La Casa Blanca desata una pol¨¦mica al acu?ar una moneda conmemorativa de Trump y Kim
La insignia no solo equipara a un l¨ªder democr¨¢tico con uno autoritario sino que se difunden cuando est¨¢ en riesgo la celebraci¨®n de la reuni¨®n de Singapur
Donald Trump no puede ocultar su deseo de reunirse con Kim Jong-un pese a que ha admitido que est¨¢ en riesgo la celebraci¨®n del encuentro previsto entre ambos el 12 de junio en Singapur. En las ¨²ltimas semanas, el presidente estadounidense ha llamado ¡°muy honorable¡± al dictador norcoreano y ha agradecido su trato ¡°excelente¡± a los tres presos norteamericanos liberados por el pa¨ªs asi¨¢tico. A las cr¨ªticas por elogiar a uno de los l¨ªderes m¨¢s represivos del mundo, ha surgido ahora un nuevo frente: la Casa Blanca ha acu?ado monedas conmemorativas de la reuni¨®n entre Trump y Kim.
Las monedas son obra de la Agencia de Comunicaciones de la Casa Blanca, una unidad militar asignada al presidente y que suele elaborar este tipo de insignias por motivo de viajes al extranjero de mandatarios. Pero ahora la pol¨¦mica est¨¢ servida. La moneda muestra a ambos dirigentes, en la misma altura, mir¨¢ndose a los ojos y con las banderas de ambos pa¨ªses de fondo. ¡°Conversaciones de paz¡±, se lee en la parte superior. Trump es bautizado como ¡°presidente¡± y Kim como ¡°l¨ªder supremo¡±. Visualmente, se equipara a un l¨ªder elegido democr¨¢ticamente con uno autoritario de un pa¨ªs carente de libertades y, seg¨²n la ONU, con m¨¢s de 100.000 presos pol¨ªticos.
Adem¨¢s, al hacer p¨²blicos los metales, la Casa Blanca corre el riesgo de estar ¡®precelebrando¡¯ una reuni¨®n que quiz¨¢ ni tiene lugar, ante la amenaza de Pyongyang de ausentarse, o acaba siendo un estrepitoso fracaso. La principal inc¨®gnita es si Corea del Norte aceptar¨ªa la reclamaci¨®n estadounidense de desmantelar su programa nuclear.
Pol¨ªticos dem¨®cratas y expertos internacionales criticaron la emisi¨®n de las monedas conmemorativas. La Casa Blanca trat¨® este martes de contener la pol¨¦mica. La portavoz presidencial, Sarah Sanders, subray¨® que es un ¡°procedimiento est¨¢ndar¡± de la unidad militar asignada a Trump y que la Casa Blanca no tiene nada que ver con el dise?o y fabricaci¨®n de los metales pese a que dicha unidad forma parte del organigrama presidencial.
El caso simboliza, en cualquier caso, el viraje abrupto de Trump respecto a Corea del Norte. Hace pocos meses, humillaba p¨²blicamente a Kim -lo llamaba ¡°loco¡± y ¡°Peque?o Hombre Cohete¡±- y alardeaba de que EE UU tiene un mayor bot¨®n nuclear que Corea del Norte. Entonces nadie pod¨ªa imaginarse al presidente republicano negociando con un pa¨ªs enemigo, como hab¨ªa hecho su predecesor, el dem¨®crata Barack Obama, con Cuba e Ir¨¢n, desatando feroces cr¨ªticas conservadoras.
Pero tras anunciarse sorprendentemente en marzo la reuni¨®n entre ambos dirigentes, Trump ha aparcado los reproches a Kim, lo ha elogiado y en los ¨²ltimos d¨ªas se ha embarcado en un esfuerzo de contenci¨®n para tratar de salvar la reuni¨®n del 12 de junio. Intencionadamente o no, las monedas conmemorativas personifican perfectamente ese deseo de deshielo.
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