La presidenta del Supremo polaco desaf¨ªa al Gobierno y acude a trabajar
El Ejecutivo ultraconservador obliga a jubilarse a un tercio de los magistrados del tribunal, reforzando su control sobre el Poder Judicial
Con un gesto tan cotidiano como el de ir a trabajar, la presidenta del Tribunal Supremo de Polonia, Malgorzata Gersdorf, ha desafiado este mi¨¦rcoles al Gobierno ultraconservador de Ley y Justicia. La magistrada y al menos una decena de sus compa?eros se niegan a aceptar cabizbajos la controvertida reforma de la justicia, que hoy les ha jubilado anticipadamente, reforzando el control del Ejecutivo sobre el poder judicial. Una reforma que le ha costado a Polonia un nuevo choque con Bruselas, esta vez a trav¨¦s de un expediente sancionador de la Comisi¨®n Europea, que considera que las medidas vulneran la independencia judicial. Apoyados y jaleados por decenas de miles de personas, la presidenta del Supremo y los magistrados han pasado a encabezar la incansable resistencia a la deriva autoritaria del Gobierno.
Con una rosa blanca en la mano y flanqueada por numerosos simpatizantes y de varios de sus compa?eros magistrados, la presidenta del Supremo entr¨® con paso firme en la sede de este organismo en Varsovia. Gersdorf es la primera de los jueces de este tribunal que ha recibido el aviso expl¨ªcito para que acate la nueva ley, que rebaja la edad de retiro obligatoria de los miembros del Supremo de los 70 a los 65 a?os; los que tiene la jueza. "Mi presencia no trata de pol¨ªtica, estoy aqu¨ª para defender el Estado de derecho¡±, declar¨® entre aplausos la magistrada, cuyo mandato deb¨ªa expirar en 2020. A su alrededor decenas de pancartas rezaban: ¡°Estamos con vosotros¡±, ¡°los jueces son inamovibles¡±, ¡°libertad, igualdad, Constituci¨®n¡±.
La presidenta del Supremo y un buen n¨²mero de sus colegas afirman que la bater¨ªa de leyes activada ayer no es m¨¢s que una forma de ¡°purgar¡± a los jueces inc¨®modos para Ley y Justicia (PiS). La pol¨¦mica reforma, por la que Bruselas ha abierto un expediente sancionador a Polonia, no s¨®lo fuerza la salida de 27 de los 72 jueces del Supremo, adem¨¢s ampl¨ªa el n¨²mero de sillones de la C¨¢mara, con lo que tanto los magistrados que relevar¨¢n a los retirados como los nuevos pueden ser elegidos a dedo: el Ejecutivo ya tiene el control del Consejo Nacional de la Magistratura, que nombra a los jueces.
La nueva ley permite al presidente del pa¨ªs, Andrzej Duda, otorgar exenciones a la jubilaci¨®n obligatoria, una f¨®rmula para dilatar los plazos. Pero Gersdorf y al menos una decena de sus compa?eros se han negado a solicitarla. Mantienen un pulso contra el Ejecutivo porque consideran que toda la reforma es contraria a la Constituci¨®n, por lo que este mi¨¦rcoles, aunque no hubiesen recibido una ¡®carta de despido¡¯, estaban legalmente jubilados. ¡°La Constituci¨®n debe respetarse porque se basa en los valores fundamentales de Polonia; y los valores, a diferencia de las personas no cambian¡±, ha recalcado la magistrada Gersdorf. Pese a que anteriormente hab¨ªa dicho que se ir¨ªa de vacaciones, con lo que el ambiente podr¨ªa relajarse, su gesto ha alimentado un nuevo y dram¨¢tico enfrentamiento entre el PiS y sus detractores y deja una Polonia cada vez m¨¢s polarizada.
A ¨²ltima hora de la tarde, decenas de miles de personas han vuelto a salir a la calle por tercer d¨ªa consecutivo en varias ciudades polacas para protestar contra la reforma y apoyar a los magistrados del Supremo. Portando pancartas con la palabra 'Constituci¨®n' o 'Bruselas, Varsovia, una misma lucha', se han congregado frente a la sede del Supremo en Varsovia. All¨ª, ante una enorme bandera azul estrellada de la Uni¨®n Europea y otra blanca y roja de Polonia, que sujetan decenas de ciudadanos, el hist¨®rico l¨ªder del sindicato de lucha contra la dictadura comunista Solidaridad, antiguo jefe de Gobierno y premio Nobel de la Paz Lech Walesa ha clamado contra las reformas del PiS.
"Los que violan la Constituci¨®n son criminales. Si cedemos con los tribunales, esto continuar¨¢. Tenemos que hacer todo lo posible para defender la independencia de la justicia", ha declarado Walesa entre aplausos y gritos de apoyo. "He venido aqu¨ª a defender la paz", ha a?adido el exmandatario, a quien el Ejecutivo del PiS considera uno de sus enemigos y a quien ha tratado de desprestigiar en sucesivas ocasiones. A su alrededor, muchos ciudadanos cantaban el himno nacional, Polonia a¨²n no se ha perdido. "Polonia a¨²n no ha sucumbido. Mientras permanezcamos, lo que el enemigo ha tomado por la fuerza, espada en mano, lo recuperaremos".
Control judicial
El PiS ha buscado durante a?os controlar el sistema judicial para garantizarse cada vez m¨¢s poder. Tras su llegada al Gobierno, en diciembre de 2015, el partido ultraconservador y nacionalista, ha tomado el control del Tribunal Constitucional, del Ministerio Fiscal y de los medios de Comunicaci¨®n P¨²blicos. Con la ¨²ltima reforma, la del Supremo, se garantiza control sobre un organismo clave, ya que en Polonia (40 millones de habitantes) ejerce de corte de apelaci¨®n de todos los tribunales locales y regionales, adem¨¢s de determinar la validez de todas las elecciones.
Pese a las cr¨ªticas internacionales, no s¨®lo de la Comisi¨®n Europea, sino tambi¨¦n de la ONU, del Consejo de Europa y de decenas de expertos juristas internacionales, el Gobierno de Mateusz Morawiecki, justifica que el cambio es necesario para ¡°acabar con la corrupci¨®n¡± en el sistema de justicia, que todav¨ªa vive ¡°con h¨¢bitos del comunismo¡±, tambi¨¦n para desalojar a magistrados que ¡°que han dictado sentencias vergonzosas¡± y que se han convertido en ¡°una casta por encima de la ley¡±. Ayer, en un discurso en el Parlamento Europeo, en Estrasburgo, el primer ministro polaco defendi¨® la reforma y volvi¨® a incidir en esa idea de la ¡°casta¡±. A pocos se les olvida que hace un a?o la magistrada hoy s¨ªmbolo de la resistencia, ha tenido en el pasado ese halo de la ¡°arrogancia de las ¨¦lites¡± de la que tanto habla el PiS. Gersdorf afirm¨® que con su sueldo de unos 2.500 euros al mes se viv¨ªa regular en Varsovia, un comentario que sent¨® p¨¦simamente en un pa¨ªs en el que ese salario supone casi cinco veces el salario m¨ªnimo.
El primer ministro Morawiecki, recalc¨® que el Gobierno tiene potestad para reformar la ley como lo desee y que Polonia est¨¢ a la vanguardia de una ¡°ilustraci¨®n democr¨¢tica¡± en Europa. Mientras las protestas se suceden en Varsovia y otras grandes ciudades de Polonia, el extremista Jaroslaw Kaczynski, l¨ªder del PiS y considerado el verdadero gobernante en la sombra, ha insistido en que ni Bruselas ni los manifestantes torcer¨¢n el brazo al Ejecutivo. En una entrevista a un medio cercano a su partido, afirm¨® que la presidenta del Supremo y sus compa?eros est¨¢n ¡°condenados a fracasar miserablemente¡±, y avis¨®: ¡°Observo estas haza?as con calma¡±.
Un mes para retractarse
Dentro de la reforma legal tambi¨¦n se contempla la creaci¨®n de una c¨¢mara disciplinaria para juzgar el trabajo de los magistrados dependiente del Gobierno. Un organismo que podr¨ªa incluso reabrir casos ya juzgados y que los jueces ven como un elemento de intimidaci¨®n. Una opini¨®n que comparte la oposici¨®n. Polonia tiene un mes para dar marcha atr¨¢s a su bater¨ªa de medidas, si no lo hace se arriesga a que el expediente sancionador impuesto por la UE acabe en una multa econ¨®mica. Por ahora no parece que vaya a hacerlo. Tampoco le ha importado hasta el momento ser el ¨²nico pa¨ªs que esta bajo la lupa del llamado art¨ªculo 7 de a Uni¨®n por sus desmanes antidemocr¨¢ticos, una formula que puede llegar a dejarle sin derecho de voto en el club comunitario.
El conflicto ha aislado a Polonia dentro del club comunitario, donde la mayor¨ªa de los Gobiernos (a excepci¨®n de algunos pa¨ªses del Este capitaneados por la Hungr¨ªa de Viktor Orb¨¢n) son cr¨ªticos con las decisiones de Varsovia.
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