Salvini, el ministro buf¨®n que quiere ganar amenazando
El escritor perseguido por la mafia responde al ministro del Interior italiano, que amaga con retirarle la escolta
Vivir con escolta es una tragedia, e Italia es el pa¨ªs occidental con m¨¢s periodistas escoltados. Y lo es porque Italia tiene las organizaciones criminales m¨¢s poderosas y peligrosas del mundo.
Y sin embargo, a pesar de ello, en lugar de liberar de los riesgos a los periodistas protegidos, Matteo Salvini, ministro del Interior, los amenaza. El ministro del Interior me amenaza a m¨ª, un escritor que desde hace 12 a?os vive con escolta. Y la escolta no es una medalla al valor, sino la p¨¦rdida de la libertad a cambio de la posibilidad de seguir informando. Pero el ministro del Hampa, al convertirme en su objetivo, me devuelve a la parte a la que pertenezco. Salvini ha elegido a sus enemigos, y sus enemigos son los ¨²ltimos. Sus enemigos son los italianos del sur, italianos de los que no se ocupa ni se ocupar¨¢ jam¨¢s. Sus enemigos son los africanos que viven y trabajan en Italia, los indios que viven y trabajan en Italia, los paquistan¨ªes que viven y trabajan en Italia. Sus enemigos son ni?as y ni?os nacidos en Italia de padres extranjeros. Chicos que hablan italiano, ¡°que aman italiano¡±. Sus enemigos son los gitanos, todos los gitanos, los extranjeros a los que pretende expulsar y los italianos que muy a su pesar tendr¨¢n que quedarse. Y ah¨ª, entre estos, entre los italianos olvidados por la pol¨ªtica y las instituciones, entre los extranjeros se?alados como objetivos a los que atacar, me encuentro yo. Con sus amenazas, Salvini me ha devuelto al grupo de los ¨²ltimos: soy uno de ellos y estoy muy orgulloso de serlo.
Pero las palabras pesan, y las palabras del ministro del Hampa, elegido en Rosarno (en Calabria) con los votos de los italianos a los que ni siquiera considera italianos, elegido con los votos de los que mueren a manos de la¡®ndrangheta [mafia calabresa] son palabras de mafioso.
Las mafias amenazan. Salvini amenaza.
El 17 de marzo, Matteo Salvini dio un mitin en Rosarno. Sentados en las primeras filas hab¨ªa hombres de la cosca [el clan] Bellocco y personas relacionadas con los Pesce. ?Y qu¨¦ hizo ¨¦l? Dijo: ¡°?Por qu¨¦ se conoce a Rosarno? Por ser un poblado de chabolas. Y yo no quiero esclavos¡±. Desde luego, el problema de Rosarno son las chabolas; como si la explotaci¨®n de los inmigrantes no estuviera relacionada con la?¡®ndrangheta.
Y Salvini habla de dinero, de ahorrar dinero suprimiendo escoltas. Mejor ser¨ªa que Salvini empezara a hablar del dinero que la Liga rob¨® a los italianos con la maxiestafa de los reembolsos electorales: casi 50 millones de euros. O que hablara de las relaciones con la¡®ndrangheta y las inversiones ilegales de la Liga. O sobre las cuentas de la Liga incautadas y la galaxia de compa?¨ªas y asociaciones que tuvieron que inventarse para recibir fondos, porque cuando llega dinero a las cuentas de la Liga se usa para pagar la deuda que la Liga de Salvini tiene con los italianos.
Que devuelva la Liga de Salvini lo que debe, y entonces podr¨¢ hablar de dinero. No se lo puede permitir.
Veo que en las redes sociales aparecen etiquetas de solidaridad hacia m¨ª: #savianononsitocca. Os agradezco el apoyo, pero me gustar¨ªa que quedara claro que yo solo soy un medio que Salvini est¨¢ utilizando para destruir el Estado de Derecho. Y a m¨ª hoy me resultar¨ªa muy f¨¢cil enfrentarme a ¨¦l, pero no quiero hacerlo. Tampoco quiero poner la otra mejilla, no soy Cristo, no soy un cordero sacrificial, no busco el martirio: ?olvidadlo!
Pero tampoco tengo miedo, y desde luego, no de Salvini. En estos a?os me he enfrentado a jefes de los Casalesi, a mafiosos, a miembros de la ¡®ndrangheta, a narcos sudamericanos; no me asusta un buf¨®n que hasta hace unos a?os ten¨ªa miedo incluso de ir m¨¢s abajo de la L¨ªnea G¨®tica.
Pero hoy tenemos que hablar, tenemos que dialogar, no con Salvini que es un buf¨®n, que quiere ganar amenazando, mientras nosotros queremos con-vencer dialogando.
Hoy debemos convencer a los que no piensan como nosotros; el ¨²nico di¨¢logo posible es con los miembros de la Liga, horrorizados por las palabras y actos del ministro del Interior; con los que se presentaron en las elecciones con Salvini; con aquellos con los que Salvini firm¨® un pacto de Gobierno.
Quitemos al ministro del Interior, este hombre sin escr¨²pulos, este hombre c¨ªnico, la posibilidad de armar (literalmente) otras manos.
Quien calle ahora ser¨¢ culpable para siempre.
Nihil humani a me alienum puto [Nada humano me es ajeno].
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