¡°El Salvador vive una situaci¨®n como la que lo llev¨® a la guerra civil¡±
El exalcalde de San Salvador alerta de los perjuicios de la alta tasa migratoria del pa¨ªs
El mes pasado una caravana de m¨¢s de mil migrantes centroamericanos, algunos de ellos salvadore?os que hu¨ªan de la violencia de las pandillas, entre otras razones, intentaron cruzar M¨¦xico para llegar a Estados Unidos y pedir asilo. El grupo termin¨® el viaje muy mermado, con apenas cerca de 150 personas, tras las amenazas del presidente Donald Trump de militarizar la frontera para impedir su llegada. ¡°Tenemos una violencia probablemente entre las cinco peores del mundo de pa¨ªses que no est¨¢n en guerra ©¤incluso le ganamos a muchos pa¨ªses que s¨ª lo est¨¢n©¤. Llegamos a los 4.000 homicidios al a?o¡±, reflexiona sobre las razones que llevan a sus compatriotas a abandonar el pa¨ªs Nayib Bukele (San Salvador, 1981), el pol¨ªtico que se perfila como uno de los candidatos clave para las presidenciales del 3 de febrero del pr¨®ximo a?o en el pa¨ªs centroamericano.
¡°Unos 200 o 300 salvadore?os migran forzosamente a diario¡±, contin¨²a el exalcalde de Nuevo Cuscatl¨¢n y San Salvador, de visita esta semana para un encuentro con ciudadanos de su pa¨ªs residentes en Madrid. ¡°En algunos casos pasa porque alguien les pone en la cabeza un arma y les dice que se vayan, pero en la gran mayor¨ªa de los casos se da porque en El Salvador no hay trabajo, ni oportunidades, no pueden mantener a sus familias, o viven en una zona en la que ya mataron al vecino, a la hermana¡ Sumado a esta p¨¦rdida de ciudadanos, hay 12 o 14 homicidios al d¨ªa¡±, complementa.
La secretaria de Seguridad Nacional estadounidense, Kirstjen Nielsen, anunci¨® a principio de a?o el fin del Estatus de Protecci¨®n Temporal (TPS, por sus siglas en ingl¨¦s) para m¨¢s de 400.000 beneficiarios, entre ellos 195.000 salvadore?os, a quienes dio entre 12 y 18 meses para que regresen a su pa¨ªs o cambien su situaci¨®n migratoria. El programa, creado en 1990, conced¨ªa permisos vivir y trabajar en Estados Unidos a ciudadanos de pa¨ªses afectados por guerras o desastres naturales. El permiso se renovaba autom¨¢ticamente cada 18 meses, pero Trump lo ha eliminado y ha pedido al Congreso que legisle para regularizar la situaci¨®n de los beneficiarios.
¡°Ahora que se quita el TPS, el pa¨ªs est¨¢ obligado a brindar una soluci¨®n a la gente que llega¡±, afirma Bukele, descendiente de migrantes palestinos que llegaron a El Salvador a finales del siglo XIX. ¡°El Gobierno tiene la ventaja de que estas 200.000 personas ©¤que en realidad son unas 400.000 si se incluyen a los hijos nacidos en Estados Unidos©¤ llevan 18 a?os trabajando legalmente en EE UU, muchos de ellos son profesionales, graduados de las mejores universidades, empresarios, algunos de ellos millonarios¡ Pese a que pueden acogerse a otro estatus migratorio porque pueden invertir un mill¨®n de d¨®lares, hay quienes tambi¨¦n se est¨¢n planteando regresar¡±.
En el centro de los problemas del pa¨ªs centroamericano est¨¢ la violencia, que Bukele pide abordar como un fen¨®meno social. El problema se remonta, seg¨²n afirma, a las causas sin resolver de la guerra que sacudi¨® el pa¨ªs entre 1980 y 1992 y en la que hubo m¨¢s de 75.000 v¨ªctimas mortales. ¡°Termin¨® la guerra civil y se firmaron unos acuerdos de paz que no se cumplieron, solo la parte pol¨ªtica en la que la guerrilla se convert¨ªa en partido y se desmovilizaban las tropas. Pero todo lo dem¨¢s, la desigualdad social, la pobreza, la educaci¨®n, la salud, la inseguridad, se mantiene¡±, asegura el l¨ªder del movimiento Nuevas Ideas, que abandera desde su salida del gobernante FMLN, la formaci¨®n que result¨® de la desmovilizaci¨®n de la insurgencia tras los acuerdos de paz.
¡°Si la sociedad salvadore?a no entiende que est¨¢ enfrentada a un fen¨®meno social igual o m¨¢s dif¨ªcil que el que nos llev¨® a la guerra civil, no vamos a poder resolverlo¡±, alerta Bukele. ¡°Tenemos que hacer dos cosas a la par: continuar persiguiendo el delito y recuperar a todos estos j¨®venes, sobre todo a los que no han cometido delitos pero est¨¢n en los c¨ªrculos de las maras¡±, concluye.
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