Jesse Jackson: ¡°Trump promueve un supremacismo blanco contra un mundo globalizado¡±
El veterano activista de los derechos civiles analiza, en una extensa entrevista, la presidencia del republicano y las relaciones raciales en Estados Unidos
En la segregada Carolina del Sur donde naci¨® en 1941, cuenta Jesse Jackson, los negros ten¨ªan tres formas de sobrevivir: ¡°Adaptarse, resentir o resistir¡±. La ¨²ltima v¨ªa, la que ¨¦l adopt¨® como cabecilla del movimiento por los derechos civiles, requer¨ªa una ¡°lucha sostenida¡± contra la hegemon¨ªa blanca que conceb¨ªa a los afroamericanos como ciudadanos de segunda. Medio siglo despu¨¦s del fin legal de la segregaci¨®n, el mismo esp¨ªritu combativo gu¨ªa al reverendo y activista. El contexto ha cambiado enormemente, pero la amenaza ahora es que se debilite la reconciliaci¨®n racial alcanzada en los a?os sesenta. El origen del temor es muy n¨ªtido: la presidencia de Donald Trump.
¡°Trump promueve un tipo de supremacismo de la raza blanca con un foco narrativo contra el mundo globalizado¡±, denuncia Jackson en una extensa entrevista en la sede de Rainbow PUSH Coalition, la organizaci¨®n de asistencia a los negros que fund¨® en Chicago en 1971. ¡°Am¨¦rica es multirracial y multicultural y no debemos permitirle que nos lleve hacia atr¨¢s. Juntos somos m¨¢s fuertes. Debemos avanzar hacia adelante con esperanza y curaci¨®n, no hacia atr¨¢s con miedo y odio¡±.
Los ojos de Jackson transmiten energ¨ªa. A sus 76 a?os, su cuerpo se debilita, fruto de un p¨¢rkinson diagnosticado en 2015, pero su mente sigue avispada y su agenda repleta de actos. El icono mantiene ese punto de inconformismo y osad¨ªa que le ha acompa?ado toda su vida. Es un fiel term¨®metro de la evoluci¨®n del racismo en Estados Unidos, el gran pecado nacional. En los a?os sesenta, Jackson boicote¨® comercios que eran solo para blancos. Estuvo en Selma en la marcha que cambi¨® la historia de los derechos civiles. Tambi¨¦n con Martin Luther King, su mentor, cuando fue asesinado en Memphis. En los ochenta, intent¨® ser presidente, como candidato dem¨®crata, cuando se dec¨ªa que, por ser afroamericano, nunca llegar¨ªa a la Casa Blanca. Y ahora, despu¨¦s de allanarle el camino a Barack Obama para que enterrara esa profec¨ªa, contempla con amargura la presidencia de Trump.
El reverendo sostiene que Trump ha avivado ¡°miedos raciales infundados¡± y una ¡°angustia de violencia¡± en EE UU. El republicano ha atizado la brecha racial con su aval a la extrema derecha y su ret¨®rica divisiva contra las minor¨ªas. Para Jackson, la mayor amenaza es la ¡°falta de apoyo¡± a la ley de 1965 que prohibi¨® la discriminaci¨®n racial en el voto, la ¡°joya de la corona¡± de los derechos civiles. Ve un racismo latente en las t¨¢cticas de los pol¨ªticos republicanos de tratar de dificultar el voto a los negros, que suelen apoyar a dem¨®cratas.
Luego est¨¢ lo que ¨¦l llama la ¡°propaganda extralegal¡± de Trump, con sus ataques a los medios de comunicaci¨®n y a la fiscal¨ªa. ¡°Usa su poder para socavar esas instituciones, lo que provoca un da?o e impacto a largo plazo. Mirando su espect¨¢culo, podemos perder de vista los retrocesos en los avances de los ¨²ltimos 50 a?os¡±, advierte. Tambi¨¦n denuncia el efecto negativo de los planes de Trump de ¡°subsidiar a los ricos y polarizar a los pobres¡±, en referencia a su rebaja de impuestos, especialmente a los m¨¢s acaudalados, y su intento de derogar la reforma sanitaria del dem¨®crata Obama. Jackson, que como candidato electoral abraz¨® un discurso muy izquierdista contra la desigualdad y la guerra, enfatiza la ¡°iron¨ªa¡± de que muchos blancos pobres, uno de los segmentos de voto de Trump, se benefician de los programas sociales que quiere dilapidar el republicano.
Por eso, considera claves las elecciones legislativas de noviembre, en las que se renueva la totalidad de la C¨¢mara de Representantes y un tercio del Senado. Jackson es optimista. Cree que, si se mantiene la alta participaci¨®n registrada en los comicios de este a?o, especialmente de mujeres, los dem¨®cratas recuperar¨¢n el control de ambas C¨¢maras del Capitolio, lo que frenar¨ªa la agenda legislativa de Trump. Y pide no olvidar que en las presidenciales de 2016, Hillary Clinton, a la que ¨¦l apoy¨®, sac¨® tres millones de votos m¨¢s que Trump.
El peso de la historia planea sobre la sede de PUSH, en el sur de Chicago, cerca de las calles que King y Jackson recorr¨ªan en los sesenta para reclamar ¡ªentre gritos y agresiones de blancos¡ª que se dejara de discriminar a los negros en la compra de casas o en los comercios. En la entrada de la asociaci¨®n hay una recreaci¨®n del balc¨®n del motel de Memphis, donde fue asesinado King el 4 de abril de 1968. El mundo, relata un cartel con gui?os religiosos debajo de la barandilla, se divide en ¡°antes de King¡± y ¡°despu¨¦s de King¡±. La sombra del mentor persigue a Jackson, nacido de una humilde madre adolescente en Carolina del Sur y al que King transform¨® de un volc¨¢nico activista sure?o a un l¨ªder nacional contra la pobreza y el racismo.
¡°Hemos pasado en 40 a?os del balc¨®n de Memphis al balc¨®n de la Casa Blanca¡±, enfatiza en referencia a la muerte de King y a la presidencia de Obama. Pero considera en parte ¡°sintom¨¢tico¡±, de la evoluci¨®n imperfecta del conflicto racial, que el sucesor del primer mandatario negro de la historia de EE UU sea un hombre blanco que especul¨® con que Obama hab¨ªa nacido en ?frica.
Jackson explica que desear¨ªa que, como presidente, Obama hubiera adoptado m¨¢s medidas concretas para ayudar a la poblaci¨®n negra, pero sostiene que la presi¨®n de la prensa y del Congreso lo impidi¨®. ¡°Hizo mucho m¨¢s de lo que se reconoce. Hizo un buen trabajo¡±, afirma sobre su presidencia. Destaca la salida de la Gran Recesi¨®n, la reforma sanitaria, el acuerdo sobre el clima de Par¨ªs, el restablecimiento de relaciones con Cuba y, algo ins¨®lito con Trump, la ausencia de esc¨¢ndalos.
El presente, sin embargo, le hace contemplar con ambivalencia el futuro. ¡°No estoy seguro de que desaparezca. Nos podemos proteger para que nos convirtamos en m¨¢s civilizados¡±, responde a la pregunta de si se imagina un EE UU sin racismo. El racismo, explica, es un ¡°comportamiento aprendido, no es natural¡±. ¡°Cuando la ley cambia, cambia el comportamiento. Es por eso que el derecho a la ley es tan importante¡±, concluye.
¡°Pens¨¦ que ¨ªbamos a lograr m¨¢s progresos en estos 50 a?os¡±
Cuando se le pregunta qu¨¦ hubiera pasado si Martin Luther King no hubiera muerto en 1968, Jesse Jackson hace una larga pausa. Hubiera continuado, responde, la desobediencia civil que propici¨® en 1964 el fin de la segregaci¨®n legal de los negros. Y "hay una gran probabilidad" de que el dem¨®crata Hubert Humphrey hubiera ganado en noviembre de 1968 las elecciones presidenciales, prosiguiendo la campa?a de Lyndon Johnson en pos de la igualdad racial. El vencedor, el republicano Richard Nixon, "explot¨®", con su mensaje de ley y orden, la "desesperada" ola de protestas tras el asesinato de King. "Hubi¨¦ramos sido otra Am¨¦rica, hubi¨¦ramos salido adelante", sentencia.
El silencio y los suspiros afloran de nuevo ante la pregunta de si EE UU es menos racista que en 1968. "Es dif¨ªcil saber porque Trump tiene como seguidores a personas que son v¨ªctimas de miedo racial, ignorancia y violencia", afirma. "Uno pensaba que ¨ªbamos a lograr mayores progresos en estos 50 a?os".
Sus palabras destilan una sensaci¨®n agridulce. El racismo ahora es "menos obvio", pero la desigualdad racial se mantiene. Y el racismo sigue latente, esgrime por ejemplo, en los castigos a los jugadores de f¨²tbol americano que se arrodillan ante el himno nacional en protesta por la violencia policial contra los negros.
"Es como nadar de Reino Unido a Francia en el canal de la Mancha, un buen nadador lo puede lograr pero lo que marca la diferencia es la corriente que hay debajo. La corriente en contra de nuestra lucha nunca se detuvo", dice. "Hemos sido lentos en reconocer que somos un pa¨ªs de posgenocidio, posesclavitud y poslinchamiento. Los sure?os cre¨ªan que ¨¦ramos solo un pa¨ªs y una religi¨®n de blancos. La otra visi¨®n era m¨¢s global. Y los negros estaban en medio de esa lucha, como lo seguimos estando hoy".
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