La ¡®limpieza demogr¨¢fica¡¯ se cierne sobre Siria
Las ONG denuncian una nueva ley que permite a las autoridades expropiar tierras sin garant¨ªas para sus propietarios, en la mayor¨ªa de los casos desplazados
Un controvertido decreto del r¨¦gimen sirio, definido como plan de desarrollo urban¨ªstico y conocido como Ley 10 de propiedad, ha hecho saltar las alarmas entre las organizaciones humanitarias. La ley representa, para Amnist¨ªa Internacional (AI) y Human Rights Watch (HRW), un intento de hacer ¡°limpieza demogr¨¢fica¡±, ya que abre la v¨ªa a designar ¨¢reas de reconstrucci¨®n y expropiar y confiscar propiedades ¡°sin un debido proceso [legal] y sin compensaci¨®n¡±, subraya HRW.?
Lo que preocupa es que Damasco utilice el impreciso decreto para reconfigurar el equilibrio demogr¨¢fico resultante de siete a?os de guerra imposibilitando el retorno a sus hogares de aquellos ciudadanos que apoyaron o simpatizaron con los grupos armados insurrectos. Los complejos mecanismos de reivindicaci¨®n de la propiedad que establece la ley suponen un doble desaf¨ªo para los propietarios, en muchos casos ausentes. El proceso de reconstrucci¨®n podr¨ªa por tanto desembocar en masivas expropiaciones precisamente en aquellas barriadas donde se concentr¨® la rebeli¨®n contra las fuerzas de Bachar el Asad, como en la ciudad vieja de Alepo, en Homs o en la periferia de Damasco, donde barrios enteros han sido borrados del mapa por los bombardeos y los combates.
El decreto en cuesti¨®n, que a¨²n no ha entrado en vigor, fue aprobado el 2 de abril para complementar uno promulgado en 2012, un a?o despu¨¦s de empezar la guerra. Mientras el primero contemplaba arrasar dos zonas de Damasco y su periferia para urbanizarlas, la nueva normativa se ampl¨ªa de forma imprecisa al resto del pa¨ªs, es decir, al menos al 60% del territorio nacional que ha quedado bajo control de El Asad tras siete a?os de contienda. El plazo y la documentaci¨®n necesaria son los requisitos m¨¢s criticados. La primera versi¨®n del documento estipulaba un inviable plazo de 30 d¨ªas para que los ciudadanos aportaran la documentaci¨®n necesaria junto con los registros de propiedad. Tras las quejas, Damasco lo ha ampliado a un a?o.
Seg¨²n la ONU, la mitad de la poblaci¨®n siria de preguerra (23 millones) ha sido forzada a abandonar sus hogares por la violencia; hay 5,6 millones de sirios refugiados en el exterior y 6,2 millones de desplazados internos. El 27% de los hogares ha sido destruido por los combates, seg¨²n el Banco Mundial, que cifra en 180.000 millones de euros la factura econ¨®mica del conflicto. Y junto a los hogares se ha esfumado buena parte de la documentaci¨®n. En un estudio de la ONG Consejo Noruego de Refugiados (NRC, en sus siglas inglesas), el 70% de las 580 familias refugiadas entrevistadas dec¨ªan no tener documentos o registros de propiedad.
¡°Visto el historial del Gobierno sirio, los casos de abusos, torturas y desapariciones forzadas, el regreso es inseguro no solo para quienes participaron activamente en la oposici¨®n sino para el personal m¨¦dico, los activistas, etc¨¦tera¡±, explica por tel¨¦fono Lynn Maalouf, de Amnist¨ªa Internacional.
Alemania es el pa¨ªs europeo que m¨¢s refugiados sirios ha acogido, unos 650.000. ¡°Queda bastante claro que el objetivo de El Asad es reemplazar a la antigua poblaci¨®n por una nueva¡±, explicaba un alto funcionario del Gobierno germano a Reuters. El Asad sostiene que la ley ¡°ha sido malinterpretada¡± por las potencias occidentales para azuzar a la opini¨®n p¨²blica en su contra. ¡°Aqu¨ª no se va a desposeer a nadie de nada¡±, asegur¨® recientemente en una entrevista al diario griego Kathimerini.
Reclamaciones
¡°Estamos a¨²n analizando la ley, que contiene numerosas disposiciones y no es definitiva¡±, valora desde Jordania Rula Amin, portavoz de Acnur (agencia de la ONU para los refugiados) para Oriente Pr¨®ximo y el Norte de ?frica. Independientemente del bando con el que simpaticen, miles de ciudadanos han perdido sus documentos durante la guerra.
Conforme a la costumbre, adem¨¢s, el 50% de los sirios inscribieron sus propiedades a nombre de parientes lejanos o terceras personas, seg¨²n los datos del Banco Mundial. Cuando la guerra se ha cobrado ya m¨¢s de 400.000 vidas, las viudas y hu¨¦rfanos, o las mujeres de desaparecidos, han de embarcarse en largos procesos legales para reclamar el patrimonio a nombre de sus familiares.
Acumulando victorias en el terreno, Damasco se lanza a la fase de reconstrucci¨®n ¡ªsin que las autoridades locales hayan precisado las zonas ni los plazos¡ª mientras el 40% del territorio nacional sigue en guerra o bajo el control de fuerzas insurrectas, yihadistas o de tropas extranjeras. Sobre la provincia de Idlib, fronteriza con Turqu¨ªa y ¨²ltimo basti¨®n insurrecto, se cierne un nuevo frente.
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