La peregrinaci¨®n ¡®obligada¡¯ de cientos de alcaldes turcos a Andaluc¨ªa

?Qu¨¦ hace un turco fotografi¨¢ndose en la mezquita de C¨®rdoba o en el Albaic¨ªn? Turismo, desde luego. ?Y 450 muhtar turcos en el mismo lugar? Turismo, igualmente. Y, adem¨¢s, cumplir con las directrices de su presidente.

Los?muhtar?son una especie de alcaldes de barrio y de aldea. No est¨¢n adscritos a ning¨²n partido y son elegidos por sufragio directo en los mismos comicios en los que los turcos escogen a sus representantes pol¨ªticos a nivel de distrito, ciudad y provincia. Los muhtar?rurales se encargan del bienestar de su aldea, del mantenimiento de carreteras, calles y fuentes, y de hacer de enlace con el resto de la Administraci¨®n. Los urbanos, en cambio, solo hacen labores burocr¨¢ticas b¨¢sicas, como expedir volantes de empadronamiento o copias del carn¨¦ de identidad.

Pero, de unos a?os a esta parte, el presidente de Turqu¨ªa, Recep Tayyip Erdogan, en su cruzada por construir un nuevo Estado y derrocar a la ¡°oligarqu¨ªa burocr¨¢tica¡±, les encomend¨® una tarea m¨¢s importante: ser sus ojos y o¨ªdos, denunciar a los enemigos del Estado y a los terroristas. Por ello, convoca peri¨®dicamente a cientos de muhtar?en su Palacio ¡ªen total hay unos 50.000 en todo el pa¨ªs¡ª, les ofrece un banquete y les da una charla. La c¨²spide del Estado tiene as¨ª comunicaci¨®n directa con el primer eslab¨®n del poder electo.

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En la reuni¨®n del pasado 11 de enero, Erdogan inst¨® a los muhtar?a ¡°viajar por el mundo¡± y ¡°conocer diferentes culturas¡± y orden¨® al Ministerio del Interior que hiciese los preparativos necesarios. Ahora bien, de momento solo se viaja a lugares cercanos espacial y culturalmente: Andaluc¨ªa, Jerusal¨¦n y La Meca. Si a usted, querido lector, le parece que la elecci¨®n de destinos tiene cierto olor islamista es porque, sin duda, lo tiene: el propio Erdogan, en aquella reuni¨®n de enero, conmin¨® a los alcaldes a visitar el Palacio de la Alhambra y a fijarse en una inscripci¨®n que reza: ¡°No hay otro vencedor que Dios¡± (es el lema del reino nazar¨ª). Ser¨¢ tambi¨¦n por aquello de que no sufran un choque cultural si pasean por las calles de Oslo o visitan los templos de Angkor, pues algunos de estos alcaldes salen al extranjero por primera vez.

Han vuelto encantados. Ya ha habido nueve viajes a Andaluc¨ªa y, en total, 450 muhtar turcos han podido extasiarse ante los monumentos de la regi¨®n espa?ola. Hasta final de a?o, se espera que otro millar pueda hacer la misma ruta, seg¨²n la agencia oficial de noticias Anadolu. Hay quienes, como el muhtar?Abdulkadir Geylani Tas, de la provincia oriental de Adiyaman, aprovecharon para tomar nota en los encuentros con representantes municipales: ¡°Hemos sido testigos de c¨®mo en Espa?a saben aprovechar mejor su patrimonio natural, hist¨®rico y cultural para obtener buenos ingresos del turismo. Pero sobre todo, hemos visto que en el tema de la salud y la educaci¨®n, estamos por detr¨¢s de ellos¡±.

Otros, en cambio, se quedan con el aspecto sentimental. Como H¨¹seyin Kolcu, muhtar?de un barrio estambul¨ª: ¡°Entend¨ª por qu¨¦ nuestro presidente nos envi¨® all¨ª. As¨ª pudimos ver c¨®mo cay¨® un estado de ocho siglos de antig¨¹edad como era Al Andalus y comprender que tambi¨¦n nos puede ocurrir a nosotros. Tenemos que estar atentos y unidos¡±.