Fuera de mi restaurante: ?atender solo a quien tiene la misma visi¨®n pol¨ªtica?
La portavoz de la Casa Blanca fue explusada de un local por trabajar para una Administraci¨®n ¡°inhumana y sin ¨¦tica¡±, seg¨²n la due?a
En la mesa no se habla de pol¨ªtica. Ese era uno de los mandamientos del Manual de Carre?o, un libro de buenas maneras que data de 1853. En los Estados Unidos de Donald Trump, la discusi¨®n se ha trasladado a ¡°por tu trabajo en pol¨ªtica, no te sientas en una de mis mesas¡±. Sarah Huckabee Sanders, la portavoz de la Casa Blanca, fue expulsada la semana pasada de un restaurante de Lexington, un peque?o municipio de Virginia. El argumento de la propietaria fue que trabajaba para una Administraci¨®n ¡°inhumana y sin ¨¦tica¡±. Este episodio se suma a una serie de actos de repudio p¨²blico contra los aliados del mandatario estadounidense. Ha habido quienes han tildado esta expulsi¨®n del restaurante como un acto descort¨¦s y extrema, y otros que la han aplaudido porque consideran que a los miembros de la Administraci¨®n Trump se les debe aplicar la misma intolerancia que sus pol¨ªticas promueven.
En Estados Unidos, los restaurantes hasta ahora estaban considerados lugares en los que artistas, pol¨ªticos y famosos de todo tipo pod¨ªan alejarse de la vida p¨²blica y relajarse. Pero Sanders ha sufrido las consecuencias del hurac¨¢n Trump. Cuando la gerente del Red Hen, Stephanie Wilkinson, explic¨® su decisi¨®n, dijo que entre los empleados hab¨ªa varios homosexuales que se sent¨ªan indignados con algunas de las acciones que el Gobierno ha tomado contra el colectivo LGTB. Quienes han mostrado su apoyo a la portavoz y a sus colaboradores expulsados del restaurante sostienen que quienes se oponen a las pol¨ªticas de Trump aplican un doble rasero: apoyan unas discriminaciones, la de Huckabee en concreto; y denuncian otras, como el caso de un pastelero que se neg¨® a preparar un pastel de boda para una pareja gay y que ha llegado hasta el Tribunal Supremo.
Sin embargo, la negativa del pastelero y la expulsi¨®n de Sanders son diferentes: el primero no quiso vender la tarta a sus clientes por ser homosexuales, mientras que la segunda fue expulsada por su trabajo en pol¨ªtica. Un empleo, el de Sanders, que a menudo consiste en defender las mentiras del mandatario estadounidense. El ejemplo m¨¢s reciente fue su embuste para justificar la separaci¨®n de las familias indocumentadas en la frontera de Texas: ¡°Es la ley y eso es lo que establece la ley¡±, afirm¨®. Pero no exist¨ªa tal normativa. Como tampoco hay una ley que impida al due?o de un establecimiento prohibirle la entrada a una persona, siempre y cuando no se deba a una discriminaci¨®n por raza, sexo, origen o religi¨®n.
El problema es d¨®nde poner los l¨ªmites. Por ejemplo, si el hostigamiento que sufre el equipo de Trump se debe a sus valores, ?se podr¨ªa aceptar que un local propiedad de personas contrarias al aborto echara a un grupo de comensales porque, durante el aperitivo, se descubre que est¨¢n a favor del aborto? Por otra parte, si el problema es que el trabajo de Sanders consiste en defender las mentiras, es posible que muchos abogados no pudieran comer fuera de casa. La pregunta es: ?se debe atender solo a quien que comparte nuestra misma visi¨®n pol¨ªtica? ?Debe trasladarse la polarizaci¨®n pol¨ªtica a los locales p¨²blicos?
El restaurante Red Hen tiene un cartel colgado en una de sus ventanas. Es una frase de Martin Luther King: ¡°El amor es la ¨²nica fuerza capaz de convertir a un enemigo en un amigo¡±. El establecimiento muestra algo que no parece cumplir, ?ser¨¢n acusados de mentirosos?
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