Hong Kong enciende sus luces por Tiananmen

En 1989, Tim Ho ten¨ªa solo seis a?os cuando decenas de miles de compatriotas chinos se echaron a las calles durante semanas para exigir democracia al gobierno de su pa¨ªs. Por entonces, Tim era demasiado joven para entender c¨®mo aquel movimiento estudiantil termin¨® en masacre. Aunque unos a?os de m¨¢s tampoco le hubieran servido de nada. No fue hasta que se mud¨® con su familia a Hong Kong y empez¨® a estudiar secundaria en la escuela cuando le toc¨® aprender la lecci¨®n sobre aquella tragedia.

¡°Si no existiera esta vigilia, se nos podr¨ªa olvidar lo que pas¨®¡±, afirm¨® cariacontecido este dependiente de 35 a?os frente al escenario central montado para la ocasi¨®n en el parque Victoria de Hong Kong. De todo el territorio chino, este es el ¨²nico lugar en el que se permite celebrar un acto en conmemoraci¨®n de las v¨ªctimas de la matanza de Tiananmen, unas 10.000 seg¨²n una serie de cartas desclasificadas recientemente del embajador brit¨¢nico de entonces. Como Tim, cerca de 115.00 personas, seg¨²n los organizadores, desafiaron este lunes a la lluvia y acudieron para encender una vela por todos aquellos cuya memoria qued¨® borrada por las autoridades de su pa¨ªs.

¡°Recuerdo las im¨¢genes y c¨®mo mi padre llor¨® desconsolado. Solamente luchaban por una sociedad mejor, yo no veo nada malo en lo que hicieron. El gobierno chino le debe a sus ciudadanos una disculpa¡±, coment¨® emocionada Doris Wong a este diario. Esta ama de casa con tres ni?os al cargo, cont¨® c¨®mo aquel episodio le marc¨®. ¡°Cuando me convert¨ª en madre, me puse en la piel de aquellas a cuyos hijos mataron sin explicaci¨®n alguna¡±, relat¨®. Con sus palabras, Doris se refer¨ªa a las Madres de Tiananmen, un colectivo de bravas mujeres cuyos hijos perecieron en la matanza y que, juntas, decidieron plantar cara al gobierno comunista y exigir responsabilidades.

Como cada a?o, d¨ªas antes de la celebraci¨®n del aniversario de la tragedia, esta organizaci¨®n volvi¨® a redactar una carta en la que recordaban c¨®mo en estos casi treinta a?os ning¨²n cargo del Gobierno chino se hab¨ªa dirigido a ellas, a excepci¨®n de aquellos que vigilan sus movimientos. En la misiva volv¨ªan a denunciar c¨®mo algunas hab¨ªan sido forzadas a viajar y a otras se les hab¨ªa impedido salir de sus casas, una petici¨®n de justicia que tan solo obtuvo una breve respuesta de la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Hua Chunying, quien apunt¨® que "es lo que se refiere a los disturbios pol¨ªticos ocurridos a finales de los a?os 90 del siglo pasado, el Gobierno chino ya ha llegado a claras conclusiones".

Con esa declaraci¨®n, Pek¨ªn volv¨ªa a mostrar la actitud que asumi¨® desde que sus tropas atacaron en la noche del 3 al 4 de junio de 1989 a los manifestantes que se concentraban en los alrededores de la plaza de Tiananmen, unos hechos que niegan prohibiendo cualquier discusi¨®n p¨²blica sobre el asunto. Incluso las redes sociales chinas son c¨®mplices de ocultarlo hasta el punto que cualquier referencia a la fecha de este episodio es eliminada por los censores comunistas. Precisamente, ese f¨¦rreo control de las autoridades chinas se ha convertido en una de las grandes preocupaciones de los ciudadanos de Hong Kong que, poco a poco, han visto c¨®mo la mano de Pek¨ªn est¨¢ cada vez m¨¢s presente en su vida diaria.

"Ahora que la libertad en Hong Kong es menor que antes, quiz¨¢s haya alg¨²n d¨ªa en el que no podamos venir aqu¨ª a rendirles homenaje", manifest¨® pensativa Grace Chan, una dependienta que se hab¨ªa acercado con una amiga hasta el parque hongkon¨¦s. Su preocupaci¨®n era el reflejo de la postura adoptada por muchos otros j¨®venes de la ciudad que, decididos a no apoyar ning¨²n movimiento en favor de China, llevaron a cabo manifestaciones paralelas en las que condenaron la masacre sin exigir democracia para sus conciudadanos. Todo, en el mismo d¨ªa en el que dos ex parlamentarios independentistas recibieron sentencias de c¨¢rcel de cuatro semanas por participar en un altercado en 2016 en el Parlamento.

Mientras las llamas de las velas apuntaban al cielo, desde el escenario los organizadores comenzaban a cantar Por la libertad, un c¨¢ntico que puso punto final a un evento que trata de mantener viva la memoria de aquellos que "solo buscaban una sociedad mejor. Espero que mis hijos no pasen nunca por algo as¨ª, aunque yo ya no siento mi ciudad como antes la sent¨ªa", sentenci¨® Doris.