El portavoz que am¨® a Trump
Sean Spicer publica unas memorias en las que se deshace en elogios al presidente
Hay dos cosas que a Sean Spicer, el primer secretario de prensa de Donald Trump, no le gustan: caer mal y que lo contradigan. Ambas fueron incapaces de coexistir durante los seis meses que desempe?¨® su cargo. El conservador arranc¨® con el pie izquierdo cuando acus¨® a los medios de haber mentido sobre la cifra de participantes en la investidura del mandatario ¨C¡°la de mayor audiencia que se ha registrado, ?punto!¡±, seg¨²n ¨¦l¨C. Una vez fuera de la Administraci¨®n, no aguant¨® el mal sabor de boca que dej¨® esa an¨¦cdota e hizo una aparici¨®n sorpresa en los premios Emmy, para decir que era ¡°la audiencia m¨¢s grande que hab¨ªa visto los premios, ?punto!¡±. Un a?o despu¨¦s de su dimisi¨®n, el republicano ha publicado The Briefing: Politics, the Press and the President como si intentara una vez m¨¢s tener la ¨²ltima palabra, y a la vez, conquistar los corazones, especialmente el de su exjefe.
El libro comienza por el final. Trump lo llama a su oficina para trasladarle su preocupaci¨®n: ¡°Los medios nos est¨¢n matando¡±. El mandatario le comenta que incluir¨¢n en el equipo de comunicaciones a Anthony Scaramucci porque necesitan aires nuevos. Cuando sale de la reuni¨®n escucha el rumor de pasillo de que Scaramucci llegar¨ªa como director de Comunicaci¨®n. Al d¨ªa siguiente, no sin antes haber llamado a su esposa y a su madre para debatirlo, presenta su renuncia en el Despacho Oval. Durante ese medio a?o, se dec¨ªa que a Trump no le gustaba Spicer desde el d¨ªa dos, cuando el portavoz fue rega?ado por el presidente por lo que hab¨ªa hecho en el d¨ªa uno. "Asum¨ª err¨®neamente que sab¨ªa lo que Donald Trump quer¨ªa", reconoce cuando recuerda la an¨¦cdota de la investidura. M¨¢s tarde complementa: "Cuanto m¨¢s tiempo pas¨¦ con ¨¦l, m¨¢s entend¨ª que quer¨ªa que repitiera sus respuestas a la prensa literalmente".
Pero si la impresi¨®n que dio su paso por la Casa Blanca es que Trump no lo quer¨ªa, este libro viene a aclarar que en la intimidad, otro gallo cantaba. Desde el primer encuentro que sostuvieron en el Air Force One, donde ¡°realmente conectaron¡±, hasta el llamado que le hizo el presidente el 5 de diciembre de 2016, el d¨ªa del funeral de su padre. ¡°La compasi¨®n y la empat¨ªa en su voz son algo que no se pueden olvidar¡±, describe el exportavoz. ¡°Desear¨ªa que m¨¢s personas vieran ese lado de ¨¦l". Como durante toda la narrativa Spicer se deshace en halagos al mandatario, recurri¨® a met¨¢foras para no cansar al lector. Lo llama ¡°una estrella del rock¡± de la pol¨ªtica, un tipo que a sus 70 a?os parece ser ¡°el conejo de las bater¨ªas Energizer¡± y en un arranque de creatividad, lo describe como ¡°un unicornio montando un unicornio sobre un arco¨ªris¡±. Solo le falt¨® el ¡°?punto!¡±.
Entre tanto manjar literario, cada tanto aparecen frases de carb¨®n para los medios, que son ¡°un reba?o¡± que ¡°cierra filas¡±. "En la mente de muchos en la prensa, la Primera Enmienda es ¨²nicamente sobre ellos y sus derechos. En realidad, se trata de todos nosotros y de nuestra capacidad de expresarnos", defiende con tinta, sin posibilidad de hacerle preguntas. Como cuando dio a conocer el despido del director del FBI James B. Comey y luego se escondi¨® entre los ¨¢rboles de la Casa Blanca para evitar a la prensa. Quiz¨¢ se proteg¨ªa de s¨ª mismo, considerando que tiene algo de metepatas en su ADN.
En el primer trabajo formal de Spicer, en el comit¨¦ del Senado sobre Medio Ambiente y Obras P¨²blicas, los asistentes de personal recib¨ªan un ascenso acorde a su antig¨¹edad. Johnna Rozen estaba esperando el suyo, que inclu¨ªa un aumento salarial y un mejor escritorio. Un d¨ªa, el supervisor administrativo se alej¨® de su puesto y Spicer aprovech¨® la oportunidad para utilizar su correo y hacerle una broma a Rozen. Le escribi¨® que tendr¨ªa que esperar unas semanas m¨¢s para su promoci¨®n. Una vez enviado el correo, se acerc¨® donde su compa?era para decirle que era broma, pero ella se hab¨ªa ido a comer. Y bajo las ¨®rdenes de su jefe, ¨¦l tuvo que hacer lo mismo. Cuando Rozen vio el correo, reclam¨® de inmediato al personal superior por el retraso de su ascenso. Nadie entend¨ªa nada. Solo el joven Spicer que, cuando volvi¨® de comer y se percat¨® de la situaci¨®n, tuvo que pasar el resto de la tarde pasando por las oficinas de los superiores del Senado pidiendo perd¨®n.
Hay algo muy serio en la vida del exfuncionario y es la admiraci¨®n y sentido de gratitud que siente por sus padres desde muy peque?o. ¡°Son de esas personas a las que no puedes decepcionar¡±. En el libro deja entrever que lo hac¨ªa todo por y para ellos, adem¨¢s de su pasi¨®n por la pol¨ªtica. A?os atr¨¢s, cuenta, particip¨® en un programa de televisi¨®n donde el debate se transform¨® en un intercambio de insultos. Su padre le dijo solo un comentario: ¡°Eres mejor que eso¡±. "Esa suave reprimenda me golpe¨® m¨¢s que cualquier cosa que haya dicho la prensa". Ahora que su padre ya no est¨¢ ¨Cfalleci¨® a las pocas semanas de que Trump ganara- en los d¨ªas malos, Spicer se pone los cascos y escucha una grabaci¨®n que le dej¨® el d¨ªa de la victoria electoral del republicano. ¡°Hola, soy tu padre, solo te llamo para saludar y decir que te quiero¡±. El exportavoz relata que hubo momentos en que dese¨® que su padre hubiera vivido lo suficiente para verlo en la Casa Blanca, y hubo momentos, admite, ¡°cuando me alegr¨¦ de que no lo hiciera¡±.
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