Los cad¨¢veres abrazados de la Pompeya de ?tica
Un equipo de Cruz Roja halla los cad¨¢veres abrazados y carbonizados de un grupo de personas en el patio de una taberna
A Betsy Papadopulos le ha sonre¨ªdo la suerte, aunque a su alrededor todo sean ¨¢rboles y coches carbonizados y un olor a quemado tan penetrante y agudo como el azufre. Cuando empez¨® el fuego, a las seis de la tarde del lunes (las cinco en la Espa?a peninsular), estaba haciendo unos recados fuera de su casa, ubicada junto a una de las playas de Mati, la zona cero de la tragedia, y al regresar a ella, en la madrugada del martes, s¨®lo ech¨® en falta a su gata. El otro felino de la familia, con el pelaje chamuscado, se hab¨ªa refugiado en el interior, asustado. ¡°El fuego lo ha arrasado todo alrededor, todo: un viejo c¨¢mping al borde del mar, las t¨ªpicas tabernas que abren s¨®lo en temporada alta, coches, casas¡ Algunas se han salvado, como la m¨ªa, pero no encuentro a mi gata¡ pobrecilla¡±.
El incesante paso de los servicios de bomberos y protecci¨®n civil, adem¨¢s de la Cruz Roja y cientos de voluntarios llegados de todas partes de Grecia, convert¨ªa este martes el tr¨¢nsito por las callejuelas de esta localidad balnearia, a una treintena de kil¨®metros de Atenas, en una surreal yimkana: los rescoldos del fuego a¨²n humeaban entre ¨¢rboles calcinados, retorcidos como espantajos, y carcasas retorcidas de lo que una vez fueron coches. El c¨¢mping al que alud¨ªa Papadopoulos era una demostraci¨®n del horror: fundido en negro, contrastaba con el azul insultante del mar Egeo, ajeno en apariencia a la tragedia. Azules eran tambi¨¦n las mascarillas que portaban Anastasia y un grupo de amigas, que evaluaban los da?os en la vivienda de su familia, un hermoso chal¨¦ de dos plantas con las verjas y la fachada lamidas por el fuego. ¡°Por fuera es un desastre, est¨¢ todo quemado y arrasado, pero el interior se ha conservado bastante bien, incluidos los muebles. Y los da?os por fuera son subsanables con tiempo y algo de esfuerzo, no se puede decir lo mismo de otros vecinos¡±.
Anastasia se refer¨ªa al grupo de 26 personas que, como los muertos cubiertos de lava de Pompeya, hallaron la muerte abrazados, en el patio de una taberna a unos pocos metros de la orilla del mar. Se los encontr¨® un grupo de voluntarios de Cruz Roja a primera hora del martes. ¡°Fue una visi¨®n estremecedora, de la que a¨²n no se han recuperado¡±, explica a las puertas del Ayuntamiento de Rafina ¡ªque coordina con la organizaci¨®n humanitaria los primeros auxilios¡ª?Vicki Konstantinidu, vicepresidenta de la Cruz Roja griega. ¡°Estaban todos en una taberna al lado del mar, en una celebraci¨®n familiar por lo que parece. Aguantaron dentro del establecimiento hasta que se vieron cercados por las llamas. No pudieron siquiera llegar al mar, a escasos metros del patio donde les alcanz¨® el fuego¡±, prosigue Konstantinidu. El fuego engull¨® un millar de casas alrededor, algunas de ellas afortunadamente vac¨ªas pese a la alta ocupaci¨®n en esta ¨¦poca del a?o.
Konstantinidu coordin¨® este martes las labores de atenci¨®n a los desplazados, ¡°alrededor de 150 personas que hemos albergado en un polideportivo de Rafina¡±, ya que los heridos, algunos de ellos en estado muy grave, fueron evacuados a hospitales de Atenas. ¡°Hay peticiones para donar sangre, pero la respuesta de la ciudadan¨ªa no puede ser mejor: han llegado voluntarios de todas partes, muchos de ellos trayendo mantas y alimentos y agua. Esa es la demanda principal ahora, todo lo dem¨¢s est¨¢ en manos de Dios¡±.
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