El nuevo exilio de Carlos Mej¨ªa Godoy
El cantautor nicarag¨¹ense deja su pa¨ªs por considerar que su vida est¨¢ en peligro para apoyar las manifestaciones contra el presidente Daniel Ortega
El cantautor nicarag¨¹ense Carlos Mej¨ªa Godoy, referente musical de la revoluci¨®n sandinista, dej¨® Nicaragua a inicios de agosto en un viaje de promoci¨®n de su nuevo disco, H¨¦roes de Abril, que termin¨® en una suerte de auto exilio, primero en Costa Rica y luego en Estados Unidos. El creador de la ya m¨ªtica ¡°Ay, Nicaragua, Nicarag¨¹ita¡± ¨Chimno usado en las manifestaciones que desde abril exigen el fin del mandato del presidente Daniel Ortega¨C asegur¨® que tuvo que dejar su pa¨ªs por temor a represalias del r¨¦gimen por apoyar con su m¨²sica las manifestaciones que han puesto en jaque al Gobierno sandinista y resquebrajado el otrora inquebrantable poder del Frente Sandinista, su antiguo partido.
¡°Este es el Apocalipsis de Nicaragua¡±, dijo el cantador en julio, cuando acompa?aba a las madres de los encarcelados en las afueras de El Chipote, la prisi¨®n de Managua que ha sido denunciada como centro de tortura. ¡°Es algo que nos revuelve la bilis y el coraz¨®n¡±. El artista recalc¨® que sigue escribiendo canciones con su hermano Luis Enrique y explic¨® por qu¨¦: ¡°Porque nosotros vamos a pasar y las canciones, de alguna manera, van a ser como un peque?o referente de lo que vivi¨® este pa¨ªs¡±, dijo y a?adi¨® que desde fuera seguir¨¢ cantando la rebeld¨ªa de un pa¨ªs que busca su libertad definitiva.
El autor de La misa campesina asegur¨® que su vida estaba en peligro en Nicaragua, inmerso en la peor crisis pol¨ªtica desde los ochenta, que ya ha causado 317 muertos seg¨²n la Comisi¨®n Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) de la OEA o m¨¢s de 400 seg¨²n el recuento de organizaciones de derechos humanos nicarag¨¹enses. Desde que comenzaron las manifestaciones contra Ortega en abril, Mej¨ªa Godoy mostr¨® un entusiasmo por el despertar social que lo llev¨® a componer incansablemente para honrar a los primeros j¨®venes asesinados por la brutal represi¨®n desatada contra las manifestaciones por el presidente Daniel Ortega. Desde entonces ha compuesto una docena de canciones que, infatigable, ha cantado en cuanta manifestaci¨®n es invitado. A primeros de julio terminaba la denominada marcha de las flores cuando enton¨® "Ay, Nicaragua, Nicarag¨¹ita", y las balas cayeron como lluvia mortal contra los manifestantes. Una persona muri¨® y nueve resultaron heridas.
Ya el pasado 30 de mayo dio un concierto al lado de su hermano Luis Enrique al inicio a la llamada madre de todas las marchas en Managua, organizada en homenaje a las madres de los j¨®venes asesinados por la represi¨®n de abril, y que termin¨® en una sangr¨ªa, con al menos 15 asesinados por un ataque de las huestes armadas de Ortega.
El cantautor respondi¨® con nuevas canciones para las madres de los hijos asesinados y desaparecidos, los obispos y sacerdotes que median en la crisis ¨Cincluso arriesgando su vida entre balaceras para evitar m¨¢s muertos¨C, o para celebrar la valent¨ªa de todo un barrio, el m¨ªtico Monimb¨®, en Masaya, el basti¨®n de la resistencia contra Daniel Ortega.
Esta es la segunda vez desde los setenta que Mej¨ªa Godoy ha tenido que dejar Nicaragua. Su compromiso con la insurrecci¨®n sandinista contra la dictadura de Anastasio Somoza lo llev¨® al exilio en Costa Rica y luego a Espa?a. Entonces y con el sello CBS compuso la popular Son tus perj¨²menes, mujer, de gran ¨¦xito entre una poblaci¨®n que comenzaba a sacudirse el franquismo. A pesar de ese ¨¦xito, Mej¨ªa Godoy decidi¨® regresar a Nicaragua tras el triunfo de la revoluci¨®n sandinista en 1979, convirti¨¦ndose en el cantador de esa gesta que tanta solidaridad internacional gener¨®. ¡°La revoluci¨®n le debe todo a Carlos. ?l le puso la banda sonora a la revoluci¨®n. Para m¨ª la revoluci¨®n sandinista no se explica sin la m¨²sica de Carlos y sin la poes¨ªa de Ernesto Cardenal¡±, explica el escritor y exvicepresidente Sergio Ram¨ªrez. ¡°?l pudo haber sido una estrella internacional si se hubiera quedado en Espa?a, pero se dedic¨® aqu¨ª a componer, incluso canciones de combate, como la de ponerle m¨²sica a un manual para armar y desarmar armas, que es genial¡±
El escritor Ernesto Cardenal cuenta que en los setenta Carlos Fonseca, el fundador del Frente Sandinista, se lamentaba de que en Nicaragua ¡°no hab¨ªa m¨²sica revolucionaria¡± como en Cuba o en Chile, que ayudaba a movilizar. ¡°Una vez, en un acto cultural en la Universidad Nacional, o¨ª a Carlos Mej¨ªa Godoy cantando entre otras canciones la que llevaba las letras F.S.L.N. y ese mismo d¨ªa, o muy pronto despu¨¦s, le dije a Fonseca que ya hab¨ªa aparecido el m¨²sico que ¨¦l deseaba¡±, cuenta.
Para la escritora Gioconda Belli su m¨²sica ¡°nos hizo amar a Nicaragua, su gente, sus historias y fue organizadora de la convicci¨®n de que ¨¦ramos un pueblo capaz de derrotar una dictadura¡±. Para la autora de El pa¨ªs de las mujeres ¡°lo parad¨®jico, por supuesto, es que vuelvan a tener actualidad esas canciones que animaron la lucha contra una dictadura, y que volvamos a vivir esos tiempos terribles de manos de alguien que fue sandinista¡±, comenta. Para esta escritora recientemente galardonada con el premio Hermann Kesten ¨Cque otorga cada a?o el Centro PEN de Alemania¨C por su compromiso con la libertad, Nicaragua tuvo ¡°la suerte de tener el cantor m¨¢s aut¨¦ntico y magistral para expresar la lucha del pueblo nicarag¨¹ense¡±.
En la Nicaragua de la rebeli¨®n contra Ortega la gente llora cuando al final de cada manifestaci¨®n Mej¨ªa Godoy entonaba su ¡°Ay, Nicaragua, Nicarag¨¹ita¡±. Ese es el himno no oficial de este pa¨ªs ensangrentado. ¡°Pero ahora que ya sos libre, Nicarag¨¹ita, yo te quiero mucho m¨¢s¡±, entonan miles de nicarag¨¹enses. Para ellos es ins¨®lito que su cantador haya tenido que dejar su pa¨ªs precisamente por contarles a quienes desde las barricadas, las universidades, los atrios de las iglesias o las plazas le dicen al presidente Ortega que once a?os en el poder son muchos a?os y que m¨¢s de 300 muertos son muchos muertos. El mandatario, sin embargo, no escucha el clamor.
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