres a?os y medio. Para las firmas que adquieren directamente crudo iran¨ª, el Tesoro indica que debe reducir significativamente sus compras mientras se examinan las posibles exenciones. Eso les obligar¨¢, en cualquier caso, a tener que buscar recursos alternativos si los necesitan para cubrir la demanda.
EE UU no compra crudo iran¨ª, pero las sanciones si se pueden aplicar a firmas extranjeras que usen bancos de EE UU para adquirir el petr¨®leo o que tengan negocios en territorio estadounidense. Es el caso de la china Sinopec, que cuenta con una filial que cotiza en Wall Street y que ya advirti¨® a los inversores de que podr¨ªa verse penalizada si volv¨ªa a imponerse el embargo econ¨®mico.
Arabia Saud¨ª, principal aliado de EE UU en la regi¨®n, ya ha dicho que est¨¢ listo a compensar la p¨¦rdida de suministro. Las exportaciones de petr¨®leo iran¨ª rondan actualmente los 2,7 millones de barriles diarios, equivalente al 3% de la demanda global. Las sanciones, sin embargo, benefician a las petroleras porque permiten dar un impulso a sus ingresos gracias al alza de precios. No gana el consumidor, que ya ve como el precio de la gasolina sube tambi¨¦n en el surtidor.
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