La oposici¨®n turca amenaza la hegemon¨ªa de Erdogan en las urnas
El veterano presidente islamista encara hoy las elecciones m¨¢s inciertas en 16 a?os
A los cientos de miles de partidarios congregados el jueves en Esmirna y el viernes en Ankara por el candidato socialdem¨®crata a la presidencia, Muharrem Ince, se sum¨® medio mill¨®n m¨¢s en el mitin que encabez¨® en Estambul el s¨¢bado, v¨ªspera de la doble jornada electoral clave para Turqu¨ªa, que ha arrancado este domingo a las ocho de la ma?ana, hora local (una hora menos en la Espa?a peninsular), en la que tambi¨¦n se renovar¨¢ el Parlamento. Ince ha exhibido su fuerza pol¨ªtica en la campa?a y por primera vez en tres lustros ofrece a los votantes turcos expectativas reales de alternancia. La dividida oposici¨®n se ha unido para desafiar en las legislativas la hegemon¨ªa en las urnas del imbatido Recep Tayyip Erdogan.
El veterano l¨ªder turco ha encadenado desde 2002 las victorias consecutivas del islamista Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP). Su rival conf¨ªa en poder someter al presidente a una incierta segunda vuelta el 8 de julio si no revalida la mayor¨ªa absoluta que le convirti¨® hace cuatro a?os en el primer jefe de Estado de la Turqu¨ªa moderna elegido por el pueblo.
¡°Erdogan se ha mantenido en el poder durante tanto tiempo porque ha sabido aglutinar el voto a los partidos conservadores que se alternaron en Gobiernos de coalici¨®n tras el golpe militar de 1980¡±, interpreta el analista ?st¨¹n Erg¨¹der. ¡°?l los desplaz¨® tras el cataclismo econ¨®mico que sufri¨® Turqu¨ªa en 2001, y ahora la oposici¨®n intenta aprovechar la crisis monetaria y el repunte de la inflaci¨®n para tomarse la revancha¡±, explica el profesor de Ciencias Pol¨ªticas de la Universidad Saban?i de Estambul. ¡°Pero el pa¨ªs est¨¢ mejor preparado que entonces para afrontar reveses econ¨®micos y el resultado de los comicios est¨¢ marcado por una extrema incertidumbre¡±, concluye.
Las encuestas sit¨²an a Ince con una intenci¨®n de voto cercana al 30%, a m¨¢s de 15 puntos del mandatario islamista, pero con posibilidades reales de forzar una segunda ronda en la que puede concitar el apoyo del resto de la oposici¨®n.
¡°Ma?ana [por hoy] ser¨¢ un d¨ªa completamente diferente¡±, arranc¨® Ince un discurso en el que se comprometi¨® a restaurar ¡°la independencia de los tribunales¡± y a ¡°viajar a todas las capitales europeas para acelerar el proceso de adhesi¨®n a la UE¡±, pr¨¢cticamente congelado desde hace un decenio. No ahorr¨® promesas populistas, como por ejemplo, convertir en museos y centros culturales ¡°palacios utilizados por Erdogan¡±.
Nevin, joven empleada de una consultora, no las ten¨ªa todas consigo en el mitin de Maltepe, en la costa asi¨¢tica de Estambul: ¡°Queremos que gane Ince, pero Erdogan va a robarnos las elecciones¡±. El candidato llam¨® a ¡°vigilar y defender las urnas¡± en el recuento. Pero todo indica que en la batalla de la asistencia a los actos de campa?a Ince ya ha vencido al hasta ahora imbatible Erdogan.
¡°Independientemente de lo que ocurra en las urnas, el l¨ªder del AKP ha redefinido el concepto de laicismo para los turcos y ha conseguido que los votantes religiosos del interior de Anatolia dejen de ser ciudadanos de segunda clase, como ocurri¨® durante d¨¦cadas bajo el sistema kemalista de partidos¡±, asigna en su haber el profesor Erg¨¹der.
N¨¹lifer, una funcionaria votante de la izquierda que prefiere no desvelar su nombre real por temor a represalias, cree que los cambios experimentados durante tres lustros de gobiernos islamistas en Turqu¨ªa son ya irreversibles. ¡°Pase lo que pase en las elecciones, en el coraz¨®n europeo de Estambul, en plena plaza de Taksim, se est¨¢ terminando construir una gran mezquita. Mientras tanto¡±, se?alaba con el dedo al otro extremo de la explanada, ¡°el centro cultural Atat¨¹rk ya ha sido demolido¡±. Al lado de los restos del edificio que alberg¨® la sede de la ¨®pera de Estambul a¨²n sigue en pie el parque de Gezi. Fue escenario en 2013 de las mayores protestas ciudadanas vividas bajo los mandatos de Erdogan, cuando el Ayuntamiento trat¨® de arrasarlo para erigir un centro comercial.
Ince, de 54 a?os, ha osado desafiar a Erdogan, de 64, en un momento de debilidad pol¨ªtica y econ¨®mica, y le ha robado el arrogante discurso con el que conectaba con el hombre de la calle para marcar la agenda de la campa?a. ¡°Turqu¨ªa necesita serenidad, no un hombre agotado que solo grita¡±, ha jaleado con lengua afilada el candidato socialdem¨®crata a las masas que le han aclamado en las grandes ciudades del pa¨ªs.
Fragmentaci¨®n opositora
Una oposici¨®n fragmentada ha sido hasta ahora la mejor garant¨ªa para la continuidad de Erdogan en el poder. Acept¨® la formaci¨®n de coaliciones electorales para asegurarse la mayor¨ªa absoluta en las legislativas junto a sus tradicionales aliados del Partido del Movimiento Nacionalista (MHP, derecha), pero el tiro puede salirle por la culata.
El partido de Ince se ha asociado con la formaci¨®n de la conservadora Meral Aksener, una escisi¨®n del MHP, y con el min¨²sculo Partido Saadet (Felicidad, en turco) en el que se atrincheraron los islamistas que no quisieron seguir a Erdogan en el AKP.
Si el voto prokurdo supera, como auguran las encuestas, el umbral del 10% de los votos nacionales que da acceso al Parlamento, al AKP le resultar¨¢ muy dif¨ªcil contar con mayor¨ªa absoluta en la C¨¢mara. Aunque logre la victoria en la segunda vuelta de las presidenciales, Erdogan se puede ver obligado a cohabitar con un Legislativo hostil que marque el paso presupuestario al Ejecutivo.
La lira turca, que cada d¨ªa cede terreno ante el d¨®lar y el euro en las casas de cambio turcas, ha sido la aut¨¦ntica protagonista de la ca¨ªda de Erdogan y de los islamistas en los sondeos. El desplome de la divisa nacional, que ha perdido una quinta parte de su valor en lo que va de a?o frente a las principales monedas, ha conformado la mayor fuerza de oposici¨®n a un mandatario que aspira a eternizarse en el poder.
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