La gran purga ultraconservadora que pretende dar la vuelta a Polonia
Desde su llegada al poder, el Gobierno nacionalista del PiS ha emprendido una depuraci¨®n sin precedentes de la Administraci¨®n, las empresas p¨²blicas y los medios de comunicaci¨®n
Pawel Potoroczyn conserva la as¨¦ptica carta con la que se le notific¨® de su cese a frente del Adam Mickiewicz Institute. La misiva, que puso fin a ocho a?os al frente de la instituci¨®n que promueve la cultura y el idioma polaco en el exterior, no ofrece ning¨²n motivo. Y Potoroczyn, de 56 a?os, diplom¨¢tico de formaci¨®n y con una larga trayectoria como acad¨¦mico y artista, no tiene ninguna duda: ¡°Mi despido, como el de otros tantos, es pol¨ªtico. El Ejecutivo busca controlar el Estado. Y parte de su proyecto es controlar la cultura, que alimenta, forma y contribuye al libre pensamiento. Y Ley y Justicia no soporta a cualquiera que no comparta su ideolog¨ªa¡±.
Desde que los ultraconservadores de Ley y Justicia (PiS) llegaron al poder en diciembre de 2015, han emprendido una purga a fondo de las instituciones para construir un Estado a su imagen y semejanza. Los anteriores Gobiernos tambi¨¦n hab¨ªan realizado cambios estructurales en los puestos de responsabilidad, pero Polonia jam¨¢s hab¨ªa experimentado un terremoto similar.
Un ¡°asalto¡± que est¨¢ viviendo un nuevo cap¨ªtulo estos d¨ªas con la jubilaci¨®n forzosa de casi una treintena de magistrados del Tribunal Supremo, a trav¨¦s de una controvertida reforma legal que favorece el control del PiS del poder judicial, describe Jacek Kucharczyk, director del think tank Instituto de Estudios P¨²blicos. El Gobierno ya despidi¨® a m¨¢s de un centenar de presidentes y vicepresidentes de tribunales locales y regionales, y controla a una mayor¨ªa de los magistrados del Tribunal Constitucional. La nueva maniobra para redise?ar el Supremo --que el Ejecutivo justifica afirmando que los jueces de este tribunal y tantos otros son "una casta" y remanentes comunistas que no tienen cabida en la nueva Polonia-- ha vuelto a sacar a decenas de miles de polacos a las calles y ha provocado una escalada en el enfrentamiento entre Bruselas y Varsovia.
El extremista Jaroslaw Kaczynski, l¨ªder del partido ultraconservador y quien gobierna el pa¨ªs desde la sombra, nunca ocult¨® que su idea era una remodelaci¨®n a fondo del Estado. ¡°La historia demuestra que las instituciones son la fuerza de un pa¨ªs, y estas est¨¢n creadas por la gente¡±, suele decir. Y sin cambiar a esa gente, sostiene, las reformas no funcionan. Seg¨²n esa premisa, el Ejecutivo, a trav¨¦s de cambios legales, ha pasado a controlar los medios de comunicaci¨®n p¨²blicos, lo que ha provocado decenas de despidos de periodistas inc¨®modos, a quienes ha sustituido por personas de su confianza. Desde los despachos directivos hasta los pupitres de las redacciones y las corresponsal¨ªas.
Como sus predecesores, ha reemplazado a la c¨²pula del servicio secreto, pero tambi¨¦n a la de distintos entes administrativos, varios organismos judiciales y la mayor¨ªa de las instituciones educativas y culturales, como el Adam Mickiewicz o, m¨¢s recientemente, el Instituto de Cine Polaco. El despido de su directora, la reputada Magdalena Sroka, despert¨® nutridas protestas. La depuraci¨®n ha sido tal que ha alcanzado a compa?¨ªas que, sobre el papel, no tienen ning¨²n papel pol¨ªtico, como el prestigioso criadero de caballos ¨¢rabes Janow Podlaski. Su director desde hace 30 a?os fue despedido el a?o pasado y reemplazado por un economista sin experiencia cercano al PiS que tuvo que renunciar tras la muerte de al menos tres caballos.
En Polonia, el Estado puede controlar a las empresas que cotizan en bolsa, incluso si no tiene una participaci¨®n mayoritaria, as¨ª que la purga ha alcanzado a los directores generales de 13 de las 14 compa?¨ªas p¨²blicas incluidas en el ¨ªndice burs¨¢til polaco (el WIG30). Empresas de energ¨ªa, ferrocarriles, seguros¡ Y en algunos casos, los nuevos cargos solo han durado unos meses. En lo que va de a?o, han nombrado nuevos consejeros delegados en nueve compa?¨ªas y reemplazado a una veintena de gerentes. Un carrusel que ha golpeado al precio de las acciones de las empresas, explica la analista Anna Nowacki. Energa. La mayor empresa de energ¨ªa, ha perdido m¨¢s de un 29,5% en lo que va de a?o; la petrolera Orlen, un 21,7%.
¡°El escenario no deja lugar a dudas, el ¡®amiguismo ha alcanzado cotas in¨¦ditas¡±, recalca el experto Kucharczyk. El ahora consejero delegado de Orlen, por ejemplo, fue concejal del PiS. Tambi¨¦n el presidente de la televisi¨®n p¨²blica fue miembro del partido, como muchos de los nuevos superintendentes educativos. Y el jefe del segundo aeropuerto m¨¢s grande del pa¨ªs fue asistente de la exprimera ministra Beata Szydlo.
El Gobierno polaco no esconde su postura. Recalcan que los cargos de responsabilidad deben ¡°identificarse con el programa del Gobierno¡±, como ha declarado su ministro de Finanzas, Dawid Jackiewicz. Y a parecer el acad¨¦mico Potoroczy, a quien dos tribunales han dado la raz¨®n en un caso de despido improcedente, no casa con los valores del PiS, que defiende que Polonia es un pa¨ªs de profundos valores cristianos y que debe proteger a la ¡°familia tradicional¡±. Su reemplazo, Krzysztof Olendzki, un diplom¨¢tico de carrera sin ninguna experiencia en el sector de la cultura y conocido por sus ideas ultracat¨®licas, s¨ª.
Desde su llegada, las nuevas prioridades del Adam Mickiewicz Institute ¡ªsimilar al Instituto Cervantes, en Espa?a; al Goethe, en Alemania o al British Council¡ª, marcadas por el Ministerio de Exteriores, ya no son dar a conocer el teatro, el cine, las artes visuales o el dise?o polaco. Se centra m¨¢s bien en promover el legado del pensamiento pol¨ªtico de Lech Kaczynski, el hermano gemelo del l¨ªder del PiS, fallecido en un accidente de avi¨®n en Rusia hace a?os; tambi¨¦n la difusi¨®n de figuras hist¨®ricas como Chopin, Cop¨¦rnico, Marie Curie o Juan Pablo II. De hecho, el Instituto ha ampliado sus proyectos en Filipinas, donde Jackiewic asegura que hay una comunidad fascinada por el papa polaco.
Despidos discriminatorios
En otro paso para reformar la justicia polaca, el Gobierno ultraconservador de Ley y Justicia, modific¨® la edad de jubilaci¨®n de los jueces regionales y locales. Rebaj¨® la edad de retiro de los 67 a?os a los 65 para los hombres y a 60 para las mujeres. Una medida duramente criticada por la Comisi¨®n Europea que la considera discriminatoria. Tras unos meses en vigor, el Ejecutivo la retir¨®. ¡°En ese tiempo, unas 70 juezas fueron jubiladas de manera forzosa¡±, explica la magistrada Monika Frackowiak, de la organizaci¨®n judicial Iustitia, que critica la deriva autoritaria del PiS.
Muchas de las juezas retiradas han recurrido su jubilaci¨®n, que supone un importante recorte de la pensi¨®n que reciben en comparaci¨®n con sus colegas varones. Un sesgo que el Ejecutivo del PiS quiso repetir en otros organismos p¨²blicos.
Frackowiak explica que, conforme a la ley, todav¨ªa es complicado despedir a los jueces. Por eso, el Gobierno se est¨¢ valiendo de cambios legales que alteran la edad de jubilaci¨®n ¡ªcomo ha hecho con el Tribunal Supremo¡ª o que relevan a los magistrados de cargos como la presidencia o la vicepresidencia de las cortes regionales y locales. ¡°En esos casos se les expulsa de esos puestos, pero siguen siendo jueces¡±, dice la magistrada.
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