James, P¨¦kerman, Radamel, Falcao, Yerry: los nombres heredados por los ni?os colombianos

Cuando una persona busca nombres para su futura hija o hijo, las fuentes de inspiraci¨®n son ilimitadas. Podemos seguir una tradici¨®n familiar, buscar nombres que est¨¦n de moda (o, al contrario, aquellos que no est¨¦n para nada de moda), incluso hay estudios que muestran c¨®mo los nombres que otorgamos a nuestra descendencia hablan de nuestras preferencias pol¨ªticas. Fijarnos en qui¨¦n admiramos es una opci¨®n m¨¢s. Y una muy habitual.

Podr¨ªa decirse que Colombia nunca hab¨ªa tenido una selecci¨®n de f¨²tbol que despertase una pasi¨®n ni tan profunda, ni tan un¨¢nime. El ciclo que va del Mundial de Brasil al que este fin de semana termina ha dejado alegr¨ªas y respeto a partes iguales. Lo cual se ha notado en los nombres que los colombianos han escogido para sus hijos.

Tomando a cuatro de las figuras m¨¢s reconocibles de la Selecci¨®n (James Rodr¨ªguez, Radamel Falcao, Jos¨¦ N¨¦stor P¨¦kerman, Yerry Mina), resulta que entre el primero de enero de 2014 y el 1 de julio de 2018, 6.650 nuevos nacidos en el pa¨ªs recibieron alguno de sus nombres. Es probable que los Yerry y algunos de los James no obedezcan directamente o exclusivamente a los futbolistas. El segundo, por ser un nombre ya relativamente com¨²n antes. El primero, porque la verdad es que su fama se ha consolidado en el ¨²ltimo partido de este Mundial. Es probable que si miramos datos dentro de un par de a?os nos encontremos con muchos m¨¢s Yerrys en las fichas de la Registradur¨ªa.

Pero al mismo tiempo las fuentes del Estado Civil registraron nombres ¨²nicos en estos cuatro a?os: hay un James Pekerman correteando por tierras colombianas, y tambi¨¦n un Neimar Falcao. El origen futbol¨ªstico de ¨¦stos parece dif¨ªcil de cuestionar.

Por supuesto, Colombia no est¨¢ ni mucho menos sola en esta pr¨¢ctica. En Estados Unidos basta una b¨²squeda r¨¢pida en Google para encontrar p¨¢ginas especializadas que te ofrecen listados de nombres sugeridos basados en deportistas de ¨¦lite. Algunas veces, incluso, con la poco disimulada (y poco s¨®lida) esperanza de que el nombre act¨²e como incentivo para ello.

En Espa?a, la pasada d¨¦cada vio un claro aumento de ni?os llamados ¡°?ker¡±, algo que probablemente tenga que ver con ?ker Casillas, portero del Madrid y de la selecci¨®n. Gerard, por su parte, consolid¨® un ascenso que ya ven¨ªa teniendo.??

Leo (Messi), sin embargo, ha multiplicado su presencia en la presente d¨¦cada. Hasta el punto de que la edad media de los 14.000 nacidos en Espa?a que llevan ese nombre es de s¨®lo cuatro a?os. Es probable que muchos de los que han llamado as¨ª a su hijo no lo hayan hecho expresa o directamente por Leo Messi. Pero la cuesti¨®n es que el nombre est¨¢ en el aire, disponible para ser usado incluso por aquellos que gustan de ¨¦l aunque no tengan ning¨²n inter¨¦s en el f¨²tbol.

Luis Enrique, un nombre muy tradicional en Espa?a, ven¨ªa cayendo en popularidad hasta que tuvo un repunte en los a?os noventa, para despu¨¦s seguir en descenso. Luis Enrique, reci¨¦n nombrado t¨¦cnico de la selecci¨®n espa?ola, era por aquel entonces uno de los jugadores m¨¢s famosos del pa¨ªs. A pocos de los que crecimos entonces siguiendo el f¨²tbol se nos borrar¨¢ la imagen del jugador con la nariz sangrando en los cuartos de final del Mundial de 1994, despu¨¦s de recibir un codazo del defensa italiano Tassotti que no ser¨ªa pitado por el ¨¢rbitro. ?Ten¨ªan esta imagen en la cabeza todos y cada uno de los progenitores de esos 802 ni?os de los noventa llamados Luis Enrique? Es poco probable. Pero, de nuevo, el nombre estaba en el ambiente.

Como ahora en el de Colombia lo est¨¢n los nombres de James, P¨¦kerman, Radamel Falcao, Yerry Mina, Juan Fernando Quintero. Dispuestos para quien quiera utilizarlos. Rindiendo as¨ª un peque?o homenaje, consciente o no, a la mejor (y tal vez tambi¨¦n la m¨¢s noble) generaci¨®n de futbolistas que ha conocido este pa¨ªs.