Indeleble
Todo cabe en un pulgar sabi¨¦ndolo entintar
Todo cabe en un pulgar sabi¨¦ndolo entintar. Absolutamente todos los mexicanos empadronados, con credencial de elector vigente y libre conciencia de sus facultades mentales tienen no s¨®lo el derecho, sino la obligaci¨®n de salir el pr¨®ximo domingo y votar, expresando as¨ª su libertad democr¨¢tica no s¨®lo de opini¨®n sino de contribuci¨®n fehaciente a la vida pol¨ªtica de este gran pa¨ªs. Eso no tiene por qu¨¦ volverse pretexto para el desahogo irracional de viejos rencores personales, ef¨ªmeras frustraciones est¨¦ticas u hondos traumas por baja autoestima, obesidad o flatulencia, incontinencia o ignorancia; es decir, el fervor c¨ªvico que ha de entrar en ebullici¨®n el pr¨®ximo domingo electoral no tiene por qu¨¦ insuflar o insinuar alardes patri¨®ticos entre pir¨®manos o v¨¢ndalos, a pesar el inmenso valor hist¨®rico que representa la jornada y ¨Cprecisamente, sin mancillar el ancho significado generacional de esta magna jornada¡ªes casi una perogrullada recordar que el decurso, resultado y ¨¢nimo resultante de los comicios en nada tiene por qu¨¦ alterar los gustos musicales, literarios, po¨¦ticos o existenciales de los electores ni mucho menos servir de parapeto bolchevique para la descalificaci¨®n, reprobaci¨®n y denostaci¨®n de los gustos y preferencias de los dem¨¢s.
Si usted de veras cree que Belinda merece cantar en la Rotonda de los Hombres Ilustres o si prefiere que el baile pegajoso de un ni?o ind¨ªgena se vuelva Himno Nacional alternativo para competencias en los pr¨®ximos Juegos Paral¨ªmpicos o bien, si usted prefiere la torta de milanesa con crema en vez de mayonesa y en su casa acostumbran decir jaletina en vez de gelatina, en nada ha de alterarse el Estado de la Naci¨®n por llevar tales sentimientos en la yema del pulgar, antes o despu¨¦s de mojarlo en la tinta indeleble que proporciona uno de los sistemas electorales m¨¢s caros y costosos del planeta.
Por lo mismo, si desea formarse en la fila de su respectiva casilla electoral con la corbata que le rob¨® en 1972 a Carlos Lico a la salida de un concierto en el Teatro Ferrocarrilero o si su esposa desea lucir una cabeza envuelta en tubos de pl¨¢stico de color pastel o bien, las parejas que acostumbran andar en pants como obligaci¨®n dominical y esa banda de j¨®venes que vota por primera vez en sus vidas eligen hacerlo con sus respectivas camisetas de los diferentes equipos de f¨²tbol que sustentan su m¨¢s ¨ªntima pasi¨®n, pues adelante: que cada quien agarre su chambel¨¢n y vista como le d¨¦ la gana durante la jornada anhelada, el domingo pendiente, la hora marcada, la neta del planeta mexicano donde no s¨®lo se elige al pr¨®ximo presidente de la rep¨²blica, sino tambi¨¦n gobernadores, alcaldes, senadores y diputados¡ y s¨ª, se decide, dirime o perfila un antes y despu¨¦s para M¨¦xico, pero hay que insistir en que todo aqu¨¦l que decida votar escuchando en aud¨ªfonos La Pat¨¦tica de Beethoven o chiflando los grandes ¨¦xitos de Los Xochimilcas, o amarraditos los novios al son de un Maluma o bien e incre¨ªblemente La nueva Paloma de Eugenia Le¨®n, tal y como nunca la tarare¨® Maximiliano de Habsburgo en Quer¨¦taro al pie del Cerro de Las Campanas, pues adelante joven que all¨ª est¨¢ detalle y no te me revientes l¨¢tigo que es el ¨²ltimo jal¨®n porque ay, dolor ya me volviste a dar y en el mismo lugar y la chiflen que es cantada que de lo que se trata de es de so?ar ilimitadamente por un futuro inmarcesible donde hagan lo que hagan los pol¨ªticos profesionales es responsabilidad de todos el af¨¢n por limpiar el basurero heredado de d¨¦cadas y llevar a la justicia a la panda indescriptible e imperdonable de rateros, corruptos y delincuentes que se han apa?ado como nunca sobre la piel de un maravilloso pa¨ªs que lleva ya tatuada en su conciencia la incontenible satisfacci¨®n de que con el voto del pr¨®ximo domingo inicia no la amnesia, sino el recuerdo perenne, la conciencia clara y tenas de que empieza el lento goteo con el que se hundir¨¢ en la ignominia, la verg¨¹enza, el fango y la larga deuda pendiente el peor presidente en la historia de M¨¦xico: Enrique Pe?a Nieto cuya ignorancia, despilfarro, simulacros, mentiras, gazapos, errores, da?os, demencia, complicidades y cochupos deber¨ªan temblar no s¨®lo de verg¨¹enza sino de anticipada condena ante el inmenso mural de ni?os, ancianos, mujeres, morenos, chaparros, gordos, delgados, estr¨¢bicos, calvos, rechonchas, flacas, g¨¹eras, pelirrojos, zambos, ambidiestros, altotes, v¨ªrgenes, divorciados, desempleados, pasantes, doctorandos y dementes que al entintarse el pulgar aprovechan para mentarle la madre.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.