Extrabajadores de la familia Uribe desvelan v¨ªnculos con paramilitares
Las declaraciones ante el fiscal, a las que ha tenido acceso EL PA?S, documentan la relaci¨®n del hermano del expresidente con el grupo de Los 12 ap¨®stoles
Amenazas a la poblaci¨®n, vejaciones, connivencia con las fuerzas de seguridad, retenciones y una estrecha relaci¨®n con Santiago Uribe, hermano de ?lvaro, expresidente de Colombia. Las declaraciones ante el fiscal de tres exempleados de la hacienda ganadera La Carolina, que en los noventa era propiedad de esa familia, se?alan a la finca, ubicada en el municipio de Santa Rosa de Osos (a unos 80 kil¨®metros al norte de Medell¨ªn), como base de operaciones del grupo paramilitar conocido como Los 12 ap¨®stoles, activo durante esa d¨¦cada.
Los testimonios, recabados el pasado 31 de mayo, confirman los v¨ªnculos de Santiago Uribe, procesado por haber constituido supuestamente esa organizaci¨®n, con el jefe de sicarios de la banda, Jorge Alberto Osorio Rojas, alias El Mono de los Llanos y Rodrigo. EL PA?S ha tenido acceso a las grabaciones de esos antiguos trabajadores, cuyos nombres fueron proporcionados a la justicia por el propio acusado. Este neg¨® en enero, durante el ¨²ltimo juicio en su contra (lleva dos d¨¦cadas respondiendo ante la justicia), todo tipo de lazos con sus cabecillas y dos meses despu¨¦s sali¨® de la guarnici¨®n militar donde permanec¨ªa recluido desde 2016. Se encuentra ahora a la espera de la pr¨®xima vista del proceso, que puede reanudarse a finales de julio.
El relato de los empleados, que trabajaron en la hacienda durante largos per¨ªodos, describe algunas actividades de Los 12 ap¨®stoles y, sobre todo, documenta la cercan¨ªa entre El Mono, hoy en busca y captura, y Santiago Uribe. "Eran muy ¨ªntimos" y su trato era "muy amistoso", llega a afirmar M. T. M., uno de los testigos, de quienes se reproducen solo las iniciales por razones de seguridad. Este hombre empez¨® a cuidar ganado a los siete a?os en distintas explotaciones del departamento de Antioquia hasta que en 1982 recal¨® en La Carolina, donde permaneci¨® casi dos d¨¦cadas. Aunque pertenecen a generaciones distintas, su historia es parecida a la de J. L. R., que entr¨® en la finca con su familia a los 12 a?os, la dej¨® y regres¨® con 33, entre 1995 y 1996.
La defensa de Uribe siempre ha argumentado, y por el momento con ¨¦xito, que los testigos presentados por la acusaci¨®n particular, la ONG Comisi¨®n Justicia y Paz, y la Fiscal¨ªa son ¡°falsos¡± o que han recibido dinero. Cuando no lo ha convertido en una batalla pol¨ªtica contra su hermano, el expresidente ?lvaro Uribe, que en la ¨¦poca en la que sucedieron los hechos era senador (1986-1994) y gobernador del departamento de Antioquia (1995-1997) .
Uribe es ahora senador -fue el m¨¢s votado en las elecciones legislativas de marzo- y apoya la candidatura de Iv¨¢n Duque, que el domingo se disputa la presidencia con el izquierdista Gustavo Petro. Siempre se mantuvo en la primera l¨ªnea de la pol¨ªtica, liderando la oposici¨®n a los acuerdos de paz con las FARC alcanzados por el actual mandatario, Juan Manuel Santos, y alentando la indignaci¨®n de parte de la sociedad colombiana ante la desmovilizaci¨®n de la antigua guerrilla y el sistema de reparaci¨®n a las v¨ªctimas. Sus adversarios sostienen que su negativa a retirarse responde a sus temores de perder influencia y enfrentarse a la justicia como un ciudadano m¨¢s.
"Rodrigo y don Santiago"
¡°El administrador era Carlos Serna¡±, declara este empleado. Se refiere a Carlos Enrique Serna Areiza. Desde 1994 fue mayordomo de ese terreno, seg¨²n qued¨® registrado durante el juicio contra Santiago Uribe. Durante el proceso, el gerente confirm¨® que presenci¨® un asesinato dentro del recinto, aunque siempre desvincul¨® a su jefe de cualquier actividad ilegal.
Las declaraciones de estos trabajadores apuntan en la direcci¨®n contraria. J. L. R. asegura que tanto el paramilitar Rodrigo como el hermano del expresidente portaban armas, pero el due?o de la hacienda ¡°la llevaba tapada con una toalla¡±. Describe un rev¨®lver o una pistola, armas cortas, pero no detalla de qu¨¦ tipo. ¡°Hac¨ªan eso por las malas informaciones que hab¨ªa por ah¨ª: La Carolina estaba amenazada por la guerrilla¡±.?
¡°Rodrigo llegaba siempre antes que don Santiago. Luego sal¨ªan juntos a caballo¡±, dice. M. T. M. se refiere, adem¨¢s, a "negocios entre ambos", sin precisar. "?Qui¨¦n le daba ¨®rdenes?", le pregunta el fiscal. "Don Santiago". "?Alguien m¨¢s?", insiste. "No". El lugar de encuentro de los dos, seg¨²n la exposici¨®n de los testigos, era una casa dentro de la finca que se llama La Mayor¨ªa y sus alrededores.
Los trabajadores explican que, aunque este grupo estaba en La Carolina, era habitual que se movieran por los caminos de la zona y que entraran a otras propiedades aleda?as. ¡°Llegaban por la carretera y paraban a la gente¡±, asegura uno de ellos. ¡°Un man [sic] me cont¨® que cuando iba en una buseta, le bajaron y le apuntaron con un arma. Eso hac¨ªan. Pasaba gente por la carretera, les quitaban la ropa. Proteg¨ªan a Santiago¡±.
Estos operativos estaban al cargo de El Mono -descrito como "robustico", "carirredondo", "colora¨ªto" y "con los ojos zarquitos"- y un grupo de hombres que los testigos identifican con apodos como Pelusa, Carlos, el Paisa y Sabino, entre otros. En uno de los informes de la Fiscal¨ªa (redactado el pasado 5 de febrero e incluido en la causa contra el jefe de los sicarios) se identifica a Pelusa como el due?o de un laboratorio de coca¨ªna que fue desmantelado por la polic¨ªa. En ese mismo documento se detalla que tambi¨¦n ten¨ªa un veh¨ªculo en el que ¡°llevaba a personas amarradas en horas de la ma?ana". Dos detalles que coinciden con el plan que llevaba a cabo este grupo en la regi¨®n: "Hac¨ªan limpieza de personas que hac¨ªan maldades y las asesinaban".
'Limpieza social'
Los 12 Ap¨®stoles es responsable de 509 v¨ªctimas a principios los noventa, seg¨²n defensores de derechos humanos que han investigado a este grupo. Su tarea consist¨ªa en lo que se conoce por ¡°limpieza social¡±, es decir, garantizar la seguridad en determinados territorios a trav¨¦s de ejecuciones arbitrarias de lo que consideraban delincuentes, colaboradores de la guerrilla, adictos a las drogas, entre otras personas inocentes. Camilo Barrientes, un conductor de autob¨²s, es la v¨ªctima que permiti¨® que se abriera el caso contra Santiago Uribe. Fue asesinado en febrero de 1994.
"Los comentarios eran que ellos trabajaban con la Polic¨ªa y el Ej¨¦rcito¡±. El testimonio de M. T. M. hace referencia tambi¨¦n a la presencia de personal de las fuerzas de seguridad en la hacienda. "Pues s¨ª, all¨¢ iban. Con el Ej¨¦rcito que se manten¨ªa all¨¢". Tanto este testigo como otra recuerdan que se hablaba de estas personas como "paracos". "No me gusta esa palabra¡±, dice L. M. P., una trabajadora que estuvo 13 a?os en La Carolina cocinando, limpiando cuartos y haciendo cualquier tarea que le mandaran. ¡°?Qu¨¦ es para usted un paraco, un paramilitar?¡±, le pregunta el fiscal. ¡°Gente mala. Pasaba alguno muerto y dec¨ªan: esos fueron los paracos que mantienen ah¨ª en La Carolina¡±. Cada noche, cuando esta mujer sal¨ªa de la finca, los mayordomos le recordaban una frase: "El Mono es de respeto'. Nos dec¨ªan que nos fu¨¦ramos callados. No vimos nada, solo escuchamos comentarios. Cuando sal¨ªamos, ellos se reun¨ªan¡±.?
En el tiempo que esta mujer pas¨® en La Carolina asegura que nunca vio ¡°a la ley¡±, es decir, a la polic¨ªa. Sin embargo, confirma que al poco de irse de la finca, se instal¨® un batall¨®n militar, el de Girardot, encargado de tareas de seguridad en la zona. Otra empleada de la hacienda, M. E. R. T, habla en cambio, de encuentros una o dos veces por semana con miembros de la polic¨ªa nacional. El fiscal le menciona algunos nombres, aunque esta encargada de las tareas del inmueble principal no los recuerda. Ni siquiera el de Alexander Amaya.
Este es uno de los testigos clave en el juicio, expolic¨ªa y exparamilitar que cumple una condena de 40 a?os de c¨¢rcel. Desde mediados de los noventa asegura que Uribe fue jefe de Los 12 ap¨®stoles, as¨ª llamados porque uno de sus miembros era sacerdote, y de haber estado en una reuni¨®n del ganadero con este grupo en la finca La Carolina
¡°Se puede dar como un hecho cierto y probado que el se?or Santiago Uribe V¨¦lez ejerc¨ªa la direcci¨®n y coordinaci¨®n del grupo Los 12 Ap¨®stoles¡±, dijo la vicefiscal Mar¨ªa Paulina Riveros al inicio del proceso en octubre de 2017. Esta acusaci¨®n no ha sido probada todav¨ªa. No obstante, estos testimonios pueden ahora dar un vuelco al caso.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
M¨¢s informaci¨®n
Archivado En
- Casos judiciales
- Corrupci¨®n
- Conflictos armados
- Combatientes
- Sudam¨¦rica
- Latinoam¨¦rica
- Grupos terroristas
- Am¨¦rica
- Terrorismo
- Conflictos
- Parapol¨ªtica
- Delitos
- Pol¨ªtica
- Justicia
- ?lvaro Uribe
- Antioquia
- Autodefensas Colombia
- Esc¨¢ndalos pol¨ªticos
- Colombia
- Corrupci¨®n pol¨ªtica
- Conflicto Colombia
- Paramilitares
- Redacci¨®n Colombia
- Edici¨®n Am¨¦rica