Dilma Rousseff regresa a la pol¨ªtica como candidata al Senado de Brasil
La pol¨ªtica del Partido de los Trabajadores no puede aspirar a la presidencia del pa¨ªs hasta 2024
Hace casi dos a?os que Dilma Rousseff fue destituida de la presidencia de Brasil por un Congreso que le achac¨® irregularidades en el presupuesto. Animada desde la c¨¢rcel por el tambi¨¦n exmandatario Luiz In¨¢cio Lula da Silva, compa?ero de filas en el Partido de los Trabajadores (PT), Rousseff regresa como candidata al Senado.
¡°En mi vida he vivido dos golpes de Estado. En la dictadura [1964-1985] y este¡±, dijo Rousseff amargamente el pasado 31 de agosto de 2016 ante un Senado que confirm¨® su destituci¨®n. Desde esa fecha, Brasil ha cambiado. Los brasile?os han visto que el PT no es el ¨²nico partido con casos de corrupci¨®n, que los pecados de Rousseff no eran tan graves y que la Justicia se ha puesto de perfil ante los de otras figuras pol¨ªticas. Ahora, Rousseff mira al futuro y regresa a la arena pol¨ªtica como candidata al Senado en las elecciones del pr¨®ximo octubre.
A consecuencia del proceso de impeachment no puede aspirar a la presidencia hasta 2024. Por eso, Rousseff ser¨¢ candidata al Senado por el Estado en que naci¨®, Minas Gerais, al sureste del pa¨ªs. Por iron¨ªas del destino, es la misma regi¨®n de A¨¦cio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasile?o (PSDB), derrotado por ella en las presidenciales de 2014. Neves tambi¨¦n se presenta a senador.
Los dos pueden revivir un duelo que, cuatro a?os despu¨¦s, cobra nuevos br¨ªos. El partido de Neves cuestiona la candidatura de la expresidenta, pero el Senado solo ha puesto l¨ªmites a su regreso a la presidencia.
La exmandataria busca la redenci¨®n en esta apuesta pol¨ªtica y dejar atr¨¢s una destituci¨®n que ella misma calific¨® de golpe de Estado orquestado por las fuerzas conservadoras de Brasil y su rechazo a pol¨ªticas que privilegiaran a los m¨¢s vulnerables. Con el Gobierno de Michel Temer, que fue su vicepresidente y ocup¨® su puesto, se ha aprobado una reforma laboral y se han recortado programas sociales.
Desde que dej¨® el Ejecutivo, Rousseff se ha dedicado a participar en encuentros pol¨ªticos en varios pa¨ªses para dar su versi¨®n sobre el impeachment que vivi¨®. ¡°Hicieron una campa?a machista y mis¨®gina contra m¨ª¡±, dijo la semana pasada cuando anunci¨® que pretende volver a la pol¨ªtica con el apoyo de las urnas.
Final ag¨®nico
Antes de ser elegida, la pol¨ªtica brasile?a tendr¨¢ que superar los fantasmas de sus propias derrotas. La acusan de ser responsable de la profunda recesi¨®n que ha vivido Brasil en los dos ¨²ltimos a?os, y la persiguen los ecos de la Operaci¨®n Lava Jato, que investig¨® la corrupci¨®n en el gigante estatal Petrobras y puso a su Gobierno de rodillas. Rousseff vivi¨® un final ag¨®nico, con denuncias diarias que la dejaron sin apoyo. Su aprobaci¨®n baj¨® hasta el 8%. Y entonces lleg¨® la imputaci¨®n del Congreso en 2016, un proceso pol¨ªtico que acab¨® en la salida del cargo por supuestamente maquillar las cuentas p¨²blicas para anticipar recursos pendientes de ingresar en las arcas p¨²blicas.
Rousseff se va a presentar de la mano del expresidente Lula da Silva, que desde abril est¨¢ preso por una sentencia de corrupci¨®n. Aunque entre rejas, el exmandatario est¨¢ en primer lugar en las encuestas electorales, con un impresionante 30% de apoyo pese a no poder concurrir. ¡°?l me empuj¨® a presentarme¡±, ha contado Rousseff.
Una poblaci¨®n dividida en torno a la destituci¨®n
La destituci¨®n de Dilma Rousseff estuvo acompa?ada de protestas callejeras multitudinarias en contra de un Partido de los Trabajadores salpicado de casos de corrupci¨®n.
Sin embargo, su sucesor, el presidente Michel Temer, y su partido, el Movimiento Democr¨¢tico Brasile?o (MDB), tambi¨¦n est¨¢n implicados en denuncias de corrupci¨®n e investigaciones judiciales, y la econom¨ªa, otra de las razones por las que cay¨® en desgracia Rousseff, sigue an¨¦mica en 2018.
¡°Hay un creciente sentimiento de solidaridad hacia Rousseff y de repulsa al golpe que la alej¨® de la presidencia. Temer solo tiene un 4% de apoyo¡±, argumenta Patrus Ananias, que va a coordinar la campa?a al Senado de la expresidenta.
La poblaci¨®n sigue dividida. Una encuesta de mayo se?alaba que el 47,6% de los brasile?os cree que el impeachment tuvo aires de golpe de Estado, mientras que un 43,5% lo ve como un evento normal de la democracia brasile?a.
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