¡°Guatemala sigue capturada por las redes criminales¡±
Iv¨¢n Vel¨¢squez, azote de la corrupci¨®n en el pa¨ªs centroamericano, ve urgente una reforma de la justicia
Querido por una mayor¨ªa de la ciudadan¨ªa, odiado por algunas de las personalidades m¨¢s influyentes del pa¨ªs, el colombiano Iv¨¢n Vel¨¢squez (Medell¨ªn, 1955), no lleg¨® a Guatemala para hacer amigos. El jefe de la Comisi¨®n Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), cuyo curr¨ªculo alberga un pasado de lucha frontal contra los paramilitares colombianos, lidera desde hace casi cinco a?os dicho organismo, una suerte de fiscal¨ªa bajo control de la ONU creada en 2006 para ayudar al pa¨ªs centroamericano a combatir la corrupci¨®n y apoyar sus investigaciones.
Menos de dos a?os despu¨¦s de su aterrizaje, el presidente guatemalteco Otto P¨¦rez Molina ya dorm¨ªa entre rejas. Tambi¨¦n su vicepresidenta y todo su gabinete de gobierno del Partido Patriota, la formaci¨®n que ejerci¨® el poder entre 2012 y 2015. La investigaci¨®n de la CICIG demostr¨® que formaban parte de una enorme trama que, a cambio de sobornos, permit¨ªa la importaci¨®n de productos burlando el pago de impuestos.
Pese a sus numerosos ¨¦xitos, o tal vez debido a ellos, la continuidad de la entidad en el pa¨ªs est¨¢ en el alero. Su mandato expira el 3 de septiembre de 2019, casualmente el d¨ªa del tercer aniversario de la entrada en prisi¨®n del expresidente P¨¦rez Molina. Hasta ahora ha habido cinco pr¨®rrogas para que la instituci¨®n siga operando, pero su supervivencia no est¨¢ garantizada. "La pr¨®rroga solo ser¨ªa posible por solicitud del presidente de la Rep¨²blica", afirma Vel¨¢squez en una entrevista a un grupo reducido de medios en la oficina de la ONU en Bruselas, donde esta semana ha acudido para tratar la situaci¨®n de Guatemala despu¨¦s de visitar Berl¨ªn y La Haya.
Su condici¨®n de bestia negra, no solo del general P¨¦rez Molina, sino del actual presidente, Jimmy Morales, ha complicado la posibilidad de un nuevo mandato y amenaza con revertir los avances. Las averiguaciones de Vel¨¢squez y su equipo han propiciado que un hermano y un hijo de Morales se encuentren en arresto domiciliario desde hace a?o y medio acusados de fraude. Y se mantiene abierta una investigaci¨®n que acusa directamente al presidente por financiaci¨®n ilegal de su partido. Su enfrentamiento con el presidente alcanz¨® su culmen el pasado a?o, cuando este declar¨® a Vel¨¢squez persona non grata y trat¨® de expulsarle del pa¨ªs sin ¨¦xito: la Corte Constitucional sentenci¨® que la medida era ilegal y fren¨® su salida. Los intentos de amedrentarle no han surtido efecto, y el jurista espera que haya pronto una decisi¨®n sobre si Morales incurri¨® en un delito. "Creo que los elementos probatorios son fuertes y espero que la valoraci¨®n de la fiscal llegue a una conclusi¨®n similar en las pr¨®ximas semanas", apunt¨®.
Ni su papel fundamental en la ca¨ªda de un presidente, ni los casos de corrupci¨®n que han visto la luz gracias a su labor han hecho que Vel¨¢squez pierda perspectiva sobre d¨®nde se encuentra Guatemala ahora. El implacable juez cree que los logros puntuales no pueden ocultar que la corrupci¨®n sigue siendo estructural, y se muestra esc¨¦ptico sobre el futuro del pa¨ªs. "Hemos conseguido muy poco. Los ¨¦xitos en las investigaciones pueden ser considerados triunfos. Pero el objetivo es fortalecer el Estado de derecho, y no se ha dado ese paso, ni siquiera para decir que es un proceso irreversible. Hay tantas fuerzas que confrontan la lucha contra la corrupci¨®n que no tenemos la tranquilidad de que vamos hacia adelante".
Vel¨¢squez parece tener a veces la sensaci¨®n de remar sin avanzar, pero la alternativa, dejarse llevar por la corriente de corrupci¨®n que carcome el pa¨ªs, supondr¨ªa tirar por la borda muchos a?os de trabajo. ?Sigue cautiva Guatemala? "Creo que est¨¢ capturada. Falta mucho por liberar. Y no solo en el tema de la investigaci¨®n criminal. Lo que se requiere es una transformaci¨®n del Estado. Lograr que la administraci¨®n de justicia sea independiente y que a ella lleguen los m¨¢s id¨®neos, los m¨¢s capaces y honrados, como dice la Constituci¨®n. Para eso se requiere una reforma constitucional para variar la manera de elegir a los magistrados", opina.
Delinquir hoy en Guatemala sigue saliendo gratis en una abrumadora mayor¨ªa de ocasiones. "Cuando alguien tiene un 97% de posibilidades de salir impune de un delito, hay m¨¢s posibilidades de que lo cometa", dice Vel¨¢squez tirando de l¨®gica. La impunidad ha sido permanente y aceptada, pero la resignaci¨®n a veces tiene l¨ªmites, como prueban las masivas protestas que terminaron en la renuncia de P¨¦rez Molina. "La confianza renovada que se ha generado en el pa¨ªs no significa que esa guerra se haya ganado. Hay posibilidades, pero se necesitan muchos recursos internos para que cometer un delito tenga consecuencias".
Arropado por un apoyo popular que algunas encuestas cifran en el 71%, es habitual que incluso los candidatos electorales hagan p¨²blico su apoyo al CICIG para ganarse el favor de la poblaci¨®n. Vel¨¢squez conf¨ªa en que ese amplio respaldo ciudadano sirva de barrera contra aquellos que quieren desmantelar su labor. El contexto puede echarle una mano: cabe la posibilidad de que en las elecciones del pr¨®ximo a?o salga elegido un presidente partidario de la continuidad del combate de la CICIG, y pa¨ªses donantes como Suecia, Canad¨¢ o Alemania pueden presionar al respecto. Entretanto, Vel¨¢squez tiene claro el descomunal reto al que deben dar prioridad las autoridades guatemaltecas: "Hay que generar una cultura de legalidad, pero para eso hay que generar cultura de consecuencias".
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