Un voto razonado
Revertir la reforma energ¨¦tica representar¨¢ abrir la posibilidad de recuperar la plena independencia y el cabal ejercicio de la soberan¨ªa nacional
He declarado que el pr¨®ximo 1? de julio mi voto ser¨¢ a favor del candidato a Presidente de la Rep¨²blica que manifieste que buscar¨¢ revertir las reformas de los art¨ªculos 27, 25 y 28 constitucionales en materia de energ¨ªa, aprobadas en diciembre del 2013.
No se trata de una ocurrencia, ni de eludir pronunciarme p¨²blicamente, de manera anticipada, por un candidato presidencial de los que participan en la contienda electoral en curso.
Revertir esas reformas constitucionales representar¨¢ ¡ªconf¨ªo en que m¨¢s temprano que tarde¡ª abrir la posibilidad de recuperar la plena independencia y el cabal ejercicio de la soberan¨ªa nacional para sumarlas a los principios rectores de nuestra Carta Constitucional y, consecuentemente, del orden jur¨ªdico vigente. Significar¨¢ volver a un proyecto de desarrollo aut¨®nomo; un modelo construido con el esp¨ªritu de las luchas hist¨®ricas por la igualdad y las libertades, del respeto y la equidad en las relaciones internacionales; del respeto, la exigibilidad ante el Estado y la expansi¨®n de los derechos de la gente; conducido por la voluntad democr¨¢tica de los mexicanos.
Con esas reformas, el Estado mexicano recuperar¨¢ sus facultades para que el petr¨®leo y el servicio p¨²blico de electricidad vuelvan a incluirse dentro de los sectores estrat¨¦gicos de la econom¨ªa, gestionados en exclusiva por el Estado, de acuerdo al inter¨¦s general.
?Por qu¨¦ esto es importante?
Pol¨ªticamente, en primer lugar, porque representar¨¢ la voluntad de recuperar un proyecto de desarrollo independiente, centrado en elevar los niveles de vida de la poblaci¨®n en su conjunto, aprovechando para ellos los recursos humanos, naturales, estructuras productivas y de servicios, condiciones geogr¨¢ficas, relaciones y oportunidades internacionales con esa finalidad primordial. Representar¨¢, asimismo, desenvolverse de acuerdo a un proyecto construido en funci¨®n de nuestros valores e identidades nacionales y regionales, de nuestras aspiraciones e idiosincrasia. Ser¨¢ la pr¨¢ctica de una pol¨ªtica internacional que busque la equidad y la colaboraci¨®n fraterna. No ser¨ªa m¨¢s, un modelo impuesto desde fuera, por intereses ajenos, de dependencia econ¨®mica y pol¨ªtica y de exclusi¨®n social, como el que ha regido en el pa¨ªs en nuestros tiempos de neoliberalismo, de 1982 a la fecha.
La reversi¨®n de esas reformas constitucionales representar¨¢ tambi¨¦n, que existe voluntad de efectivamente conducir y regular la econom¨ªa. No como la cr¨ªtica conservadora pretendiera se?alar, para que el Estado se adue?e y haga todo, sino para que el Estado tome efectivamente la iniciativa de impulsar un proyecto de crecimiento sostenido de la econom¨ªa en el largo plazo, enmarcado en una planeaci¨®n democr¨¢tica, igualmente de largo plazo; de disminuci¨®n dr¨¢stica de la desigualdad social y de oportunidades de mejoramiento iguales para todos; de regular los diferentes factores para dar equidad a la competencia comercial y econ¨®mica en general; de eliminaci¨®n de las asimetr¨ªas regionales.
Se debe pensar, de nuevo, en una econom¨ªa mixta, con participaciones privadas, sociales, p¨²blicas y mixtas, que debieran principalmente orientarse, independientemente de las decisiones privadas que no debieran tener otra limitaci¨®n que la ley, a acciones afirmativas planteadas por el Estado para superar carencias sociales y rezagos regionales y sectoriales.
La educaci¨®n, la educaci¨®n superior en particular, la investigaci¨®n cient¨ªfica y el desarrollo tecnol¨®gico jugar¨¢n un papel fundamental en una nueva econom¨ªa.
La industria petrolera jug¨® un papel fundamental en el crecimiento econ¨®mico y en la industrializaci¨®n de M¨¦xico desde 1938, a?o en que expropiaron los bienes de las compa?¨ªas petroleras a favor de la Naci¨®n, hasta 1982, cuando los gobiernos inician el desmantelamiento propositivo y consciente de la industria petrolera estatal, as¨ª como su entrega a intereses privados, principalmente extranjeros, que contin¨²an hasta la fecha. Hoy ning¨²n sector puede considerarse conductor del crecimiento de la econom¨ªa y menos de la elevaci¨®n de los niveles de vida, y lo que se ha estado viviendo es la entrega a productores del exterior de los mercados mexicanos.
Ahora bien, en un pa¨ªs productor de petr¨®leo como M¨¦xico, no puede negarse la importancia de la industria petrolera en el desenvolvimiento de su econom¨ªa; ni desconocerse que seg¨²n se oriente el desarrollo de esta industria, se condiciona el de la econom¨ªa en su conjunto.
El cambio, con una nueva base constitucional, deber¨¢ comenzar al poner en marcha una pol¨ªtica petrolera y energ¨¦tica en el sentido m¨¢s amplio, distinta a las del largo periodo de neoliberalismo.
Los criterios para el manejo de las reservas deben ser los de prolongar su vida el mayor tiempo posible, garantizando al mismo tiempo las demandas del consumo nacional, reduciendo gradualmente la exportaci¨®n de crudo y transformando industrialmente la materia prima en refinados y petroqu¨ªmicos dentro del pa¨ªs. Por otro lado, mediante el incremento de la inversi¨®n en exploraci¨®n, debe garantizarse, en funci¨®n de los vol¨²menes de extracci¨®n, una vida de las reservas probadas de por lo menos 25 a?os; hoy la reserva no dar¨¢ para m¨¢s de 6 a?os si no se aumenta con una fuerte inversi¨®n en exploraci¨®n, tanto para la recuperaci¨®n de campos maduros, como para cuantificar con certeza los vol¨²menes aprovechables en dep¨®sitos por explotarse. En materia de producci¨®n, la meta debe ser asegurar el abasto de la demanda nacional con materia prima propia, seg¨²n los requerimientos vayan increment¨¢ndose con el transcurso del tiempo y se eleven los consumos nacionales, sin recurrir a importaciones, al tiempo que se impulsa el desarrollo y la utilizaci¨®n de energ¨ªas no convencionales.
Decisi¨®n importante en una renovada pol¨ªtica petrolera, debe ser la prohibici¨®n de la fractura hidr¨¢ulica ¡ªel fracking¡ª como procedimiento de explotaci¨®n, por la contaminaci¨®n que causa en mantos acu¨ªferos y en suelos, adem¨¢s de los altos consumos de agua que demanda, en muchos casos en zonas de agua escasa, que despu¨¦s de pasar por el fracking contamina y no puede tener otros usos.
Otro tema prioritario es el est¨ªmulo a la extracci¨®n de gas natural. El pa¨ªs no puede seguir aumentando su dependencia externa de este insumo, en particular de los Estados Unidos. M¨¦xico tiene recursos y Pemex debe orientar mayores esfuerzos en este campo. Es un error, en este momento, continuar concentrando la generaci¨®n de electricidad en un combustible escaso, como el gas natural.
Pemex debe recuperar su condici¨®n de organismo p¨²blico descentralizado. Es necesario revisar su estructura de direcci¨®n y operativa, as¨ª como garantizar un r¨¦gimen fiscal que permita la mayor expansi¨®n nacional e internacional del organismo, que recupere su condici¨®n de impulsor principal del crecimiento econ¨®mico y la industrializaci¨®n. Garantizarse, asimismo, transparencia en todas sus actividades y erradicar todo viso de corrupci¨®n en su gesti¨®n.
Un modelo de desarrollo aut¨®nomo, del que forme parte fundamental una distribuci¨®n equitativa del ingreso y la elevaci¨®n substancial de los niveles de vida, en el caso de M¨¦xico, debe sustentarse en el aprovechamiento ¨®ptimo de sus recursos naturales, entre los que destacan los hidrocarburos. Hoy estos se manejan en funci¨®n de intereses muy distantes de estos objetivos y as¨ª lo permite la ley, despu¨¦s de las reformas neoliberales. Resulta entonces indispensable, como se ha se?alado, que el Estado mexicano recupere facultades constitucionales para conducir el crecimiento de la econom¨ªa de acuerdo a un inter¨¦s general.
Estas son mis razones para llamar a un compromiso p¨²blico a quienes contienden en el proceso electoral en curso, de buscar revertir las reformas de diciembre de 2013 a los art¨ªculos 27, 25 y 28 de la Constituci¨®n.
Cuauht¨¦moc C¨¢rdenas es un pol¨ªtico mexicano y fundador del Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica
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