Las dos Coreas acuerdan celebrar una nueva cumbre en Pyongyang en septiembre

Kim Jong-un, l¨ªder supremo de Corea del Norte, y Moon Jae-in, presidente de Corea del Sur, volver¨¢n a verse en septiembre. Los equipos negociadores de ambos pa¨ªses confirmaron este lunes la cita, que ser¨¢ el tercer encuentro cara a cara entre los m¨¢ximos mandatarios de dos pa¨ªses t¨¦cnicamente en guerra pero inmersos en un acelerado proceso de deshielo. La reuni¨®n -cuya fecha espec¨ªfica no se ha dado a conocer a¨²n-, ser¨¢ esta vez en Pyongyang, a diferencia de las dos cumbres intercoreanas celebradas este a?o organizadas en la Zona Desmilitarizada, la frontera terrestre que divide ambas naciones.

El objetivo formal de la cumbre es avanzar en la Declaraci¨®n de Panmunjom, el documento firmado por ambos l¨ªderes en su primer e hist¨®rico encuentro del pasado abril. En ¨¦l, Moon y Kim abogaron normalizar las relaciones bilaterales en la medida de lo posible y se comprometieron a trabajar para lograr ¡°la completa desnuclearizaci¨®n de la pen¨ªnsula coreana¡± tras varios a?os sin producirse di¨¢logo alguno entre el Norte y el Sur. La meta informal supondr¨¢ poner a prueba por en¨¦sima vez las habilidades de Moon como mediador entre Pyongyang y Washington, protagonistas de un proceso de negociaci¨®n paralelo m¨¢s que empantanado.

Moon Jae-in viajar¨¢ el pr¨®ximo mes, por tanto, a Pyongyang. Ser¨¢ la primera vez que un jefe de Estado surcoreano haga lo propio desde el a?o 2007, cuando el entonces presidente Roh Moo-hyun visit¨® a Kim Jong-il, padre del actual l¨ªder norcoreano. Ya en su primer encuentro con el joven Kim, Moon le mostr¨® su esperanza de visitar ¡°pronto¡± la capital norcoreana y el l¨ªder norcoreano acept¨® convertirse en su anfitri¨®n. Estaba previsto que el de Pyongyang fuera el segundo encuentro entre ambos l¨ªderes, pero los altibajos que llegaron a amenazar la cumbre de junio entre Kim y Donald Trump en Singapur forzaron a Moon a volver a reunirse con su hom¨®logo norcoreano antes de lo previsto y por sorpresa.

La voluntad es que la declaraci¨®n de Panmunjom, considerado un gesto de m¨ªnimos, se traduzca con el tiempo en acciones concretas. El documento, adem¨¢s de desnuclearizaci¨®n, habla tambi¨¦n de la firma de un tratado de paz que sustituya el actual armisticio con el que finaliz¨® la Guerra de Corea en 1953. Pero antes de lograr estos hitos, ambas Coreas consideran que sus relaciones bilaterales pueden mejorar con el restablecimiento de proyectos econ¨®micos conjuntos o incluso la construcci¨®n de infraestructuras que comuniquen ambos pa¨ªses como l¨ªneas viarias o ferroviarias.

Pero cualquier iniciativa en este sentido es actualmente imposible de llevar a cabo bajo las fuertes sanciones econ¨®micas que el Consejo de Seguridad de la ONU ha impuesto sobre Pyongyang tras sus continuas pruebas at¨®micas y de misiles bal¨ªsticos. Estados Unidos ha repetido que no ceder¨¢ en este ¨¢mbito hasta que Corea del Norte haya dado pasos definitivos, completos y verificables de que se est¨¢ deshaciendo de su arsenal nuclear. Pyongyang, en cambio, defiende una negociaci¨®n por fases y concesiones desde ambos lados que incluya lo antes posible una flexibilizaci¨®n de su embargo econ¨®mico. La firma de un tratado de paz entre ambos pa¨ªses necesita tambi¨¦n el visto bueno de Estados Unidos, que es quien firm¨® el armisticio.

Corea del Norte considera que est¨¢ llevando a cabo varios gestos de buena voluntad con Estados Unidos, como la suspensi¨®n de las pruebas de misiles, el desmantelamiento su silo nuclear y de una base de lanzamiento de cohetes o la devoluci¨®n de restos de soldados americanos ca¨ªdos durante la Guerra de Corea. Washington, de momento, ha cancelado sus maniobras militares anuales que realizaba con Corea del Sur y rechaza dar m¨¢s concesiones. La falta de acuerdo ha provocado algunos episodios de tensi¨®n entre los equipos negociadores.

Seg¨²n informa la agencia surcoreana Yonhap, el equipo negociador norcoreano se ha mostrado ¡°frustrado¡± porque el progreso en estos frentes con Se¨²l es m¨¢s lento de lo que esperaban. Las conversaciones entre Pyongyang y Estados Unidos tampoco van encaminadas a priori hacia una v¨ªa que contente a todos para lograr la desnuclearizaci¨®n de la pen¨ªnsula. El may¨²sculo esfuerzo diplom¨¢tico realizado durante todo este a?o por el presidente surcoreano, Moon Jae-in, se antoja de nuevo decisivo para deshacer el entuerto.