La era de las crisis infundadas

¡°Esta carnicer¨ªa americana termina aqu¨ª y ahora¡±, proclam¨® Donald Trump en su apocal¨ªptico discurso de inauguraci¨®n como presidente, el 20 de enero de 2017. Una carnicer¨ªa, seg¨²n su visi¨®n, hecha de pobreza, violencia, falta de oportunidades. Los datos, sin embargo, dec¨ªan entonces algo bastante diferente. La tasa de paro se situaba en menos del 5% ¡ªen descenso constante desde 2010¡ª, mientras que la de cr¨ªmenes violentos por habitante?se situaba en la mitad de su nivel de principios de los noventa, seg¨²n datos del FBI. El discurso es, quiz¨¢, el epitome de una riada de distorsiones ret¨®ricas y ¨®pticas que plasman la pol¨ªtica de nuestro tiempo. La era de las crisis que no eran, arrojadas como granadas en las opiniones p¨²blicas de Occidente.

La cuesti¨®n migratoria. La mal llamada ¡®crisis migratoria¡¯ que arrecia fuerte en estos meses pr¨¢cticamente en todos los pa¨ªses occidentales ilustra bien el concepto. Pol¨ªticos populistas ganan terreno e inflaman audiencias con discursos tremendistas en esta materia. Los datos, sin embargo, apuntan a que las llegadas est¨¢n cayendo en picado en Europa y son contenidas en EE UU. Frente al mill¨®n de personas que lleg¨® a las orillas europeas por el Mediterr¨¢neo en 2015 y los 360.000 que lo hicieron en 2016, en lo que va de a?o la cifra se sit¨²a en 48.000, seg¨²n datos de la ONU. En 2014 hab¨ªan sido 216.000. Para poner contexto, conviene se?alar que Turqu¨ªa sola acoge a m¨¢s de tres millones de refugiados sirios y el diminuto L¨ªbano, a alrededor de uno.

Los movimientos secundarios (desplazamientos desde el pa¨ªs de entrada en la UE a otro), cuyo control y gesti¨®n casi derrib¨® al Gobierno de Angela Merkel bajo las embestidas de su esencial aliado b¨¢varo Horst Seehofer, no llegan a los 20.000 en lo que va de a?o en Alemania, pa¨ªs con unos 83 millones de habitantes.

En EE UU, las llegadas irregulares por la frontera sur fueron en 2017 las menores en un quinquenio. En los ¨²ltimos meses ha habido un repunte, pero siempre por debajo de a?os como 2013 o 2014. Dif¨ªcil negar que la gesti¨®n del flujo migratorio sea un reto may¨²sculo, que las llegadas acumuladas representen un desaf¨ªo y las futuras quiz¨¢s m¨¢s a¨²n. Pero los datos actuales no respaldan la ret¨®rica de crisis m¨¢xima que adoptan l¨ªderes como Trump, Salvini o Seehofer en este momento.

La proliferaci¨®n nuclear. La cuesti¨®n iran¨ª, tratada de forma hiperb¨®lica por Trump, tambi¨¦n despierta ciertas dudas, como m¨ªnimo en las canciller¨ªas europeas y asi¨¢ticas. Es evidente que en el pasado el Gobierno iran¨ª ha desarrollado de forma oculta un inquietante programa nuclear y que en el presente mantiene tambi¨¦n inquietantes actividades en su regi¨®n.

Pero no deja de llamar la atenci¨®n que Ir¨¢n sea el epicentro de una crisis tremenda mientras que Corea del Norte, que en contra del derecho internacional ya posee el arma nuclear, ha hecho innumerables pruebas de misiles bal¨ªsticos y lanzado amenazas expl¨ªcitas a diestro y siniestro ¡ªadem¨¢s de oprimir a sus ciudadanos hasta niveles dif¨ªcilmente comparables en el mundo¡ª?amerite sonrisas y apretones de mano del supuesto l¨ªder del mundo libre. L¨ªder que, tan solo el a?o pasado, fue definido como ¡°viejo chocho¡± por el mandatario norcoreano al que ahora ha admitido al concierto de las naciones a cambio de nada, dada la ausencia de cualquier compromiso concreto, mecanismo de verificaci¨®n o fecha de cumplimiento del acuerdo de desnuclearizaci¨®n. El pacto con Ir¨¢n que la Casa Blanca acaba de reventar, en cambio, estaba repleto de elementos de control.

La guerra comercial. En este caso, los datos s¨ª muestran que EE UU sufre un importante d¨¦ficit en la balanza comercial con muchos pa¨ªses. Ello no impide que la ret¨®rica hiperb¨®lica de Trump al respecto resulte injustificada. De entrada, porque un d¨¦ficit comercial no es el mal absoluto y, por ejemplo, no ha impedido que EE UU se halle en una de las m¨¢s prolongadas y sostenidas etapas de expansi¨®n econ¨®mica que se haya registrado. Y que la misma haya dejado al mercado laboral en una situaci¨®n de pleno empleo.

Hay bastantes indicios de que pa¨ªses como China tienen pr¨¢cticas comerciales cuestionables. Es sin duda leg¨ªtimo buscar mejoras y remedios, pero la intensidad y espectro de la ofensiva de Trump dirigida contra aliados y adversarios es muy cuestionable. En cambio, no se oye ni palabra acerca de la desigualdad en la distribuci¨®n de la renta, una de las m¨¢s altas en la OCDE, seg¨²n el ¨ªndice de Gini, y que con toda probabilidad ser¨¢ exacerbada con la reciente reforma fiscal.

Este listado podr¨ªa seguir. La distorsi¨®n de los problemas y el tratamiento incendiario de los mismos es una vieja t¨¢ctica populista. Otros per¨ªodos de la historia muestran que no suelen acabar en nada positivo. Incluido para el pueblo supuestamente defendido por esta clase de andanadas.