La furia antiinmigrantes de Donald Trump pisotea el fr¨¢gil equilibrio de la frontera
La pol¨ªtica de 'tolerancia cero' de la Casa Blanca lleva el caos al complejo sistema que gestiona la inmigraci¨®n irregular y por el camino deja a 1.800 ni?os hu¨¦rfanos
El viernes por la tarde en la estaci¨®n de autobuses de McAllen, Texas, un grupo de mujeres con ni?os peque?os esperaba para comprar billetes a distintos puntos de Estados Unidos. Eran inmigrantes indocumentadas que hab¨ªan cruzado el R¨ªo Grande con sus hijos en los d¨ªas anteriores y hab¨ªan sido liberadas por la polic¨ªa. Mientras estuvieron detenidas, una tormenta pol¨ªtica que pod¨ªa haber decidido el futuro de sus hijos hab¨ªa pasado por Estados Unidos. Siguieron camino con una nube de periodistas alrededor ante la mirada at¨®nita de la gente de McAllen, para quienes esto pasa todos los d¨ªas.
Jaqueline Flores, salvadore?a de 23 a?os, que llevaba de la mano a su hijo Christopher, de 3 a?os. Mientras le daban su billete a Miami, contaba que hab¨ªa cruzado el r¨ªo el lunes, con otros dos menores. Llevaba 15 d¨ªas viajando despu¨¦s de huir de las pandillas. Sin saberlo, ella pod¨ªa explicar por qu¨¦ le hac¨ªa fotos la prensa. En el centro de detenci¨®n de la polic¨ªa, donde van todos los interceptados en una frontera que es pr¨¢cticamente inexpugnable, Flores vio algo extra?o: ¡°Hab¨ªa mujeres que las hab¨ªan separado de sus hijos. No s¨¦ las razones¡±.
Este grupo de mujeres era el primero liberado despu¨¦s de una semana en que McAllen, el la ciudad en el centro del sector de la frontera que m¨¢s inmigrantes recibe (entre 10.000 y 20.000 al mes), ha sido el centro tambi¨¦n de un caos que ha indignado a Estados Unidos. En mayo, el Gobierno de Donald Trump, a trav¨¦s del fiscal general, Jeff Sessions, impuso una pol¨ªtica de ¡°tolerancia cero¡± que consiste en acusar criminalmente a todos los adultos que cruzan la frontera. La decisi¨®n provoca, conscientemente, que los ni?os sean separados de sus padres, pues no pueden ir con ellos a la c¨¢rcel. Esos ni?os son inmediatamente considerados ¡°no acompa?ados¡±, y pasan al sistema de acogida. Un total de 2.342 ni?os fueron separados de sus padres entre el 5 de mayo y el 9 de junio.
La decisi¨®n fue revertida por decreto presidencial, algo inaudito en la Administraci¨®n Trump, el mi¨¦rcoles por la avalancha de cr¨ªticas a un sistema que, dise?ado para proteger a ni?os, los hab¨ªa dejado hu¨¦rfanos. Para Alejandra Garza, coordinadora de la Uni¨®n Americana por los Derechos Civiles (ACLU) que estaba ayudando a los inmigrantes en McAllen el viernes, es la derecha la que ha frenado a Trump. ¡°Los conservadores y la derecha religiosa est¨¢n diciendo que una cosa es la inmigraci¨®n y otra meterse con los ni?os¡±. El Partido Republicano, a cinco meses de las elecciones, se ha movilizado para tratar de acordar alg¨²n tipo de legislaci¨®n de inmigraci¨®n.
La situaci¨®n ha supuesto una patada a un eficiente pero fr¨¢gil sistema que absorbe la inmigraci¨®n irregular. En los juzgados de McAllen, el juez de inmigraci¨®n escuch¨® cada d¨ªa durante un mes c¨®mo la gente a la que enviaba a la c¨¢rcel y a una deportaci¨®n segura preguntaba d¨®nde estaban sus hijos. EE UU de pronto se preguntaba por las condiciones de detenci¨®n de los migrantes en McAllen, que son las mismas que con Barack Obama. Los servicios sociales se encontraban con ni?os muy peque?os, que nunca habr¨ªan podido llegar solos. Hab¨ªan sido arrancados de sus madres. El sistema no estaba preparado para la ¡°tolerancia cero¡±.
Mercedes N¨²?ez es especialista en servicios educativos para menores inmigrantes de la organizaci¨®n Esperanza. Aunque la pol¨ªtica de Trump empez¨® oficialmente en mayo, N¨²?ez asegura que llevan viendo casos desde septiembre de ni?os que entraron con sus padres y han acabado separados de ellos, solos en el sistema de albergues de los servicios sociales. Organizaciones como esta, que da representaci¨®n legal a los menores, se encuentran de pronto con retos que antes no ten¨ªan.
Los menores que ven¨ªan solos ten¨ªan de media m¨¢s de 14 a?os. Se pod¨ªan valer por s¨ª mismos al menos para llegar a la frontera. Pero ahora, los albergues se encuentran con ni?os peque?os, algo para lo que no est¨¢n del todo preparados, explica N¨²?ez. ¡°Por ejemplo, en estos albergues no hab¨ªa cunas¡±, explica N¨²?ez. Los que trabajan con estos menores se encuentran ahora con grupos de ni?os muy peque?os. ¡°Una abogada me contaba que fue a hacer una presentaci¨®n de conoce tus derechos, que normalmente hace para ni?os adolescentes¡±, para explicar el proceso de inmigraci¨®n. ¡°Se encontr¨® con una clase de ni?os peque?os. Tuvo que conseguir su atenci¨®n cantando canciones infantiles y les explic¨® lo que es la violencia dom¨¦stica con el cuento de la Cenicienta¡±. El reto es enorme. ¡°Muchos no saben su apellido. Les preguntas c¨®mo se llama su madre y dicen: ¡®Mami¡±.
Los menores no acompa?ados tienen el trauma de los horrores que han visto por el camino, pero estos ni?os, adem¨¢s tienen el trauma de la separaci¨®n. ¡°Estamos viendo muchos casos de ni?os que vienen llorando y que quieren volverse con sus padres deportados. Entrevistamos a familias de acogida que nos dicen que el ni?o se quiere ir y no saben qu¨¦ hacer¡±, cuenta N¨²?ez. Todo esto es consecuencia de la separaci¨®n. ¡°Antes la familia peleaba junta el caso en inmigraci¨®n. Ahora no hay manera de saber cu¨¢les eran los planes de esos ni?os cuando vinieron¡±.
La orden de Trump del mi¨¦rcoles dice que los inmigrantes deben ser procesados penalmente igual, pero que las familias deben estar juntas. En la pr¨¢ctica, es imposible, porque los ni?os no pueden estar detenidos con los adultos. Polic¨ªa y fiscales llevan desde entonces buscando la forma de aplicar la orden y, hasta el s¨¢bado, no hab¨ªa normas claras. El jueves por la ma?ana, 17 inmigrantes separados de sus hijos que iban a ser juzgados en McAllen fueron sacados de la lista intencionadamente. El viernes, no se proces¨® a ninguno en esta situaci¨®n. Pero tampoco nadie sabe si se han quedado bajo custodia de la polic¨ªa. O por qu¨¦ el grupo de m¨¢s de 100 personas con ni?os que sali¨® el viernes fue liberado y otros no. Esas son las normas este fin de semana. Ninguna.
El bandazo pol¨ªtico tambi¨¦n ha tra¨ªdo la promesa de reunificar a las familias separadas. El viernes, la polic¨ªa migratoria anunci¨® de forma oficiosa que ha reunido ya a 500 ni?os con sus padres. Faltan 1.800. Sin embargo, el sistema de inmigraci¨®n ha funcionado estos dos meses como un reloj suizo: los padres han sido deportados fulminantemente y los ni?os repartidos por el sistema de acogida por todo el pa¨ªs. ¡°No saben con certeza d¨®nde est¨¢n los ni?os¡±, opina Alejandra Garza. ¡°Los ni?os no saben c¨®mo se llama su madre en algunos casos. A veces no tienen ni documentaci¨®n. Es irresponsable jugar as¨ª con la gente m¨¢s vulnerable¡±. Tambi¨¦n de forma oficiosa, el s¨¢bado la polic¨ªa aseguraba que estaba en condiciones de reunirlos a todos.
La frontera ha vivido otras crisis a las que se ha ido adaptando. En los noventa, las entradas masivas por las garitas fronterizas, que desbordaban a la polic¨ªa, obligaron a poner un muro en las zonas urbanas, especialmente en California. Se acabo el problema, pero se deriv¨® a las zonas rurales de Arizona y Texas, que no se pod¨ªan vigilar con los efectivos que hab¨ªa. En la d¨¦cada siguiente, la inversi¨®n en personal y tecnolog¨ªa pr¨¢cticamente sell¨® la frontera. El refuerzo ha llevado la inmigraci¨®n ilegal a zonas remotas y la ha hecho bajar de picos de un mill¨®n de detenciones al a?o hasta las 303.000 del a?o pasado.
En 2014, el Gobierno se encontr¨® con una nueva crisis para la que no estaba preparado, la llegada de ni?os solos. Jos¨¦ Gonzales, director en el sur de Texas de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados, que gestiona a esos menores, recordaba el viernes que un equipo de 6 personas tuvo que hacerse cargo de m¨¢s de 60.000 ni?os. Pero de nuevo el sistema se adapt¨®. Hoy Estados Unidos puede colocar a miles de ni?os inmigrantes en albergues y familias de acogida por todo el pa¨ªs con relativa rapidez, como se ha comprobado tr¨¢gicamente en estas semanas.
Desde entonces hasta hoy, ¡°la frontera no ha cambiado¡±, dice Guadalupe Correa-Cabrera, profesora de la Universidad de Texas especialista en inmigraci¨®n que ha vivido ocho a?os en Brownsville. ¡°Lo que ha cambiado es el discurso para hacer que la percepci¨®n sea la de un sitio fuera de control y haya miedo al inmigrante¡±.
El origen parece estar en que, a pesar de las cifras hist¨®ricamente bajas de llegadas, hay un repunte en las llegadas de familias con ni?os peque?os. Este Gobierno, como el anterior, cree que es debido a que los migrantes saben que quedar¨¢n libres a la espera de juicio si vienen con un ni?o. ¡°Lo hacen porque conocen nuestras leyes¡±, dec¨ªa en confianza un polic¨ªa de fronteras de R¨ªo Grande.
Lo puede corroborar Concepci¨®n Flores, hondure?o de 36 a?os, liberado el viernes despu¨¦s de cruzar la frontera el lunes con su hijo Jefferson, de 8. ¡°A uno solo lo deportan. Si trae un ni?o tiene m¨¢s posibilidades¡±, reconoc¨ªa, a pesar de haber vivido un horror y haber temido por la vida de su hijo en M¨¦xico, donde durmieron al raso y pasaron hambre. Ha dejado tres hijos en Honduras, de cuatro, tres y a?o y medio. Solo tiene buenas palabras para la polic¨ªa de inmigraci¨®n (¡°son muy educados¡±). En el centro de detenci¨®n vio familias separadas. ?l cree que el criterio, que nadie ha hecho oficial, es separar a los mayores de cinco a?os. ¡°Al m¨ªo no me lo quitaron, gracias a Dios¡±.
El refugio de Catholic Charities de McAllen, que dirige la hermana Norma Pimentel, nunca ha dejado de recibir familias, unas 50 al d¨ªa. Todos los d¨ªas durante esta crisis han llegado familias juntas liberadas. Nadie sabe cu¨¢l es el criterio, pero la realidad es que la ¡°tolerancia cero¡± que en ning¨²n momento ha sido cero. ¡°Liberan madres embarazadas, ni?os peque?os enfermos, no est¨¢ claro¡±, dice Pimentel. Porque para esto no estaba preparado nadie, ni la polic¨ªa, ni los juzgados, ni los servicios sociales. Lo que se ha visto estas semanas es la frontera tratando de adaptarse a una nueva crisis, pero no de migrantes, sino pol¨ªtica. ¡°Todo es pol¨ªtica¡±, dice Norma Pimentel. ¡°Esto es lo que lo eligi¨® presidente y lo que quiere es crear un problema y darles soluci¨®n de cara a las personas que lo eligieron. ?l crea el problema y ¨¦l lo soulciona¡±.
El viernes, el sur de Texas hab¨ªa vuelto aparentemente a la normalidad. Esto es, la normalidad de la desesperaci¨®n, las detenciones diarias de decenas o cientos de migrantes exhaustos en la ribera del R¨ªo Grande, los juicios de inmigraci¨®n masivos y la atenci¨®n humanitaria a los ni?os. Algo para lo que el sistema est¨¢ preparado. Pero Donald Trump se ha empe?ado en que la frontera sea un problema para Estados Unidos. Esta ha sido la semana en que lo ha conseguido.
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