La visita de Trump a Europa plasma el nuevo orden de Estados Unidos
Bruselas intentar¨¢ evitar que la tensi¨®n arancelaria llegue al sector del autom¨®vil
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, emprende ma?ana martes una gira que plasma el nuevo orden en Washington, en el que la defensa y el comercio se contemplan con el mismo prisma y los viejos aliados son hoy rivales. Acude a la cumbre de la OTAN en Bruselas para recalcar las exigencias de gasto; luego marcha a Londres, donde le aguardan grandes protestas debido a su ret¨®rica islam¨®foba, y acaba el lunes 16 en una cumbre en Helsinki con el presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, presidente de la ¨²nica potencia oficialmente rival de EE UU.
¡°La Uni¨®n Europea es posiblemente tan mala como China, solo que m¨¢s peque?a. Es terrible c¨®mo nos tratan¡±. Estas palabras pronunciadas por Trump hace apenas una semana quej¨¢ndose de las relaciones comerciales con la UE suponen una buena muestra de la concepci¨®n del presidente del marco geopol¨ªtico global, en la que las autoridades europeas, las competentes en materia de comercio, son equiparables a las del r¨¦gimen chino.
Las cartas de Trump respecto a la OTAN (en la que exige m¨¢s inversi¨®n a los Estados miembros) y al comercio (en la que ha comenzado una batalla arancelaria en protesta por unas reglas que ahora juzga injustas) est¨¢n sobre la mesa. Y si los miembros de la Administraci¨®n suelen suavizar los mensajes en los encuentros informativos con la prensa, la esencia y las experiencias recientes evidencian que nada tiene por qu¨¦ cambiar en este viaje.
Europa se dispone a recibir a Trump con el trauma a¨²n latente de la ¨²ltima reuni¨®n del G7 en Canad¨¢. Aquel encuentro, definido por uno de los presentes como ¡°hostil, humillante, un momento dram¨¢tico en la era de la posguerra¡±, convenci¨® a los l¨ªderes europeos de que los puentes con su tradicional aliado est¨¢n pr¨¢cticamente derruidos. Aun as¨ª, los modos algo m¨¢s firmes que mostr¨® el presidente de la Comisi¨®n Europea, Jean-Claude Juncker, en esa reuni¨®n le procuraron una invitaci¨®n a la Casa Blanca por parte de Donald Trump. Si nada se tuerce durante esta gira europea del l¨ªder estadounidense, Juncker acudir¨¢ a Washington en alg¨²n momento entre el 24 y el 27 de julio, seg¨²n precisan fuentes del Ejecutivo comunitario.
Nadie ha encontrado la f¨®rmula para mantener a Trump en la esfera del entendimiento internacional. La canciller Angela Merkel prob¨® con el tono severo. Agua. El presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, jug¨® al encantador de serpientes. Agua. Si algo ha demostrado el estadounidense a lo largo de estos meses es que, pese a lo visceral de su comportamiento como gobernante, su agenda exterior queda por encima de cualquier qu¨ªmica personal. Abandon¨® el acuerdo del clima hace un a?o y esta primavera ha roto el pacto nuclear con Ir¨¢n, adem¨¢s de iniciar una batalla comercial contra Europa.
Lo ¨²nico que ha cambiado desde que se sent¨® en el Despacho Oval por primera vez es que se ha rodeado de m¨¢s halcones: Mike Pompeo, un duro del grupo ultraconservador Tea Party, sucede al moderado Rex Tillerson como jefe de la Diplomacia; y John Bolton, un ultra de la era Bush, ocupa el puesto del general H. R. McMaster como consejero de Seguridad Nacional. Hoy queda el jefe del Pent¨¢gono, Jim Mattis, como la voz m¨¢s conciliadora.
Pese al distanciamiento, Bruselas aprovechar¨¢ esa cita para tratar de contener una deriva mucho m¨¢s peligrosa de la guerra arancelaria iniciada por el gobernante estadounidense contra el acero y el aluminio: las trabas a la importaci¨®n de coches europeos, una industria esencial en Europa, especialmente en Alemania. Si existe alg¨²n marco supranacional del que EE UU no vaya a retirarse bajo el mandato de Trump, ese es la OTAN. Pero eso no significa que la relaci¨®n est¨¦ exenta de riesgos.
Los l¨ªderes occidentales comprobar¨¢n esta semana la fortaleza del v¨ªnculo trasatl¨¢ntico, convencidos de que el mandatario estadounidense tensar¨¢ la cuerda al m¨¢ximo, con reproches categ¨®ricos a sus socios respecto a la falta de gasto militar. El secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, ha aireado estos d¨ªas que ocho pa¨ªses de la OTAN (seis europeos m¨¢s EE UU) destinan ya el 2% del PIB al cap¨ªtulo militar. Est¨¢ por ver que esa cifra (son 29 aliados) sirva para apaciguar el magnate.
¡°B¨¢sicamente, Trump no entiende la historia, lo que incluye el impulso que hubo para la creaci¨®n de la Uni¨®n Europea; ni entiende las estructuras institucionales, ya que se centra ¨²nicamente en el gasto nacional en Defensa, en detrimento de la voluntad de defensa colectiva de la OTAN¡±, opina Amanda Sloat, investigadora para Europa y EE UU del Instituto Boorkings con una d¨¦cada de experiencia en el Departamento de Estado.
Trump, gasolina para la derecha en la UE
M¨¢s que los viejos aliados europeos puedan atemperar a Trump, lo que parece es que el trumpismo est¨¢ dando fuelle al giro a la derecha en Europa. En una entrevista con el medio ultraconservador Breitbart, en junio, el embajador de EE UU en Alemania, Ric Grenell, contaba que muchos conservadores le hab¨ªan estado contactando ¡°para decir que sienten un resurgimiento en marcha¡±.
Reino Unido, que ha optado por la ruptura con la UE, algo celebrado por Trump, ofrece por tanto la v¨ªa de los acuerdos bilaterales de comercio que Washington quiere potenciar. Pero los ataques al alcalde de Londres, Sadiq Khan, y su forma de azuzar la islamofobia tras los atentados yihadistas le llev¨® incluso a aplazar esta visita por miedo a las protestas. Con Theresa May, discutir¨¢ sobre todo de comercio. Una gran manifestaci¨®n le aguarda en la capital y sobre ella flotar¨¢ un globo gigante que representa a un Donald Trump en pa?ales. Lo ha autorizado el alcalde.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.