Iv¨¢n Duque se apega al libreto para alcanzar la presidencia de Colombia
El exsenador uribista, favorito en las encuestas para la segunda vuelta, promete un relevo generacional
Llega con retraso a la cita en el sobrio sal¨®n de un hotel en el norte de Bogot¨¢, pero a pesar de la prisa Iv¨¢n Duque se toma el tiempo de estrechar decenas de manos y mirar a los ojos de cada uno de sus interlocutores de paso. Una muestra de la cordialidad que le reconocen hasta sus m¨¢s enconados adversarios durante los ¨²ltimos cuatro a?os en el Congreso, la ¨²nica experiencia pol¨ªtica con la que cuenta el exsenador uribista que podr¨ªa convertirse este 17 de junio en el presidente m¨¢s joven en la historia reciente de Colombia.
El aspirante de la derecha asume la recta final como l¨ªder de las encuestas, mientras su perseguidor, el candidato de la izquierda antiestablishment Gustavo Petro, est¨¢ obligado a una remontada de ¨²ltimo momento. El evento del pasado martes fue uno de los pocos en que Duque, cobijado por esa ventaja, se dej¨® ver por el pleno de la prensa en la ¨²ltima semana de campa?a. All¨ª subray¨® que ¡°el debate de las urnas¡± es el pr¨®ximo domingo, una muletilla que ha usado para excusarse por su negativa a participar en debates de cara a la decisiva segunda vuelta. Ante las cr¨ªticas, asegura que fueron suficientes los m¨¢s de 30 encuentros celebrados antes de la primera vuelta, en la que roz¨® el 40 % de los votos frente al 25 % de su rival. Desde entonces, su estrategia ha sido resguardarse, evitar errores y apegarse al mensaje de relevo generacional y ruptura frente al gobierno de Juan Manuel Santos.
En el hotel capitalino, un pu?ado de pol¨ªticos locales de bajo perfil que apoyaron hace tres semanas a Sergio Fajardo, el aspirante de centro que qued¨® tercero, hacen p¨²blico su respaldo a Duque. Sin negar diferencias ideol¨®gicas, hablan de la necesidad de fomentar la libre empresa y el emprendimiento. A pesar de que acompa?aron otra aspiraci¨®n, entre el centenar de asistentes nadie lo llama ¡°candidato¡±, todos se refieren a ¨¦l como ¡°nuestro presidente¡±. Lo acompa?a Alicia Arango, quien fue secretaria privada durante el gobierno de ?lvaro Uribe (2002-2010) y ahora se desempe?a como jefa de debate de su pupilo. Bogot¨¢, donde Fajardo gan¨® en primera y Petro fue alcalde, es uno de los desaf¨ªos del puntero.
Cuando llega su turno, Duque (Bogot¨¢, 1976) pronuncia los mensajes que ha repetido en los ¨²ltimos d¨ªas. ¡°Cuando se construye y no se destruye el futuro es de todos¡±, recita. Reafirma que ha hecho una campa?a sin agresiones personales, de ideas y propuestas. Pero se asegura de agitar, sin mencionar su nombre, los fantasmas que persiguen a Petro, al que muchos votantes atribuyen simpat¨ªas con el r¨¦gimen chavista de la vecina Venezuela, algo que niega el exalcalde de Bogot¨¢. ¡°Es m¨¢s importante el trabajo fraterno que la confrontaci¨®n de clases¡±, martilla Duque. Asegura que ¨¦l no va a expropiar a nadie. Promete un gabinete con mayor¨ªa de mujeres y de personas j¨®venes. Y se propone superar la polarizaci¨®n que ha dominado la pol¨ªtica colombiana desde que el proceso de paz con las FARC dividi¨® por mitades a la sociedad.
Uribe, su mentor, ha sido uno de los grandes agitadores de esa polarizaci¨®n durante el gobierno Santos. Los dos finalistas se han beneficiado del clima de confrontaci¨®n ideol¨®gica que posicion¨® a aquellos en los extremos. Duque creci¨® a la sombra del popular expresidente, el m¨¢s f¨¦rreo opositor a la negociaci¨®n de paz. De su mano lleg¨® al Senado y bajo su tutela transit¨® la larga carrera presidencial, en la que forj¨® una alianza que re¨²ne a los promotores del no en el plebiscito sobre los acuerdos. Sin embargo, asegura que no quiere ¡°hacer trizas¡± el pacto, como lo piden los sectores m¨¢s intransigentes que lo acompa?an, solo modificaciones importantes. "En el voto de centro derecha que representa Duque tambi¨¦n hay deseo de cambio y descontento", apunta el analista pol¨ªtico Francisco Miranda Hamburger.
Emprendimiento y renovaci¨®n
El respaldo de Uribe catapult¨® a Duque. Adem¨¢s de reunir a la derecha, en el camino ha atra¨ªdo a los empresarios y al grueso de la clase pol¨ªtica, al punto de sumar a tres expresidentes a su causa. Su coalici¨®n original estuvo respaldada tambi¨¦n por el conservador Andr¨¦s Pastrana (1998-2002) y, tras ganar la primera vuelta, obtuvo la adhesi¨®n del desdibujado Partido Liberal de C¨¦sar Gaviria (1990-1994), que abander¨® el s¨ª en el plebiscito. Los tres se mantienen como fuerzas vigentes gracias a que alcanzaron el poder relativamente j¨®venes: Gaviria a los 43 a?os, Pastrana a los 44 y Uribe a los 50. De ganar, Duque ser¨ªa a¨²n m¨¢s precoz: llegar¨ªa a la Casa de Nari?o con 42 reci¨¦n cumplidos.
Aficionado a las biograf¨ªas pol¨ªticas, este abogado con posgrados en Estados Unidos suele exaltar su edad como garant¨ªa de renovaci¨®n, y admira a l¨ªderes j¨®venes como el franc¨¦s Emmanuel Macron, el canadiense Justin Trudeau y el espa?ol Albert Rivera. Desde que viv¨ªa en Washington, donde trabaj¨® 12 a?os con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), a Duque le entusiasma la ¡°econom¨ªa naranja¡±, el modelo que promueve el emprendimiento y las industrias creativas. Propone simplificar el sistema tributario y reducir impuestos a las empresas, y gracias a la promesa de recuperar el crecimiento econ¨®mico ha obtenido el apoyo de los gremios m¨¢s emblem¨¢ticos del pa¨ªs.
En el pulso por las v¨ªctimas simb¨®licas del conflicto, Petro golpe¨® primero con el respaldo de la excandidata presidencial Ingrid Betancourt, secuestrada largos a?os por las FARC. Pero el aspirante del Centro Democr¨¢tico obtuvo esta semana la foto de dos de sus compa?eros de cautiverio, Clara L¨®pez y el polic¨ªa John Frank Pinchao. Tambi¨¦n viaj¨® hasta la frontera con Venezuela para escenificar sobre la propia l¨ªnea lim¨ªtrofe el apoyo de la opositora venezolana Mar¨ªa Corina Machado. El puntero ha jugado la segunda vuelta con adhesiones puntuales y sentido estrat¨¦gico.
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