Gustavo Petro contra todos
El exalcalde de Bogot¨¢, segundo en las encuestas, lucha por vencer la campa?a del miedo que le tacha de castrochavista
A Gustavo Petro (Ci¨¦naga de Oro, 1960) le persiguen tres ideas desde que comenz¨® la carrera presidencial en Colombia: castrochavismo, izquierda radical y populismo. El candidato de la Colombia Humana, la traslaci¨®n del proyect¨® con el que gobern¨® Bogot¨¢ entre 2012 y 2015, se ha convertido en la excusa perfecta de la campa?a del miedo. En un pa¨ªs con una larga tradici¨®n de mandatarios liberales y conservadores, el establishment colombiano, Petro tiene muchas opciones de disputar la segunda vuelta, seg¨²n indican las encuestas.
Exguerrillero del M-19, un grupo insurgente desmovilizado en 1990, ha encontrado el apoyo en los sectores populares. Para llegar a la Casa de Nari?o recorre Colombia de plaza en plaza. Est¨¢ convencido de que esta estrategia es suficiente para vencer al clientelismo que le ha asegurado la presidencia a tantos candidatos en el pa¨ªs.
Comenz¨® la campa?a con su popularidad bajo m¨ªnimos. El recuerdo de su gesti¨®n en la alcald¨ªa de la capital provoca las mismas emociones de amor y odio que su campa?a presidencial. A medida que pasaba el calendario electoral no solo fue remontando su imagen, tambi¨¦n su intenci¨®n de voto. Petro ha ganado posiciones capitalizando el descontento con la pol¨ªtica tradicional y la corrupci¨®n. Su discurso se basa en la desigualdad, en la precariedad de los servicios p¨²blicos y en el cambio clim¨¢tico, el principio que articula su propuesta.
Petro se define como progresista. ¡°Vivimos una lucha de pol¨ªticas de la vida y de la muerte, no tanto de izquierdas y derechas como en el siglo XX¡±, razona, apelando a una estrategia empleada hace una d¨¦cada por Rafael Correa en Ecuador o en Espa?a por Podemos.
Con estas ideas ha ido componiendo una campa?a en la que en un primer momento intentaba no mencionar a Venezuela, ni a Hugo Ch¨¢vez ni a Nicol¨¢s Maduro, para terminar calificando al actual mandatario venezolano de dictador: ¡°[Maduro] representa un proyecto pol¨ªtico adverso al nuestro en t¨¦rminos de democracia para Am¨¦rica del Sur y perpetuaci¨®n del poder. All¨ª hay una dictadura insostenible con efectos nocivos sobre la poblaci¨®n y la primera misi¨®n del Gobierno colombiano es ayudar a los venezolanos¡±.
Su otro campo de batalla est¨¢ en el modelo productivo. Niega a sus contrincantes y asegura que no har¨¢ expropiaciones. Su apuesta son las energ¨ªas renovables y alejarse del petr¨®leo y el sector extractivo. Petro promete la reforma rural que los campesinos colombianos llevan d¨¦cadas esperando y que los acuerdos de paz con las FARC deb¨ªan implementar.
El retraso y los problemas del posconflicto le han servido para afrontar un tema que se ha quedado en enunciado durante la campa?a. "En Colombia no hay un proceso de paz. Esto es un acuerdo para acabar una guerra¡±, dijo en un encuentro con la prensa extranjera. ¡°La tierra, la salud, la educaci¨®n, la salud, el aparato judicial, el r¨¦gimen pol¨ªtico son temas fundamentales para construir una verdadera paz y no se negocian con la guerrilla, sino con la sociedad¡±, argumenta. ¡°Esto no lo quiso hacer Santos. No tienen la audacia ni el talante pol¨ªtico para ello¡±.
¡°Para Colombia es de inter¨¦s nacional reducir al m¨¢ximo el poder de las mafias. Hoy los campos de batalla no est¨¢n cruzados por guerrillas revolucionarias contra el Estado, sino que son guerras mafiosas con un ingrediente que no ten¨ªamos antes: el poder es cada vez m¨¢s mexicano¡±, relata. "Est¨¢ comenzando una nueva guerra que puede balcanizar Colombia".
Gustavo Petro llega al domingo 27 de mayo con una ¨²ltima baza: el fraude electoral. El candidato lleva una semana denunciado la falta de garant¨ªas que beneficiar¨ªa a Germ¨¢n Vargas Lleras, el representante de la maquinaria.
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