Temer desiste de ser reelegido presidente y deja que su ministro de Hacienda se presente por ¨¦l

El presidente brasile?o Michel Temer no ser¨¢ el candidato de su partido, el Movimiento Democr¨¢tico Brasile?o (MDB), a las elecciones presidenciales de este octubre. El encargado de defender a la agrupaci¨®n, y el legado del Gobierno que ha pasado los dos ¨²ltimos a?os al frente de Brasil, ser¨¢ Henrique Meirelles, ministro de Hacienda hasta el pasado 8 de abril.

El mandatario prefiri¨® no ahondar en los motivos que le han conducido a esta decisi¨®n, lo cual supone una ruptura con el resto de su presidencia, marcada por las explicaciones. Temer lleg¨® al poder en mayo de 2016 sin ganar unas elecciones y explicando que el impeachment a Dilma Rousseff que le hab¨ªa puesto all¨ª no hab¨ªa sido un golpe de Estado: hoy, un 47,9% de la poblaci¨®n a¨²n cree que lo fue. En los meses siguientes explicar¨ªa que sus reformas de austeridad eran necesarias para el pa¨ªs: dos huelgas generales despu¨¦s, solo un 5% de los brasile?os aprueba de su gesti¨®n seg¨²n la edici¨®n de abril de la encuesta Datafolha. Y en todo este tiempo ha intentado explicar que las m¨²ltiples acusaciones de corrupci¨®n que no han cesado de conocerse, sobre ¨¦l y sobre muchos de quienes le rodean, son falsas. Mientras, muchos de sus ministros han sido detenidos y la polic¨ªa no ha terminado de investigarle a fondo, a petici¨®n del Tribunal Supremo. Al final, el 86% de la poblaci¨®n aseguraba que no le votar¨ªa como presidente.

Quiz¨¢ por todo esto empezaban a o¨ªrse en los bastidores del MDB voces de barones inquietos, que ped¨ªan que el candidato a las elecciones de este octubre no fuese el presidente. El elegido ha sido al final Meirelles, de 72 a?os, un hombre de partido lleno de ventajas en unos comicios que, a cuatro meses de celebrarse, siguen marcados por la incertidumbre. Por ejemplo, su curr¨ªculo le permite alzarse como la voz de la raz¨®n entre el extremismo de otros candidatos: titulado en Harvard, Meirelles dirigi¨® el Banco Central brasile?o durante los boyantes a?os de Lula. Antes fue presidente internacional de BankBoston, un banco de Massachusetts en el que trabaj¨® 28 a?os.

Meirelles ofrece tambi¨¦n otras dos ventajas, si bien son m¨¢s dif¨ªciles de explicar al p¨²blico. Primero, en Brasilia es sabido que acaricia el sue?o de la presidencia desde hace tiempo. Y segundo, su fortuna se calcul¨® el julio pasado en unos 217 millones de reales (59,5 millones de d¨®lares), lo cual puede ser decisivo ahora que la ley proh¨ªbe que las empresas aporten dinero a los fondos electorales. En 2002, Meirelles fue el candidato mejor votado a diputado por Goi¨¢s: entonces ten¨ªa 45 millones de reales y se gast¨® 900.000 en la campa?a. Nada impide pensar que esta vez haga algo parecido.

A Meirelles le queda ahora el reto de unir a la misma base que Temer dividi¨®, y, si lo logra, convencer al p¨²blico (de momento cuenta con el rechazo del 17% del electorado, lo que no deja de ser una mejora). Ese segundo reto es el m¨¢s arduo, ya que le obligar¨¢ a defender el legado de Temer a la vez que se distancia de ¨¦l. Los objetivos del MDB no son necesariamente altos: algunos barones solo esperan obtener suficientes votos como para resultarle atractivo a quien salga ganador y forjar un pacto que les permita seguir influyendo en la agenda pol¨ªtica. Pero incluso para eso, Mirelles tendr¨¢ que lograr lo imposible.