La bala de la impunidad
El mismo proyectil ha matado a 44 precandidatos y candidatos a cargos de elecci¨®n y a otros 70 funcionarios y figuras pol¨ªticas en este proceso electoral en M¨¦xico
La bala que mat¨® a Fernando Pur¨®n Johnston, candidato del PRI a diputado federal en Piedras Negras, Coahuila el viernes 8 de junio, fue la misma que seis d¨ªas antes, el d¨ªa dos, hab¨ªa matado a Pamela Ter¨¢n Pineda, candidata a concejal el Juchit¨¢n, Oaxaca, y a Juana Maldonado Infante, candidata a diputada local en Jopala, Puebla. Fue la misma que al d¨ªa siguiente, el s¨¢bado 9, hiri¨® a Rosely Maga?a, candidata a regidora en Isla Mujeres, Quintana Roo, mat¨¢ndola 72 horas despu¨¦s. Y fue la misma que el jueves mat¨® a Alejandro Ch¨¢vez, candidato a alcalde de Taretan, Michoac¨¢n.
Para acabar pronto, fue la misma que ha matado a 44 precandidatos y candidatos a cargos de elecci¨®n y a otros 70 funcionarios y figuras pol¨ªticas en este proceso electoral. No se necesita prueba bal¨ªstica para sostener la afirmaci¨®n, solamente seguir la trayectoria de la bala de la impunidad.
La persona que orden¨® el asesinato de Pur¨®n probablemente sab¨ªa que no le iba a pasar nada, porque al asesino de Ter¨¢n no le pas¨® nada, y ¨¦ste a su vez que quiz¨¢ supo que al asesino de Salado no le pas¨® nada y as¨ª se construye una larga madeja de impunidad hacia atr¨¢s.
Me da la impresi¨®n de que esta pel¨ªcula ya la vimos. La secuencia de candidatos asesinados en el actual proceso electoral en M¨¦xico se parece mucho a la lista de decenas de periodistas asesinados en M¨¦xico en la ¨²ltima d¨¦cada. Una sucesi¨®n de cr¨ªmenes que alarman en un principio, pero que se van normalizando.
Candidatos y periodistas son dos grupos de alto riesgo en M¨¦xico. Por supuesto que no son los ¨²nicos, solamente dos subgrupos de la violencia desenfrenada que el a?o pasado cobr¨® un promedio diario de 20 v¨ªctimas?y que no tiene para cu¨¢ndo parar. Y si bien el m¨®vil de cada asesinato es particular, en el caso de periodistas y candidatos un hilo com¨²n que los une es que en ambos casos las v¨ªctimas pudieron haber tocado intereses poderosos que prefieren la v¨ªa violenta para acabar con las amenazas porque en un pa¨ªs con un Estado de derecho quebrado es m¨¢s f¨¢cil y r¨¢pido.
A lo largo de esta sucesi¨®n de cr¨ªmenes hay quienes advierten la gestaci¨®n de una epidemia, pero sus voces son ahogadas porque no pasa nada, hasta que llega un caso de alto perfil que provoca mayor impacto, que eleva el volumen de los lamentos, aunque la vehemencia creciente de las condenas no termina por solucionar nada. Porque La ¡°condena en¨¦rgica¡± que escuchamos de las autoridades es apenas un placebo que muestra su ineficacia.
Peor a¨²n, cuando esos casos de alto perfil son registrados en las m¨¢s altas esferas de autoridad, luego de haber ignorado decenas de casos, lo m¨¢s probable es que las cosas empeoren.
Fernando Pur¨®n fue el candidato de m¨¢s alto perfil asesinado en el actual proceso electoral, al ser el primero que contend¨ªa por un cargo de elecci¨®n federal, mientras los anteriores hab¨ªan sido aspirantes a cargos locales en municipios peque?os. Su muerte fue la primera que amerit¨® la presencia de un miembro del gabinete del presidente Enrique Pe?a Nieto en el funeral. El secretario del Trabajo, Roberto Campa, viaj¨® a Piedras Negras con la representaci¨®n presidencial, pero tambi¨¦n con los mismos lugares comunes de prometer justicia.
Algo similar ocurri¨® con el caso de Javier Valdez, el periodista de m¨¢s alto perfil asesinado en M¨¦xico en los ¨²ltimos a?os. Hace un a?o, cuando fue acribillado en Culiac¨¢n, Pe?a Nieto se pronunci¨® por primera vez sobre el homicidio de un periodista, luego de haber ignorado 35 cr¨ªmenes anteriores cometidos durante su sexenio.?El presidente reuni¨® al gabinete de seguridad y a los gobernadores, gir¨® instrucciones para que se fortaleciera la protecci¨®n de periodistas y prometi¨® que el homicidio no quedar¨ªa impune.
Un a?o despu¨¦s dos de los tres hombres que atacaron a Valdez el 15 de mayo de 2017 han sido detenidos, pero acusados solamente de la autor¨ªa material del crimen, pues hasta ahora los autores intelectuales gozan de la misma impunidad que han gozado los autores de las decenas de asesinatos anteriores.
As¨ª, es f¨¢cil concluir que, si el asesinato de un periodista reconocido nacional e internacionalmente provoc¨® la reacci¨®n del mismo presidente de la Rep¨²blica, pero todav¨ªa est¨¢ impune, cualquiera que est¨¦ pensando matar a un periodista menos conocido que Javier Valdez puede pensar razonablemente que se saldr¨¢ con la suya. De hecho, ya hubo algunos que lo pensaron: en 2017 seis periodistas m¨¢s fueron asesinados despu¨¦s de Javier Valdez y en 2018 al menos cuatro.
Por eso la presencia de Campa en el funeral de Pur¨®n implica un reto en s¨ª mismo: si el asesinato de un candidato que amerit¨® este nivel de atenci¨®n queda impune, la suerte de otros ya est¨¢ echada.
La impunidad en el homicidio de Pur¨®n tambi¨¦n lleva otro riesgo, pues amenaza con echar por la borda la pacificaci¨®n que ha tenido en los ¨²ltimos a?os el Estado de Coahuila y en particular la zona norte del estado, que se ancla en Piedras Negras, donde Pur¨®n fue alcalde de 2014 a 2017, lapso en el cual operativos estatales y federales lograron desmantelar el poder¨ªo de Los Zetas, que reinaron en esa zona durante la d¨¦cada previa. A diferencia de administraciones municipales anteriores, la de Pur¨®n no sucumbi¨® al control de Los Zetas. Ese hab¨ªa sido uno de los ejes de su discurso y es ahora una de las l¨ªneas de investigaci¨®n de su muerte.
Fue durante los a?os en que Pur¨®n fue alcalde cuando Piedras Negras logr¨® sobreponerse al trauma de las masacres y desapariciones que han sido documentadas con espeluznante detalle por El Colegio de M¨¦xico, el gobierno de Coahuila y la Comisi¨®n Ejecutiva de Atenci¨®n a V¨ªctimas. Ha sido tan notable esa recuperaci¨®n que en las ¨²ltimas encuestas de seguridad urbana del Instituto Nacional de Geograf¨ªa y Estad¨ªstica, Piedras Negras aparec¨ªa entre las ciudades con mejor percepci¨®n de seguridad,?un dato del que presum¨ªa el candidato asesinado en sus ¨²ltimos meses como alcalde.
Hace apenas una semana, Pablo Ferri public¨® en este diario la cr¨®nica de un viaje por Coahuila que terminaba precisamente en Piedras Negras. Dando cuenta del horror de los ¨²ltimos a?os, el relato mostraba tambi¨¦n una semblanza de tranquila normalidad dentro de las campa?as pol¨ªticas. Dos d¨ªas despu¨¦s de publicado el texto, la historia cambi¨® completamente a una que ya conocemos de sobra.
Javier Garza Ramos es periodista en Torre¨®n, Coahuila.
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