Pelaron el cobre
Duque debe controlar a los sectores m¨¢s radicales de su coalici¨®n o su Gobierno se desgastar¨¢
Pelar el cobre es una expresi¨®n bastante popular en Colombia, se utiliza para indicar, una o varias personas, que despu¨¦s de algunos hechos demuestran sus verdaderas posiciones e intenciones. Tal vez es la mejor frase para describir las primeras movidas del presidente electo Iv¨¢n Duque y de su partido el Centro Democr¨¢tico. Hace poco m¨¢s de una semana fue electo con poco m¨¢s de diez millones de votos y si bien el presidente se muestra moderado y de centro, lo que sucede en el interior de su coalici¨®n es un pulso que lo va ganado el radicalismo.
Para entender la posici¨®n de actual presidente electo valdr¨ªa la pena mencionar dos ejemplos. Por un lado, el empalme entre el Gobierno saliente y el entrante comenz¨® y, como era de esperarse, el tema de la paz ha sido el m¨¢s ¨¢lgido. Actualmente el Congreso de la Rep¨²blica cursa una ley ordinar¨ªa de procedimiento de la JEP o Jurisdicci¨®n Especial para la Paz. Aunque se trata de una ley ordinaria que no tiene nada de fondo, puesto que solo repercute en los tiempos y procedimientos, el partido del Centro Democr¨¢tico se opuso a la misma y ha bloqueado su avance en el Congreso.
En la reuni¨®n de la semana pasada tanto el presidente Juan Manuel Santos como el mandarario electo, Iv¨¢n Duque, decidieron llamar al presidente de la Corte Constitucional, m¨¢ximo tribunal de justicia en Colombia, con el objetivo de aclarar las dudas del nuevo Gobierno frente a esa ley. Varias fuentes manifestaron que la Congresista Paloma Valencia, una de las m¨¢s activas del partido del expresidente ?lvaro Uribe, al conocer que Duque daba v¨ªa libre a una reuni¨®n de bancadas, inmediatamente tom¨® su tel¨¦fono y al parecer, llamo a Uribem, no a Iv¨¢n Duque, y como era de esperarse Uribe condicion¨® la decisi¨®n del electo presidente Duque.
Como trasfondo, dos consideraciones. Por un lado, la independencia de Iv¨¢n Duque va a ser bastante complicada, y el temor de que se parezca m¨¢s a un t¨ªtere que aun presidente comienza a rondar en los pasillos pol¨ªticos. Ser¨ªa algo as¨ª como la relaci¨®n entre Vlad¨ªmir Putin y Dmitri Medv¨¦dev en Rusia. Pero por otro lado, todo parece indicar que la idea es destruir todo el legado del presidente Santos y obviamente la paz es su primer objetivo y el m¨¢s importante.
En segundo lugar, tambi¨¦n ocurri¨® que una congresista del Centro Democr¨¢tico, quien, frente a algunas autoridades judiciales, manifest¨® que la idea era, mediante referendo, modificar la JEP. En ¨¦l, se prohibir¨ªa a los mandos de la exguerrilla de las FARC participar en pol¨ªtica y adem¨¢s sacar a los militares de la JEP, es decir, impedir que el sistema de justicia transicional juzgue los militares, o lo que es lo mismo, que la justicia solo aplique para las FARC. La misma congresista en la reuni¨®n manifest¨® que si bien esto no lo hab¨ªa hablado con Duque, ya se lo hab¨ªan consultado al expresidente Uribe.
Esto, no solo viola la promesa del presidente electo de no demoler el proceso de paz, sino que est¨¢n abriendo el camino para que la Corte Penal Internacional act¨²e en el pa¨ªs. La campa?a de la extrema derecha se bas¨® en manifestar que la Justicia Transicional era un golpe para el honor militar y que era una corte que perseguir¨ªa a la Fuerza P¨²blica Colombiana. Lograron convencer a los militares, pero en la vida real esto va a hacer que la CPI intervenga en Colombia y pida en extradici¨®n a los militares. Pues es inconcebible que en un sistema de justicia transicional una de las parte concurra a la justica y la otra salga impune.
Lo que el presidente Duque debe entender es que, si no logra controlar a los sectores m¨¢s radicales de su coalici¨®n de extrema derecha, su Gobierno se desgastar¨¢ en unas batallas sin sentido y err¨®neas y no lograr¨¢ hacer un Ejecutivo con sello propio. Los extremistas son buenos en apretar el cuello de su l¨ªder y hacerle parecer que ellos representan toda una sociedad, pero en la vida real son solo un peque?o sector que puede mandar al abismo a un Gobierno. Ejemplos de esto hay por todo el mundo.
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