La desilusi¨®n: el nuevo enemigo de Macri
Se mantiene la insatisfacci¨®n hacia el presente. La mayor¨ªa de argentinos duda de que eso vaya a cambiar
En la Argentina, a alguna gente, muy poca, se la identifica por su nombre de pila. Si alguien nombra a "Diego", por ejemplo, todo el mundo sabe que es una referencia a Diego Armando Maradona, "Cristina" es la ex presidente Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner. Y cuando alguien menciona a "Mirtha", est¨¢ claro que se refiere a Mirtha Legrand, una de las grandes estrellas de este extra?o pa¨ªs.
Mirtha presume de ser un r¨¦cord mundial y, ciertamente, lo es. Desde hace alrededor de cincuenta a?os, conduce uno de los programas m¨¢s populares de la televisi¨®n argentina. Su formato es sencillo y, tal vez por eso, su m¨¦rito personal se agiganta. Mirtha re¨²ne en una mesa a media docena de figuras destacadas de los rubros m¨¢s diversos y, simplemente, conversa con ellos y logra que los otros conversen entre s¨ª. En esa mesa almorzaron o cenaron, a lo largo de los a?os, todos los presidentes, los grandes escritores, actores, m¨²sicos y cient¨ªficos. Ella, ahora, es nonagenaria pero sigue ah¨ª, exitosa, popular y perenne, en el sentido m¨¢s amplio de esta ¨²ltima palabra.
Pol¨¦mica, admirada, resistida, querida, Mirtha Legrand ha sido adem¨¢s un s¨ªmbolo del devenir pol¨ªtico en estos a?os. Cuando gobernaba el kirchnerismo fue una tenaz opositora, a punto tal que en algunas manifestaciones, los seguidores de Cristina Kirchner colocaron una gigantograf¨ªa con su imagen para que los asistentes tomaran envi¨®n y la escupieran. Por eso mismo, sobre el final de la ¨²ltima elecci¨®n presidencial, convoc¨® a los argentinos a votar por Mauricio Macri, el actual presidente de la Naci¨®n, quien luego la invit¨® varias veces a cenar a la residencia presidencial.
S¨ªmbolo de la oposici¨®n antes del 2015, s¨ªmbolo del oficialismo a partir de entonces, Mirtha se ha transformado en los ¨²ltimos d¨ªas en s¨ªmbolo de la desilusi¨®n:
¡ªA m¨ª me defraudaron. Yo hice mucho para que Macri llegara al poder. Me siento desilusionada¡ª ha declarado.
La an¨¦cdota ser¨ªa menor si no fuera por un dato de contexto. La desilusi¨®n de "la Legrand" se produce en el mismo momento en que todas las encuestas reflejan una ca¨ªda sostenida, y al mismo tiempo abrupta, de la imagen del presidente Mauricio Macri. Adem¨¢s, la percepci¨®n de los argentinos acerca de su bienestar personal es la peor en muchos a?os.
Durante gran parte de los 30 meses en los que gobern¨® Macri, los estudios de opini¨®n reflejaron que la mayor¨ªa de los argentinos estaba disconforme con su situaci¨®n econ¨®mica pero ten¨ªa confianza en que las cosas cambiar¨ªan en el futuro pr¨®ximo. En los ¨²ltimos meses, eso cambi¨®: se mantiene la insatisfacci¨®n hacia el presente pero la mayor¨ªa duda de que eso vaya a cambiar y crece la cantidad de personas que teme que vaya a empeorar.
Algunos voceros del oficialismo atribuyen esta din¨¢mica a un malentendido, a una cuesti¨®n de expectativas. Se desilusiona, dicen, aquel que estuvo exageradamente ilusionado, el que no registr¨® que salir del "populismo" ser¨ªa muy dif¨ªcil. La responsabilidad, en este caso, no ser¨ªa de Macri sino de las expectativas exageradas de quienes lo apoyaron. El problema es que quien m¨¢s estimul¨® esas ilusiones fue el propio Macri. ?O no fue ¨¦l quien sostuvo que todo ser¨ªa sencillo, que la fiesta arrancar¨ªa apenas Cristina Kirchner fuera corrida del poder?
Treinta meses despu¨¦s, los principales problemas no han sido resueltos: la inflaci¨®n, que este a?o superar¨¢ el 25%, es el m¨¢s importante y el que m¨¢s da?a la popularidad de cualquier Gobierno. Encima, la crisis cambiaria de las ¨²ltimas semanas debilit¨® fuertemente la autoridad del Gobierno, que parece aturdido, tanto como el resto de la sociedad.
Hace apenas seis meses, Macri logr¨® una victoria muy amplia en las elecciones de medio t¨¦rmino. La realidad parec¨ªa hincarse ante ¨¦l. La oposici¨®n peronista estaba dividida, todos sus referentes hab¨ªan sido derrotados, lo peor del ajuste econ¨®mico parec¨ªa haber sido superado y solo faltaban retoques.
Un ventarr¨®n financiero arras¨® con ese sue?o y otra vez aparecen las palabras de siempre: ajuste, d¨¦ficit, Fondo Monetario Internacional, incertidumbre y, como corolario de todo, desilusi¨®n.
Las personas que saben de la vida dicen que lo ¨²nico seguro respecto de la suerte es que siempre cambia. Ha cambiado en los ¨²ltimos seis meses, puede cambiar de nuevo en los pr¨®ximos. Pero por lo pronto, Mauricio Macri debe extra?ar los tiempos en los que, hace tan poquito, sinti¨® que su poder durar¨ªa muchos a?os.
Con un olfato popular a prueba del tiempo, Mirtha Legrand, esa bisabuela glamurosa, expres¨® una vez m¨¢s lo que muchos de sus televidentes sienten:
"Dar¨ªa la vida para que no vuelva el kirchnerismo, pero este Gobierno me defraud¨®".
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